138 millones de niños en el mundo son víctimas de trabajo infantil, según informe de la OIT

Se estima que en 2024 alrededor de 138 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil en todo el mundo, según el nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De ellos, 54 millones realizan trabajos peligrosos, es decir, trabajan en las industrias o en ocupaciones designadas como peligrosas, y/o trabajan durante 43 horas o más a la semana. 

Tanto en la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo (1998), como en los convenios fundamentales de la OIT y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niños, se puede encontrar un consenso mundial: la eliminación del trabajo infantil es un derecho fundamental. Ningún niño debe realizar un trabajo que perjudique su salud, su desarrollo o sus perspectivas de futuro. 

Trabajar en torno a este propósito es un imperativo legal y ético de las sociedades contemporáneas, precisamente en con ese sentido se estableció la meta 8.7 de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), que dice que se deben “adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”.

Si bien esta meta debería cumplirse durante este año 2025, el objetivo está lejos de lograrse. A continuación, le presentamos los datos más reveladores del último informe de la OIT sobre trabajo infantil, y las recomendaciones que se emitieron desde la misma agencia para seguir trabajando en pro de la eliminación de este flagelo global. 

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Los datos más relevantes sobre el trabajo infantil

Si bien se registró una reducción de 22 millones de niños, niñas y adolescentes víctimas de trabajo infantil de 2020 a 2024, la cifra sigue siendo alarmante. Los datos muestran que en el rango de edad de 5 a 14 años la mayor parte del trabajo infantil se concentra en la agricultura, mientras que de los 15 a los 17 los menores de edad tienden emplearse en los sectores industrial y de servicios. 

Es preocupante la situación particular de las niñas, especialmente por la forma en la que se invisibiliza cómo sufren este fenómeno. Los datos suelen sobrerrepresentar a los niños y su vinculación laboral, y esto se debe a que en la mayoría de los casos no se tienen en cuenta las tareas domésticas como trabajo infantil al momento de levantar los datos. Cuando efectivamente se hace, la proporción de niñas en situación de trabajo infantil resulta ser ligeramente superior a la de los niños en el rango de edad de los 5 a los 14 años. 

Una de las repercusiones más graves del trabajo infantil es el impacto que tiene la escolarización de los niños, niñas y adolescentes. Según el informe de la OIT: “en todo el mundo, casi un tercio de los niños en edad de escolarización que trabajan faltan a clase. Esto contrasta con sólo el 8% de los niños de la misma edad que no trabajan”. La situación de los niños que realizan trabajos peligrosos es aún más grave, ya que la mitad de ellos no asiste a la escuela.

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Las recomendaciones de la OIT para disminuir el trabajo infantil a nivel global 

Aunque los datos de reducción de trabajo infantil a nivel global son un resultado positivo, las acciones que se está llevando a cabo actualmente para su erradicación no son suficientes. Tendría que acelerarse 11 veces el ritmo actual para eliminar el trabajo infantil para 2030, 7 veces para lograrlo en 2045 y 4 veces en 2060. 

En ese sentido, en las recomendaciones de la OIT para alcanzar el objetivo se incluyen: 

• Garantizar una educación gratuita y de calidad con el propósito de contribuir a una transición satisfactoria de la escuela al trabajo decente.
• Reforzar la protección jurídica contra el trabajo infantil, en consonancia con las normas internacionales, para garantizar que existan mecanismos eficaces de prevención y aplicación de la ley.
• Universalizar la protección social para contrarrestar la vulnerabilidad socioeconómica que subyace al trabajo infantil.
• Ampliar el acceso a los servicios básicos para reducir la necesidad de que los niños realicen tareas arduas y, de esta manera, liberar su tiempo para la escuela, el juego y el descanso.
• Luchar contra el trabajo infantil en las actividades empresariales y las cadenas de suministro, prestando especial atención a las microempresas y pequeñas empresas informales.
• Priorizar las iniciativas orientadas a abordar el trabajo infantil, en particular el trabajo peligroso entre los niños más pequeños. Las consecuencias físicas y emocionales de realizar este tipo de labores podrían durar toda la vida. 

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