SIC suspendió la marca Panelada de la multinacional Quala para proteger a la panela colombiana: conflicto empezó en 2022
La SIC ordenó suspender a Panelada, por considerar que competía con la panela colombiana y generaba dudas sobre su autenticidad. El fallo busca proteger a los productores tradicionales y reforzar la confianza de los consumidores en este producto nacional.

El Tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenó la suspensión provisional de la marca Panelada, registrada en 2020 por la multinacional Quala S.A., tras una petición del Ministerio de Agricultura. La medida se adoptó como respuesta a reclamos sobre la comercialización de productos que se presentan como panela, pero que incluyen edulcorantes y aditivos, lo que genera dudas sobre su legalidad frente a las normas que regula la panela colombiana.
La decisión judicial se apoya en la reforma constitucional de 2023 que reconoce a los campesinos como sujetos de especial protección económica. Según el grupo de investigación Política y Legislación sobre Biodiversidad, Recursos Genéticos, Conocimiento Tradicional y Propiedad Intelectual (Plebio) de la UNAL, es la primera vez que un fallo aplica este nuevo marco jurídico para resguardar actividades agrícolas tradicionales, lo que marca un precedente en defensa de la panela como producto cultural y económico.

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¿En qué se fundamentó esta suspensión?
El pronunciamiento se fundamentó en la Decisión Andina 486 de 2000, que impide el registro de marcas que intenten apropiarse de expresiones vinculadas con prácticas culturales de comunidades campesinas, indígenas o afrodescendientes. El tribunal concluyó que el uso del término Panelada generaba riesgo de confusión con la panela colombiana tradicional y podía desplazar a los pequeños productores en el mercado.
Aunque la suspensión provisional no prohíbe la fabricación del producto, sí obliga a la empresa a comercializarlo con un nombre diferente. Esto busca garantizar que el consumidor distinga entre la panela natural y los sucedáneos industrializados, en un sector que involucra a cerca de 350.000 familias campesinas en todo el país.
Dignidad Panelera ya había realizado una denuncia
Y es que, en 2022, Dignidad Panelera ya había señalado que Quala S.A. competía de manera desleal con la panela colombiana a través de productos como Panelada y Panelista. Según sus dirigentes, estos artículos se promocionaban como naturales, aunque contenían mezclas de edulcorantes, lo que no está permitido por la norma.

La organización campesina también denunció que la publicidad masiva inducía a confusión y debilitaba la posición de los pequeños productores. Ante esta situación, gremios y Gobierno se reunieron en ese tiempo en Santana (Boyacá) para discutir el impacto de estos productos en los precios de la panela y en la estabilidad del sector, pero al parecer no hubo acuerdo alguno.
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Información clara para los consumidores sobre la panela colombiana
La resolución busca proteger el derecho de los consumidores a recibir información clara sobre lo que adquieren. Según lo establecido en la Ley 40 de 1990 y en la Resolución 779 de 2006, la panela del país debe producirse exclusivamente en trapiches paneleros o centrales de mieles, sin aditivos químicos ni blanqueadores.
De esta forma, la suspensión de la marca busca garantizar que los compradores no asocien con la panela natural a productos que no cumplen con estas condiciones. El fallo también indica que la lealtad en la competencia no se limita al precio, sino también a la transparencia en la información al consumidor.

Protección para los paneleros campesinos
Los investigadores de la Universidad Nacional señalaron que esta decisión genera un punto de inflexión en la manera en que se entiende la relación entre propiedad industrial y derechos de las comunidades campesinas. En este caso, el sistema de marcas se utilizó para proteger no solo un signo distintivo, sino también una actividad agrícola que constituye el sustento económico de miles de familias.
Además, la sentencia resalta el valor de la panela colombiana como parte del patrimonio cultural y económico del país. Para el sector panelero, sin duda, es un respaldo jurídico a la producción tradicional frente a los retos que imponen los productos industrializados. Tras esto se abre la puerta a un mayor control sobre los productos que buscan posicionarse como alternativas a la panela.
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