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jueves, 2 de octubre de 2025
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Bad Bunny llevará su disco más latino al show de medio tiempo del Super Bowl 2026 en EE. UU. ¿Por qué nos importa?

Bad Bunny protagonizará el show de medio tiempo del Super Bowl 2026 en EE. UU. Será el primer latino en solitario con repertorio en español, y lo hará después de haber sido una voz crítica frente a la política migratoria de Trump.

Bad Bunny con sombrero y chaqueta amarilla junto a Donald Trump en montaje digital sobre el Super Bowl 2026

Sentado sobre un goalpost, Bad Bunny le anunció al mundo que estará en el show de medio tiempo del Super Bowl 2026 en California, en plena tensión migratoria en EE. UU. y tras publicar su disco más latino. Será el primer artista latino en solitario con repertorio en español en el evento deportivo más visto en los Estados Unidos. El anuncio que ha sido el más visto en la historia del evento desde que existen las redes sociales generó emoción, pero también rechazo entre fanáticos del artista y de la NFL.

El show de medio tiempo del Super Bowl 2026 y su dimensión cultural

El Super Bowl es la final anual del campeonato de fútbol americano de la National Football League (NFL). Es el evento más visto en la televisión estadounidense y uno de los espectáculos deportivos con mayor audiencia en el mundo. En 2025, la final de la NFL alcanzó 127,7 millones de espectadores entre televisión y streaming, con picos de 137 millones, según Nielsen. Durante más de una década, cada edición ha superado los 100 millones de espectadores, y encuestas de Morning Consult muestran que cerca del 73 % de los adultos estadounidenses planean verlo cada año. Este nivel de atención convierte el show de medio tiempo en una plataforma cultural sin comparación: nueve de cada diez espectadores lo siguen desde sus casas y los canales lo transmiten en inglés y español, lo que amplía su alcance.


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National Football League (NFL)

La NFL es también la liga más popular y lucrativa de Estados Unidos. Un sondeo de Gallup, 2024, indica que el 41 % de los adultos identifica al fútbol americano como su deporte favorito para ver, por encima del béisbol y el baloncesto. La liga promedia más de 17 millones de espectadores por partido en temporada regular, y sus derechos televisivos son los más caros del mercado deportivo. Este dominio explica por qué el Super Bowl es algo más que un partido: es un ritual mediático anual que mezcla deporte, publicidad y cultura musical en un mismo escenario.

Dentro de ese ritual, el show de medio tiempo es una vitrina musical y un termómetro cultural. Desde que se instauró en los años 60, pasó de presentar bandas universitarias a convertirse en una vitrina global para artistas de primer nivel. Su producción se ha vuelto un acontecimiento en sí misma, con coreografías, invitados sorpresa y puestas en escena diseñadas para captar titulares. Por eso, ser elegido como artista central significa entrar en un circuito de visibilidad que rara vez se ofrece a intérpretes en español.

Shakira y Jennifer López bailando en el show de medio tiempo del Super Bowl 2020
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La historia del show de medio tiempo y la presencia latina

El show de medio tiempo del Super Bowl comenzó en 1967 como un intermedio musical con bandas universitarias y espectáculos breves. Durante las décadas de 1970 y 1980 incorporó coros, grupos de baile y temáticas patrióticas. El cambio decisivo llegó en 1993, cuando, ante la baja audiencia que tenía el evento, los organizadores apostaron por un artista viral en ese momento: Michael Jackson, quien transformó el formato en un espectáculo global con coreografía, escenografía y transmisión en vivo a millones de personas. Desde entonces, la National Football League (NFL) y su socio productor (actualmente Roc Nation) invitan cada año a artistas de primer nivel para llegar a públicos diversos y mover la conversación mediática.

En más de medio siglo, el show ha tenido artistas latinos, pero nunca un intérprete en español en solitario con un repertorio principalmente en su idioma. Gloria Estefan participó en 1992 y 1999 con segmentos de música latina compartidos con otros actos. En 2020, Shakira y Jennifer López presentaron un espectáculo bilingüe con invitados como J Balvin y Bad Bunny, incluyendo fragmentos en español. Sin embargo, la estructura ha sido siempre compartida y el inglés predominó.


En 2026, Bad Bunny será el primer artista latino que protagonice el show completo en solitario y con un repertorio en español ya posicionado en el mercado estadounidense. Llega tras haber criticado abiertamente las políticas de Donald Trump, la actuación de ICE y las deportaciones masivas, y en un contexto de endurecimiento migratorio. Esa combinación de factores hace que su participación sea un hecho cultural distinto a los anteriores: no es solo representación simbólica, sino la presencia de un artista que ha tomado posición política y que conecta con millones de jóvenes latinos en EE. UU.

Vista exterior del Hard Rock Stadium con letrero de Super Bowl LIV en Miami
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¿Quién decide el show de medio tiempo?

La elección de los artistas del show de medio tiempo no es aleatoria. La National Football League contrató desde 2019 a Roc Nation, una empresa de entretenimiento del empresario y rapero Jay-Z, para diseñar y producir el espectáculo. Roc Nation propone y negocia con los intérpretes, mientras la NFL aprueba la selección final. La producción se financia con patrocinadores y con la propia liga, que cubre todos los gastos de montaje, ensayos y transmisión.

¿Cuánto le van a pagar a Bad Bunny?

Contrario a lo que muchos creen, los artistas no reciben un pago millonario por presentarse. La NFL cubre los costos del show, que pueden superar los 10 millones de dólares, y los artistas reciben un reembolso de gastos, pero no un cheque como por un concierto. Lo que obtienen es exposición masiva: tras el show de medio tiempo de 2020, las reproducciones de Shakira y Jennifer López en plataformas digitales aumentaron más de 400 % en una semana. Esa visibilidad se convierte en ventas, contratos y giras después del evento.

Para Bad Bunny, que ya es uno de los artistas más escuchados del mundo, la oportunidad no es económica sino estratégica: reforzar su imagen en EE. UU. ante un público que no habla español, pero escucha su música.

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¿Un acto de hipocresía…?

La elección de Bad Bunny generó reacciones inmediatas entre estadounidenses y latinos. Medios como The Washington Post, Axios, Sports Illustrated y Newsweek subrayaron la dimensión política del anuncio. Recordaron sus críticas a Donald Trump y a las redadas de ICE, y señalaron que su show se dará en pleno ciclo electoral, con el discurso antiinmigrante en ascenso. Para unos, es un gesto de apertura de la NFL hacia la diversidad cultural; para otros, un riesgo de politizar el espectáculo más visto del país.

Millones de seguidores celebraron la noticia, mientras que sectores conservadores en EE. UU. la cuestionaron. Algunas voces del movimiento MAGA lo llamaron “gran anti-Trump” y criticaron que cante en español. Un activista trumpista incluso pidió en redes “despedir a quien elige a estos artistas”.


La polémica aumentó porque Bad Bunny había decidido no presentarse en Estados Unidos, alegando preocupación por posibles operativos de ICE en sus conciertos. Su aceptación del Super Bowl alimentó críticas de “hipocresía” entre detractores: ¿por qué rechazar conciertos en EE. UU. pero actuar en su evento deportivo más importante?

Tras el anuncio, Bad Bunny afirmó: “Yo digo que esta es la oportunidad de subir a Puerto Rico al escenario más grande del mundo. Esto es también para todas las personas que creen en mí y me han estado apoyando. ¡Así que felicidades a ustedes, esto es para ustedes!”.

En Puerto Rico lo celebraron como un logro colectivo, algo previsible tratándose del primer artista latino en llegar solo a ese escenario con canciones principalmente en español.

La participación de Bad Bunny en el Super Bowl 2026 va más allá del espectáculo musical: simboliza el ascenso latino en la cultura pop estadounidense y un mensaje de orgullo para millones de hispanohablantes. En pocas palabras: “un latino se les metió al rancho”. Durante esos minutos del medio tiempo, el mundo verá algo que va más allá del fútbol: un momento cultural cargado de ritmo latino.

Lady Gaga con traje brillante azul liderando coreografía en el Super Bowl 2017
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Curiosidades del Super Bowl que explican su peso cultural

El Super Bowl no es solo un partido que define al campeón del fútbol americano.
Su show de medio tiempo y su entorno publicitario se han convertido en un termómetro de cultura pop, política y consumo en Estados Unidos. A lo largo de las décadas, este escenario ha dejado actuaciones muy recordadas, mensajes con carga simbólica y cifras que muestran por qué es mucho más que un evento deportivo. Entre las curiosidades que ilustran ese peso cultural están:

Prince, considerado el mejor show de todos los tiempos

La actuación de Prince en 2007 durante el Super Bowl XLI encabeza la mayoría de rankings de mejores shows de medio tiempo. Bajo lluvia real interpretó “Purple Rain” con una guitarra en forma de símbolo y arreglos en vivo impecables. La crítica lo considera el modelo perfecto porque no dependió de efectos especiales, sino de musicalidad pura y una conexión emotiva con el público.

Kendrick Lamar, el show más visto y más politizado

En 2025, el Super Bowl LIX promedió 127,7 millones de espectadores y el show de medio tiempo de Kendrick Lamar llegó a 133,5 millones, convirtiéndose en el más visto de la historia. Incluyó mensajes contra el racismo, invitados simbólicos como Serena Williams y referencias a su origen en Compton. Medios como Time y Sports Illustrated lo analizaron como un espectáculo que “reescribió las reglas” del show de medio tiempo.


Shakira y J.Lo en 2020, símbolos latinos en pleno Trump

En febrero de 2020, durante el primer mandato de Donald Trump, Shakira y Jennifer Lopez presentaron un show bilingüe con Bad Bunny y J Balvin como invitados. Lopez desplegó una capa con la bandera de Puerto Rico y la de EE. UU., y el escenario incluyó estructuras tipo jaulas, interpretadas como alusión a los centros de detención de migrantes promovidos por Trump. La actuación se convirtió en un gesto cultural y político en un clima de endurecimiento del discurso antiinmigrante.

Producción relámpago

El montaje del espectáculo de medio tiempo es una operación logística gigantesca. Un ejército de técnicos y voluntarios convierte el campo de fútbol en un escenario de conciertos en menos de ocho minutos, con ensayos a puerta cerrada y coreografías cronometradas al segundo.

Anuncios millonarios

En 2025, un spot de 30 segundos durante el juego costó entre 7 y 8 millones de dólares, según Fast Company y USA Today. Fox vendió la mayoría de los espacios con anticipación y algunos se revendieron a precios más altos cuando quedaron libres. Los comerciales previos al kickoff alcanzaron 4,5 millones por 30 segundos, y los posteriores, 4 millones, según Adweek. En 2015, el gobierno de Ecuador pagó 3,8 millones por 30 segundos para promocionar su turismo en EE. UU., convirtiéndose en el primer país extranjero en comprar un anuncio de ese tipo.

El Super Bowl ahora quiere ser latino

La elección de Bad Bunny para el show de medio tiempo del Super Bowl 2026 llega en un momento en que el discurso antiinmigrante vuelve a ocupar titulares en Estados Unidos. Que la NFL lo sitúe en el escenario más vigilado de la televisión confirma que la música latina ya no es marginal. Sin duda, el 8 de febrero Bad Bunny les mostrará a millones de espectadores que aquí el calor es diferente, y por eso ahora todos, hasta el Super Bowl, quieren ser latinos. Ojalá que Benito no sea una excepción, sino el primero de muchos latinos que puedan brillar en ese escenario.

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