“Esta reforma laboral no es positiva ni para el país ni para las mipymes”: Acopi
El debate en torno a la reforma laboral continúa. En esta entrevista exclusiva hablamos con María Alejandra Osorio, Vicepresidenta Ejecutiva Nacional de Acopi, sobre las implicaciones de la nueva normativa laboral en el tejido empresarial colombiano.

El trámite de la reforma laboral en la Cámara de Representantes ha tomado más tiempo del esperado por el Gobierno Nacional, y aunque ya está en su fase final, el riesgo de que la iniciativa se hunda nuevamente aumenta.
La sesión plenaria del 8 de octubre se interrumpió por falta de quórum, lo que retrasó la votación de los artículos restantes hasta después del 14 de octubre. Hasta el momento, se han votado 67 artículos: 64 fueron aprobados (aunque solo 11 se mantuvieron como los propuso el Ministerio del Trabajo) y 3 fueron eliminados. Destaca la aprobación del artículo 2, que amplía la regulación laboral a trabajadores de plataformas digitales y sectores emergentes.
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¿Cuál es la posición de Acopi frente a la reforma laboral?
Desde Acopi hemos señalado que esta reforma laboral resulta inconveniente porque podría afectar gravemente tanto la productividad como la competitividad del país. Tenemos varias preocupaciones respecto al texto en discusión. La primera es que esta reforma solo cobija al 25 % de las personas en edad de trabajar, sin tener en cuenta el alto nivel de informalidad que existe en el país. Además, eleva las exigencias para las micro, pequeñas y medianas empresas, lo que hace cada vez más difícil su desarrollo.
Nos preocupa la inflexibilidad en la contratación, considerando que, según nuestros estudios, las pequeñas y medianas empresas prefieren la contratación a término indefinido, sin desconocer que hay otras formas de contratación válidas, siempre que se respeten las prestaciones sociales.
Otro tema prioritario es el cambio en la naturaleza del aprendiz del SENA, pasando de un apoyo económico como incentivo a prácticamente un impuesto a la nómina cuando no se tiene aprendiz contratado, lo cual afectará duramente a las empresas medianas.
En cuanto a las licencias, creemos que el aumento es muy alto, además de que se reviven los días de la familia y las horas lúdicas, que fueron compensaciones a la reducción de la jornada laboral aprobada en 2021. Si ya están en vigor, no deberían revivirse, ya que aumentan los costos y restan tiempo productivo.
¿Cuál sería el impacto de la reforma laboral sobre las pequeñas y medianas empresas? ¿Habría cierres, despidos, o podría traer algo positivo?
La aprobación de la reforma laboral podría generar un incremento en los costos laborales directos e indirectos entre un 17 % y un 30 %, dependiendo de la actividad económica y del tamaño de la empresa. Es distinto para una empresa de servicios, de comercio o una que tenga maquinaria que no puede detenerse, como calderas que deben funcionar continuamente. Esto podría aumentar la conflictividad laboral, ya que varios artículos de la reforma laboral lo promueven.
Además, habría menor incentivo para la generación de empleo, ya que el aumento de las cargas laborales haría que las empresas sean más cautelosas al contratar, lo cual podría llevar a mayor informalidad laboral e incluso despidos. Aunque no podemos hablar con certeza de cifras, sí es claro que habrá un desincentivo para la contratación.

¿Cuáles serían los sectores donde las pequeñas y medianas empresas se verían más afectadas con la reforma laboral?
El sector comercio está muy afectado por los temas relacionados con las jornadas laborales que manejan. Hemos hablado específicamente de varios restaurantes y todo lo que tiene que ver con atención al público en horarios que no son considerados dentro de la jornada laboral bajo esta normativa. Ahí tenemos preocupaciones, porque son sectores que generan empleo, pero en horarios que no corresponden a la jornada diurna.
Otro sector afectado es el de manufactura, donde las empresas que desean aumentar su producción por nuevos pedidos o apertura de mercados podrían enfrentar un desincentivo. El incremento de los costos laborales podría hacer que aumentar la producción no compense las ganancias ni cubra los costos de producción, debido a los recargos que esta nueva normativa establece.
En general, consideramos que un país que pretende salir del subdesarrollo no puede hacerlo trabajando menos. Ningún país desarrollado ha reducido su jornada laboral sin antes tener un alto nivel de adopción tecnológica que permita mayor eficiencia en los procesos. En una economía que depende tanto de la fuerza laboral directa, aumentar las horas improductivas generará menos producción y, por tanto, afectará la creación de riqueza y el poder adquisitivo de las personas.

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¿Hay medidas de la reforma laboral que sean aprobadas por Acopi?
No creemos que esta sea una reforma laboral positiva ni para el país ni para las mipymes. Aunque se mencionan un par de artículos sobre el respaldo a la construcción de programas de empleabilidad y acompañamiento a pequeñas y medianas empresas, no está claro en qué consisten. Es difícil opinar sobre un programa tan vago y sin detalles concretos.
En términos generales, esta es una reforma laboral que no beneficia al sector productivo ni al país, ya que generará menos empleo y menos condiciones para la formalización, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. Muchas de las exigencias ya son cumplidas por las grandes empresas, que tienen mayor capacidad, pero esta reforma no será viable para el tejido empresarial del país, compuesto en un 99 % por micro, pequeñas y medianas empresas.

¿Estarían de acuerdo con una implementación progresiva o por sectores?
Hay una implementación progresiva, por ejemplo, en los recargos, que se ajustarán entre uno y dos años hasta 2026. A medida que los debates avancen, esos tiempos también irán ajustándose. Los congresistas incluyeron ese proceso de implementación en la propuesta.
¿Qué acciones debería tomar el gobierno para mitigar el impacto que tendría la implementación de la reforma laboral?
En caso de ser aprobada, lo que se necesitaría es generar mejores condiciones para la producción nacional. Una medida sería revisar y renegociar los tratados de libre comercio (TLC), especialmente donde hay déficit abultado, ya que esto nivelaría la competencia en sectores donde estamos importando más de lo que producimos.
También se debería considerar incrementar los aranceles al máximo posible en productos de países con los que no hay TLC, como es el caso de China, uno de los mayores exportadores hacia Colombia, lo que ha afectado nuestra capacidad productiva en algunos sectores. El acceso al crédito y al financiamiento de primer piso también es fundamental, aunque no hemos recibido mayor información sobre los avances en este aspecto. Finalmente, creemos que es clave no generar una mayor carga tributaria para mejorar la competitividad del país.