Atención, adultos mayores reciben tratamientos inadecuados en hospitales de Bogotá, según estudio
Un estudio hecho en Bogotá muestra que los adultos mayores enfrentan riesgos por errores en la prescripción médica. Aquí la nota completa.

Una investigación clínica desarrollada en una institución hospitalaria de alta complejidad en Bogotá mostró una situación crítica relacionada con la medicación de adultos mayores.
El estudio revela que una intervención farmacéutica logró reducir en un 26,4% los errores de prescripción en pacientes mayores de 70 años hospitalizados en servicios de urgencias o geriatría. La investigación plantea dudas sobre la seguridad de los tratamientos suministrados a esta población vulnerable.
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Adultos mayores: los más expuestos a errores en prescripción
El estudio fue realizado por Juan Esteban Cepeda Santamaría, magíster en Farmacología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), e involucró a 280 adultos mayores con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, insuficiencia cardíaca e infecciones respiratorias.
Todos eran pacientes polimedicados, con esquemas que incluían entre 5 y 20 medicamentos diferentes. Esta práctica, común en hospitales, aumenta el riesgo clínico si no hay un control adecuado.
La investigación concluyó que muchos errores en la medicación de adultos mayores se deben a la ausencia de un seguimiento especializado.
La intervención, que consistió en la inclusión de un farmacéutico clínico en el equipo médico, permitió detectar 426 problemas relacionados con medicamentos antes de que lograran causar algún daño.
¿Qué tipos de errores se detectaron?
En la atención a adultos mayores se detectaron varios errores en la prescripción de medicamentos que pueden afectar seriamente su salud. Entre los más comunes se encontraron:
- Duplicidad terapéutica, es decir, recetar varios medicamentos para lo mismo.
- Omisión de fármacos clave, sobre todo en enfermedades del corazón.
- Prescripciones inadecuadas, sin tener en cuenta el estado de órganos como los riñones.
Además, se identificaron interacciones peligrosas con medicamentos cardiovasculares (losartán, carvedilol, metoprolol), antibióticos (piperacilina/tazobactam, ampicilina + sulbactam) y fármacos psiquiátricos (quetiapina, risperidona).
También hubo casos en los que no se ajustaron las dosis en pacientes con insuficiencia renal, lo que podría generar efectos tóxicos con el tiempo.
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La presencia de un farmacéutico clínico como buena práctica a la hora de evitar errores en la medicación
La presencia de un farmacéutico clínico en el equipo médico ayudó a mejorar el manejo de medicamentos en adultos mayores. Su función principal fue revisar los tratamientos desde el ingreso hasta el alta y orientar tanto al paciente como a su cuidador. El 67 % de sus recomendaciones fueron aceptadas por los médicos, lo que la hace una buena colaboración.
Entre los errores más comunes estuvieron:
- Recetar tabletas a pacientes con dificultad para tragar.
- Falta de claridad en los horarios de administración.
- Fórmulas mal entendidas por cuidadores sin formación.
Aunque parezcan detalles menores, estos fallos pueden provocar consecuencias graves como caídas o accidentes cerebrovasculares.
Asimismo, la investigación muestra una falla importante del sistema de salud colombiano: aún no se reconoce del todo el rol del farmacéutico clínico en la atención a adultos mayores hospitalizados.
Sin su participación, muchos egresan con tratamientos costosos, difíciles de seguir o poco adecuados. Este tipo de profesionales son pilares para ajustar dosis, evitar riesgos y adaptar los medicamentos a los cambios que trae el envejecimiento.
Un desafío de salud pública
Con todo, la intervención en Bogotá muestra que integrar al farmacéutico clínico de forma permanente mejora notablemente la seguridad en sus tratamientos.
Además, los hallazgos del estudio cobran aún más importancia si se tiene en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud, para 2050 el 22% de la población mundial será mayor de 60 años. En ese escenario, brindar una atención farmacológica adecuada a los adultos mayores no es un lujo, es una necesidad de salud pública.
El problema se vuelve más crítico con el actual desabastecimiento de medicamentos en Colombia, fenómeno que ha sido considerado como alarmante por el Invima. Esto obliga a usar mejor los recursos disponibles y a fortalecer el control médico, sobre todo en poblaciones vulnerables como los adultos mayores.