Memorias divididas: el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial refleja la fractura global actual
Los 80 años de culminación de la Segunda Guerra Mundial han sido celebrados en forma diferente en Rusia y los países occidentales. Las diferencias más que discrepancias sobre los hechos reflejan el distanciamiento entre Occidente y un bloque encabezado por Rusia sobre la actual situación internacional.
El 9 de mayo se celebró en Rusia el Día de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial que ha sido tradicionalmente calificada por el gobierno ruso como el triunfo de la Gran Guerra Patria.
En Occidente las celebraciones se realizaron el 8 de mayo con distintos eventos en las principales capitales europeas. En Estados Unidos Trump señaló que el triunfo en la guerra fue “gracias a nosotros guste o no”.
La distinción en la fecha de conmemoración del fin de la guerra en Europa (8 de mayo en Occidente y 9 de mayo en Rusia) es un punto de partida significativo. Mientras que el 8 de mayo marca la rendición incondicional de Alemania a las fuerzas aliadas occidentales, la diferencia horaria hizo que el acto de firma en Berlín ocurriera cuando ya era 9 de mayo en Moscú.
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Los hechos de la Segunda Guerra Mundial, la mayor guerra de la historia
La guerra concluyó con una victoria de los aliados, La Unión Soviética, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y China, contra el denominado Eje integrado por Alemania, Japón e Italia.
La Unión Soviética tuvo pérdidas de entre 24 y 27 millones de personas, China entre 15 y 20 millones, Alemania entre 6 y 8 millones, Estados Unidos 418 mil y Gran Bretaña 450 mil. En total murieron entre 60 y 70 millones de personas, o sea el 2 por ciento de la población mundial, dentro de ellas 15 millones de militares.
La crueldad del Eje fue visible en los millones de muertos en China y el atroz Holocausto. Batallas como las de Stalingrado o Kursk fueron las más grandes y sangrientas de la historia.

La guerra duró seis años y después de la capitulación de Alemania en mayo de 1945, Japón capituló en septiembre del mismo año.
La Unión Soviética cargó con la carga fundamental de la guerra en Europa, pues la mayor parte de las fuerzas alemanas se había situado en el oriente de Europa, hasta el punto de que fue la primera que arribó a Berlín, pero los aliados con el desembarco en Normandía la guerra en el Norte de África e Italia y finalmente la apertura de un segundo frente, jugaron un papel importante.
Estados Unidos se erigió como una potencia económica y militar sin parangón, relativamente indemne en su territorio y con una capacidad industrial intacta y fortalecida y tuvo liderazgo en la creación de instituciones internacionales como las Naciones Unidas e implementó el Plan Marshall, para la reconstrucción económica de Europa Occidental y la contención de la expansión soviética que había asegurado su primacía en todo el oriente europeo.
La Unión Soviética había sufrido enormes pérdidas humanas y materiales, pero demostró una enorme capacidad militar y tecnológica y se concentró en consolidar su nueva influencia y reconstruir su economía
La división de Alemania en zonas de ocupación que eventualmente se convertirían en dos estados separados (la República Federal de Alemania, alineada con Occidente, y la República Democrática Alemana, bajo influencia soviética) simbolizó la creciente fractura del continente europeo y el inicio de la Guerra Fría.

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Las distintas interpretaciones sobre los resultados de la Segunda Guerra Mundial
Mientras que Occidente se centra en la “liberación de Europa Occidental”, Rusia se enfoca en el sacrificio épico del pueblo soviético y el papel decisivo del Ejército Rojo en la derrota de la Alemania nazi en el Frente Oriental.
El contexto político actual, especialmente la guerra en Ucrania, ha exacerbado estas diferencias. La instrumentalización de la memoria de la Segunda Guerra Mundial con fines políticos es una realidad. Mientras que Rusia acorde con su enfoque sobre la guerra en Ucrania enfatiza la “desnazificación”, Occidente enfatizando el día D, el desembarco en Normandía y la restauración de la democracia, la utiliza para aislar e ignorar el papel de Rusia.

Existe una tendencia en la narrativa occidental a minimizar o no destacar con la misma intensidad el papel soviético. Esto se atribuye a factores como el enfoque en el Frente Occidental, las tensiones de la Guerra Fría y las diferentes prioridades en la memoria histórica nacional. La disparidad en el énfasis y la prominencia en la narrativa popular occidental ha generado la percepción de un ocultamiento del papel soviético en la Segunda Guerra Mundial.
La conmemoración en Moscú tuvo la asistencia de una veintena de jefes de Estado y un despliegue de poderío militar tuvo amplia difusión y evidenció las alianzas de Rusia, especialmente con China.
Los actos occidentales se realizaron en cada capital, con menor despliegue militar, sin ninguna presencia rusa y con el apoyo al gobierno ucraniano, que entre sus fundamentos ideológicos se encuentra hacerse heredero de sus antepasados que colaboraron con los nazis.
La disparidad de narrativas sobre los resultados de la Segunda Guerra, muestra un mundo profundamente dividido.