El empleo para las mujeres sigue limitado por una brecha de género que no cierra | Más Colombia
lunes, 12 de mayo de 2025
Inicio  »  Empleo  »  El empleo para las mujeres sigue limitado por una brecha de género que no cierra

El empleo para las mujeres sigue limitado por una brecha de género que no cierra

En Colombia, el trabajo de las mujeres sigue enfrentando grandes obstáculos. A pesar de los avances, las desigualdades en el empleo, salarios bajos y la carga del trabajo no remunerado siguen siendo una realidad. La brecha de género en el empleo persiste como un obstáculo estructural que impide el acceso equitativo al trabajo.

Empleo en Colombia, brecha de género, hombres y mujeres, Más Colombia

Las mujeres siguen enfrentando serias desigualdades que les impiden acceder a oportunidades laborales equitativas. Según las cifras más recientes del DANE, presentadas en febrero de 2025, la brecha de género en el empleo sigue siendo una barrera significativa para las mujeres colombianas. Esta brecha no solo afecta el acceso al empleo, sino también la calidad y estabilidad de los trabajos disponibles para las mujeres.

Le puede interesar: Pobreza en Colombia 2025: ¿Por qué el ingreso no basta para medirla?


¿Por qué las mujeres siguen quedándose fuera del trabajo formal?

La desigualdad en las oportunidades laborales para las mujeres en Colombia sigue siendo profundamente preocupante. La Tasa Global de Participación (TGP) -que mide el porcentaje de personas en edad de trabajar que están activamente en el mercado laboral- es de apenas 53,8% para las mujeres, frente al 77,5% de los hombres. Este dato confirma que las mujeres siguen estando excluidas en gran medida del acceso al empleo formal, lo que refuerza la brecha de género en el empleo.

El modelo económico colombiano ha reducido de manera sistemática el papel del Estado en la garantía del bienestar social, dejando en manos de las familias -y, sobre todo, de las mujeres- la responsabilidad del cuidado. En este contexto, las tareas domésticas y de cuidado no remunerado recaen mayoritariamente sobre ellas, limitando la posibilidad para acceder a empleos estables y bien remunerados. 

A esto se suma que las condiciones biológicas, como la menstruación o la posibilidad de quedar embarazadas, siguen siendo vistas como obstáculos en lugar de realidades que requieren protección laboral. Reforzando sesgos de género que consideran a las mujeres menos productivas, y restringe su acceso a trabajos con mejores condiciones y posibilidades de desarrollo.

igualdad de género, hombres, mujeres, Más Colombia

Las mujeres siguen siendo las más afectadas por el desempleo

Aunque la tasa de desempleo general ha mostrado cierta mejoría, la brecha de género en el empleo refleja que las mujeres siguen cargando con los peores indicadores: su tasa de desempleo fue del 13,4% en febrero de 2025, frente al 7,9% de los hombres. Esta diferencia no responde a una coyuntura, sino a un patrón que se repite año tras año

El panorama se agrava entre las más jóvenes, donde el desempleo alcanza un 16,8%. A pesar de su formación, siguen enfrentándose a un mercado laboral que las precariza o directamente las margina. Sin transformar las bases mismas del sistema económico y laboral, millones de mujeres seguirán siendo tratadas como fuerza de trabajo secundaria, cuando en realidad sostienen —en lo visible y lo invisible— gran parte del funcionamiento de esta sociedad.


desempleo en Colombia, Más Colombia

Sectores de Trabajo precarizados “Femeninos”

Las mujeres en Colombia siguen concentrándose en los sectores de comercio, educación, salud y servicios personales, donde las condiciones laborales son precarias y los salarios bajos. Por ejemplo, 1,896,000 mujeres trabajan en comercio y reparación de vehículos, mientras que en sectores como la construcción, solo 105,000 mujeres están empleadas, frente a más de un millón de hombres en este sector. Este patrón refleja una división sectorial de género, donde las mujeres quedan atrapadas en trabajos menos remunerados y con pocas oportunidades de ascenso

El autoempleo es otra de las realidades para las mujeres en el trabajo colombiano. Aproximadamente el 37,6% de las mujeres trabajadoras lo hacen por cuenta propia, pero esta no es una libre elección. Más bien, es una respuesta a la falta de opciones de empleo digno. Además, el 6,8% de las mujeres son empleadas domésticas, muchas veces sin contrato ni acceso a beneficios laborales.

Brecha de género en Colombia, desempleo, mercado laboral, más Colombia

También le puede interesar: Corrupción en Colombia: Capturan a expresidentes del Senado y la Cámara por comprar apoyos políticos

Trabajo No Remunerado la carga invisible para millones de mujeres

Más de 7 millones de mujeres en Colombia están fuera de la fuerza laboral porque se dedican exclusivamente al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. Esta brecha de género en el empleo, lejos de ser una simple estadística, es una de las expresiones más crudas de la desigualdad estructural de género. Aunque a nivel internacional se han dado pasos hacia el reconocimiento del valor económico de estas labores, en la práctica este reconocimiento se queda corto cuando no viene acompañado de políticas públicas, infraestructura social y recursos que permitan redistribuir esas responsabilidades.

En Colombia, la ausencia de servicios públicos básicos como guarderías, comedores comunitarios, lavanderías o acceso a tecnologías domésticas que reduzcan las cargas del cuidado, perpetúa la condena de millones de mujeres a la segregación económica. Esta situación se agrava aún más en un contexto de austeridad fiscal, donde los recortes en gasto social terminan siendo absorbidos silenciosamente por las mujeres, bajo la narrativa del amor, la vocación o los mandatos de género. Mientras el Estado se retrae, ellas se ven forzadas a llenar los vacíos con su tiempo, su cuerpo y su energía, sin remuneración, sin seguridad social y sin derechos laborales. Este escenario no solo es injusto, es insostenible.

El mercado laboral colombiano sigue sin ofrecer condiciones justas para las mujeres. A pesar de los avances que se puedan observar en algunas áreas, las mujeres siguen enfrentando una alta tasa de desempleo, condiciones de trabajo precarias y una sobrecarga de trabajo no remunerado que las mantiene fuera del circuito económico formal.