sábado, 1 de abril de 2023
Inicio  »  Industria  »  Déficit en la Cuenta Corriente: ¿Talón de Aquiles de la economía colombiana?

Déficit en la Cuenta Corriente: ¿Talón de Aquiles de la economía colombiana?

La incertidumbre global y el descuadre entre lo que le entra al país por ventas al exterior y lo que gasta en importaciones y remisión de las utilidades de la inversión extranjera, tiene en vilo la recuperación económica.

Comercio internacional

Según el último reporte de visita del FMI a Colombia (15 de febrero de 2022), la economía nacional es “vulnerable a un aumento drástico de las primas de riesgos globales y a otros choques externos, dentro de un contexto de elevada incertidumbre mundial”. Para la entidad, esto se debe “al mayor déficit de la Cuenta Corriente”. ¿Qué significa este déficit? ¿cómo se genera? y ¿por qué hace económicamente vulnerable al país?


Las respuestas a estas preguntas son de interés general porque el mayor o menor balance de esa cuenta genera estabilidad o inestabilidad económica, social y política, impacta el volumen de la deuda externa (pública y privada) y explica la dependencia de los flujos globales de inversión. Esto, a su vez, impacta el desarrollo agropecuario e industrial, la estructura económica nacional, las finanzas públicas, el manejo de la moneda y las negociaciones de acuerdos tanto de comercio como de inversión, entre otros factores.

¿Qué es la Cuenta Corriente?

Para más Noticias como esta síguenos en: TwitterFacebookInstagramYoutube

De acuerdo con el Banco de la República (BanRep), la Cuenta Corriente (CC) es una de las dos partes de la balanza de pagos, que a su vez constituye el sistema de registro de transacciones económicas internacionales. La CC es donde se contabilizan las exportaciones e importaciones de bienes y servicios, los ingresos y egresos por renta de los factores (capital y trabajo), y los ingresos y egresos por transferencias corrientes (por ejemplo, donaciones de un gobierno extranjero). 


Según el BanRep, “en la cuenta corriente se registran todas las transacciones de recursos reales entre la economía y el resto del mundo. […] Un superávit en cuenta corriente se traduce en la capacidad de prestar recursos (ahorro) al resto del mundo, en tanto que un déficit significa una necesidad de financiamiento externo por parte de la economía local”. 

La Cuenta Corriente, además, es el resultado de sumar dos grupos de registro: la balanza comercial y de servicios, por un lado, y la renta factorial, por el otro

1. Balanza comercial y de servicios. Reporta el balance —positivo o negativo— entre los ingresos por concepto de exportaciones y los gastos por concepto de importaciones, tanto de bienes como de servicios. Así, por ejemplo, contabiliza los ingresos por ventas de petróleo, carbón, café, oro, turismo, viajes y turismo, servicios financieros y seguros, entre otros bienes y servicios. A esos ingresos se les restan los egresos por compras externas de bienes agropecuarios (trigo, maíz, soja, avena, cebada, leche, carne, etc.), combustibles, carros, buses, camiones, telas, ropa, autopartes, electrodomésticos, celulares, seguros y películas, entre otros bienes y servicios. Con esta operación, que da un valor negativo o positivo, se determina si el país tiene un déficit o un superávit comercial.

(Le puede interesar: 8 años consecutivos de números rojos para la balanza comercial colombiana)


2. Renta factorial. Registra el balance entre ingresos y egresos de las rentas generadas por la explotación de los factores de producción (trabajo y capital). Los ingresos están fundamentalmente constituidos por las remesas que envían a sus familias los colombianos que trabajan en el exterior y por las utilidades generadas por las inversiones de inversionistas colombianos en el exterior (por ejemplo, cuando se traen al país las ganancias de los bancos del Grupo Aval en Centroamérica). Los egresos, por su parte, corresponden principalmente a las salidas de las utilidades de las compañías multinacionales que operan en Colombia, al pago de los intereses por el servicio de la deuda externa pública y privada, y a los pagos por explotación de la propiedad intelectual (por ejemplo, para transmitir en las salas de cine colombianas la película norteamericana Encanto deben pagarse derechos de transmisión y usufructo relacionados con la propiedad intelectual de la empresa Disney). 

La renta factorial se calcula en dos pasos. Primero, se suman los ingresos que entran al país por dos vías: 1). La entrada y/o salida de las utilidades generadas por la inversión extranjera en Colombia o por las utilidades de la inversión colombiana en otros países, originadas en actividades en el sector real o en la compra de títulos de valores (deuda pública, acciones de empresas, deuda privada, derivados, etc.). 2). Las remesas de los trabajadores en el exterior. Luego, se les restan a los ingresos los egresos, de lo cual se puede tener un resultado positivo o negativo. 

afTY5rBdLW5eH2BN4crAoj5GCInm 6U GFHieup73pXnqcZtlFznpiob03QeTO8euco4cVoRRwpEwvLoFPZTk369X w5e1M0yZeKdbMvHmj4mX5G9LFRnXWY20BIUg
Fuente: Elaboración propia

Como se mencionó, el balance de la Cuenta Corriente (CC) se obtiene al sumar los balances de la renta factorial y de la balanza comercial y de servicios. Por lo tanto, su resultado también puede ser positivo, en cuyo caso se tendrá un superávit, o negativo, dando lugar a un déficit. 

Durante el siglo XXI ha predominado el balance negativo —el déficit— en la CC. Los datos del Banco de la República, entidad encargada de llevar estos registros contables, muestran que en el año 2000 hubo un efímero superávit de 845 millones de dólares (ver gráfica 2). Desde el 2001, trimestre tras trimestre y año tras año, el nivel del descuadre ha venido creciendo de forma constante. Empezó con -1.040 millones en 2001, para 2008 iba en -6.497 millones, en 2013 se ubicó en -12.365 millones, en 2014 saltó a -19.818 millones, en 2019 sumó 14.807 millones y en 2021 cerró en -17.833 millones de dólares.


(Le puede interesar: En 2022, Colombia debe apostarle a reducir el déficit de la balanza comercial)

El aumento progresivo del déficit de Cuenta Corriente muestra que el país importa más bienes y servicios de los que exporta y, así como ingresa más inversión extranjera, sale una suma cada vez mayor de utilidades de esa inversión. Desde el año 2000, los recursos extranjeros invertidos en Colombia aumentaron 218%, generando en paralelo una escalada de las utilidades que salen del país. En promedio, entre 2000 y 2010, salían anualmente por utilidades de la inversión foránea 6.911 millones de dólares, monto que para el período 2011-2021 subió a 14.811 millones de dólares, un 114% más.

El déficit en la Cuenta Corriente aumenta las deudas de Colombia con el resto del mundo

El ingreso de ahorro externo en forma de inversión y deuda se contabiliza en los pasivos del país con el exterior. Es decir, en la medida que se ha vuelto estructural el déficit de la Cuenta Corriente, el país le debe más al mundo. 


Para ilustrarlo veámoslo con dos ejemplos: (i) En 2005, SABMiller compró a Bavaria por 7.200 millones de dólares, movimiento de dinero que fue registrado en la Cuenta Financiera, específicamente en la parte de ingresos por inversión extranjera directa (ver gráfica 1). Este movimiento constituyó, entonces, un pasivo contable para el país. (ii) A diciembre del 2021, los fondos de inversión extranjeros poseen el 24,7% de los TES (títulos de deuda del gobierno nacional) y, entre enero y diciembre del 2021, aumentaron las compras de estos títulos 11,97 billones de pesos (Casa de Bolsa, diciembre 2021). 

Esta variación de recursos se registra como un ingreso en la Cuenta Financiera, específicamente en la parte de inversión de portafolio. La acumulación o desacumulación de reservas internacionales que hace el Banco de la República también se asienta en esta Cuenta. Las reservas internacionales, que al cierre de febrero pasado ascendieron a 58.289 millones de dólares, son un activo en las cuentas nacionales y los cambios en ellas también se inscriben en la CF.

En el año 2000, el stock de ahorro externo en forma de inversión y deuda, contabilizado como un pasivo nacional, era de 47.706 millones de dólares. A diciembre de 2021, el monto aumentó a 391.778 millones de dólares, un 721% más. Esto significa que importar más le implica a la nación tener mayores niveles de deuda.

(Lea también: ¿Productos importados están aumentando la inflación?)


Colombia. Cuenta Corriente y Cuenta Capital. 2000 2021
.

¿Cuáles son los efectos del déficit recurrente en la Cuenta Corriente?

El año 2021 cerró con un déficit en la cuenta corriente por -17.833 millones de dólares, equivalente al -5,7% del PIB (Banco de la República, pp.7, 2022). Comparado con el de 2020, este saldo en rojo aumentó en 94%, y frente a 2019 aumentó en 20,4%. La última vez que se observó un crecimiento tan significativo en este saldo fue en 2014, cuando el déficit aumentó un 60% por la caída del precio internacional del petróleo —las referencias WTI y Brent bajaron ese año -47% (Anuario Estadístico BP, 2020)—.

La situación pone nuevamente a Colombia como uno de los países “emergentes” con una de las economías “más vulnerables en materia de cuentas externas”, por lo cual Corficolombiana ha llamado a este déficit el Talón de Aquiles de la economía nacional (Corficolombiana, pp. 2, 2022). El desbalance en la cuenta corriente de 2021 fue el tercero más alto en lo que va del siglo, después de 2015 y 2014 (datos BanRep), y es mayor al de Brasil, Chile, Perú, el promedio de América Latina y todas las economías emergentes del mundo (Corficolombiana, gráfico 4).

Para financiar el desbalance estructural, la política gubernamental ha recurrido a la inversión extranjera como fuente de recursos, pero esos dineros en la coyuntura actual cada vez dan para menos. Mientras en 2017 el volumen entrante de inversión foránea equivalía al 138% del déficit de la Cuenta Corriente, al 2021 solo llegó al 53%, con un hecho adicional: las empresas multinacionales están haciendo menores aportes de capital desde las casas matrices, como una manera de  presionar a las filiales a financiar el sostenimiento de las operaciones en Colombia con las utilidades generadas aquí. Para ilustrar esto se puede pensar en un hijo que estudia en otra ciudad, al cual el padre y la madre le envían la constancia de la transferencia mensual de su mesada con el siguiente texto: “Hijo: va menos plata, pero no reduzcas los gastos. Y, por favor, no te devuelvas”.


El talón de Aquiles de la economía, como lo denomina Corficolombiana, presiona al Banco de la República a hacer mayores ajustes en la tasa de interés. No obstante, con respecto a este posible escenario el exministro de Hacienda,  Mauricio Cárdenas (2022), expresó que la “mayor inflación y el menor apetito por nuestros papeles dejan al Banco de la República sin opción de incrementar la tasa de interés”. Aunque otras personalidades del mundo económico han planteado caminos diferentes en política monetaria y comercial (Sarmiento y González), la mayor incertidumbre generada por el conflicto en Ucrania y el debilitamiento global de la recuperación económica empuja a los capitales globales a buscar refugio donde se sientan más seguros (dólar y oro), lo cual podría convertir la reactivación económica en una “euforia efímera”, para usar las palabras de Cárdenas.

(Siga leyendo: TLC con Emiratos Árabes Unidos, ¿uno más que se suma a la lista?)