Niños y adolescentes en peligro: Gobierno no ha girado recursos al Bienestar Familiar para Línea 141 de atención infantil
La línea 141 de atención infantil del Bienestar Familiar, vital para la protección de menores en estado de vulnerabilidad, está en riesgo de desaparecer. La causa sería un vacío presupuestal.

La falta de presupuesto del Gobierno Nacional deja a 575 trabajadores en vilo y a miles de niños y jóvenes en un peligroso limbo, ya que la línea 141 de atención infantil ha sido durante los últimos años el principal canal de comunicación para la denuncia de vulneraciones a los derechos de menores.
La situación ha encendido las alarmas de los operadores del centro de contacto, quienes aseguran que el cese de actividades pone en riesgo el bienestar y la seguridad de los miles de niños y jóvenes que se comunican día a día a través de la línea 141.
Más Colombia se comunicó con trabajadores del centro de contacto, quienes han optado por mantener el anonimato.

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Un servicio esencial sin respaldo presupuestal
El 3 de febrero, los operadores del centro de contacto del Bienestar Familiar recibieron la noticia de que, debido a la falta de recursos, sus labores cesarían el 9 de febrero. Este sería el fin de un servicio que desde su inicio, 9 años atrás, no había presentado riesgo alguno de continuidad.
La crisis no solo afecta la operación de la línea 141 de atención infantil, sino también otros servicios esenciales del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) que protegen a menores en situación de vulnerabilidad. Estos servicios son cruciales en el trámite de denuncias de maltrato a menores, por lo que la noticia del posible cese de operaciones del centro de contacto del Bienestar Familiar despertó la preocupación de sus trabajadores.
De acuerdo con operadores de la línea 141 de atención infantil, el cierre de este servicio implicaría que cerca de 600 empleados pierdan su empleo y que miles de menores queden sin un canal especializado para denunciar casos de abuso. En Colombia, donde la violencia infantil sigue siendo un problema grave, la pérdida de este servicio podría resultar en consecuencias irreparables.
El año pasado, Unicef registró un incremento del 31% en la violencia contra los menores en Colombia, una cifra que denota la urgencia de servicios como el que provee la línea 141 de atención infantil, pues facilita el proceso de denuncia y promueve la educación en torno a los derechos de los niños y adolescentes del país.

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Sin la línea 141 de atención infantil, ¿quién escucha a los niños?
El alcance de la línea 141 de atención infantil es irrefutable. Cada día, psicólogos, trabajadores sociales y abogados especializados responden hasta 7.000 llamadas y generan cerca de 6.000 interacciones resultado de la atención vía WhatsApp, correo electrónico, videollamada, click-to-call y portal web.
En las llamadas, los operadores de la línea orientan a los niños y adolescentes frente a casos de denuncia de violencia física, psicológica o sexual, y desarrollan campañas educativas para prevenir el abuso y enseñar a los menores a identificar conductas que vulneran sus derechos.
Esta noble labor es descrita con orgullo y agradecimiento por los operadores de la línea, quienes describen la enorme satisfacción que deja la certeza de haber ayudado a los niños y adolescentes que atendieron durante el día. Precisamente con esto en mente, los operadores de la línea 141 de atención infantil destacan la importancia de continuar el servicio de la línea y piden una pronta respuesta.

Pese a que existen otras líneas de emergencia, como el 123, la línea 141 de atención infantil es la única en Colombia diseñada específicamente para la atención de menores, con un enfoque especializado que permite abordar las denuncias de manera más eficaz, de modo que su funcionamiento es clave para la protección de los menores en estado de vulnerabilidad.
Operadores de la línea 141 de atención infantil aseguran que la falta de recursos no debe poner en riesgo la vida de los menores, ni la estabilidad laboral de los trabajadores que, día tras día, luchan por garantizar su protección.
Sin una respuesta pronta, miles de niños seguirán expuestos a riesgos sin poder hacer uso de un medio efectivo para denunciar abusos.