ETB en números rojos: Las razones detrás de su caída financiera
ETB cierra 2024 con su noveno año consecutivo de pérdidas. Mientras los ingresos se estancan y la deuda crece, el sindicato denuncia despidos masivos. ¿Qué está pasando con la empresa de telecomunicaciones de Bogotá?

Al cierre del 2024, la ETB reportó su noveno año consecutivo de pérdidas, y de no poder repartir dividendos a sus accionistas entre los que se encuentran la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Universidad Distrital.
De acuerdo con el balance financiero de la empresa, la pérdida neta de 2024 fue de $82.535 millones que supera el saldo negativo del 2023 cuando fue de $45.276 millones.
El flujo de caja mensual de la ETB es negativo en más de $1.000 millones y, con ingresos operacionales estancados alrededor de los $1,46 billones, se ven apalancados por un altísimo nivel de deuda financiera, entre 2023 y 2024 los gastos financieros aumentaron un 21.6%.
El sindicato, Sintrateléfonos, denuncia el despido de 80 trabajadores, la cuál califican como “masacre laboral”.
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¿Por qué tiene pérdidas la ETB?
Según los estados financieros de ETB, entre enero y septiembre de 2024, los ingresos de la empresa aumentaron cerca de un 10%. A su vez, las ganancias antes de impuestos y depreciaciones (EBITDA) pasaron de $240 mil millones en 2023 a $327 mil millones en 2024, lo que representa un incremento del 36,1%.
Ante estos resultados, surge una pregunta clave: ¿por qué, si los ingresos y la rentabilidad de la empresa están aumentando, los estados financieros de ETB registran pérdidas por $124 mil millones en los primeros nueve meses de 2024?
La respuesta radica en una práctica contable que se viene aplicando desde la administración de Enrique Peñalosa: el aumento exagerado de un gasto denominado “depreciaciones, provisiones y deterioros”.
Las depreciaciones reflejan la forma en que la empresa está desvalorizando sus activos. Así como un vehículo pierde valor con el tiempo, los edificios, equipos y maquinaria de ETB también se deprecian a medida que envejecen. La ley colombiana permite a las empresas aplicar una depreciación acelerada de sus bienes, lo que incrementa el gasto por este concepto. Esto es precisamente lo que ha hecho ETB.
Como resultado, los estados financieros muestran que, entre enero y septiembre de 2024, el gasto por depreciaciones aumentó en $124 mil millones de pesos, un incremento cercano al 50%. Este ajuste contable es el factor que explica las pérdidas reportadas por la empresa.
Sin embargo, como ha ocurrido en otras ocasiones, la administración distrital ha optado por trasladar la crisis —derivada de una mala gestión y de la concentración del mercado en un oligopolio— a los trabajadores. Así lo denunció el sindicato Sintrateléfonos en una carta reciente.
De acuerdo con el sindicato, hasta la fecha han sido despedidos 80 trabajadores, y se espera que esta cifra aumente. El nuevo presidente de ETB, Diego Molano, ha insistido en que la carga laboral es uno de los principales factores que explican la crisis de la empresa.

El impacto de la administración de Saúl Kattan Cohen
Durante la gestión de Saúl Kattan Cohen (2012-2015), se liquidó efectivo operativo, se incrementó la deuda interna y no se definió una estrategia de mercado para optimizar las nuevas infraestructuras. Solo en 2016 se observó un aumento significativo en la inversión de capital.
Además, se redujo considerablemente el efectivo de la empresa al destinar recursos a la cancelación del pasivo pensional de las AFPs. También se generó un endeudamiento externo en dólares, que la empresa tuvo que pagar en 2023.
Otro aspecto crítico fue la atracción de fondos de cobertura como accionistas de ETB, cuando diversos análisis sugerían que lo más conveniente era recomprar las acciones en la bolsa.
Intentos de privatización y consecuencias
La ETB no solo es una fuente de ingresos para el Distrito, sino una de las pocas empresas públicas que quedan en el sector de telecomunicaciones. Su privatización consolidaría un oligopolio dominado por Claro, Telefónica y Millicom.
El exalcalde Enrique Peñalosa intentó privatizar la ETB durante su segundo mandato en Bogotá (2016-2019).
En abril de 2016, Peñalosa presentó ante el Concejo de Bogotá un proyecto para vender la participación del Distrito en la empresa, argumentando que la ETB ya no era rentable y que la mejor opción era su enajenación para que el Distrito pudiera invertir en infraestructura y programas sociales.
Designó como presidente a Jorge Castellanos, quien carece de experiencia en telecomunicaciones, pero es reconocido por su papel en enajenaciones empresariales. En 1999, Castellanos dirigió la operación de rescate financiero de Fogafín, que resultó en que los bancos obtuvieran 12 billones de pesos de los impuestos de los contribuyentes. En sus primeras declaraciones, el directivo admitió su incapacidad para fortalecer la empresa y afirmó que la privatización era la única opción viable.
Sin embargo, la propuesta enfrentó una fuerte oposición de sectores políticos, sindicatos y organizaciones ciudadanas, que denunciaron que la venta beneficiaría a empresas privadas y dejaría al Distrito sin una fuente importante de ingresos. Finalmente, la iniciativa no prosperó en el Concejo, y la privatización no se llevó a cabo.

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Competitividad y errores administrativos
ETB ofrece de los mejores servicios de internet en Colombia, con un proyecto de fibra óptica que proporciona velocidades de 25 a 150 megas. Ha sido reconocida como el segundo mejor proveedor de internet del país según el ranking de Netflix. Además, su oferta de televisión y servicios móviles 4G es competitiva, con tarifas similares a las de Claro y Telefónica.
Sin embargo, el bajo crecimiento en el número de suscriptores no se debe a falta de competitividad, sino a errores administrativos. La tercerización con empresas privadas ha afectado la calidad del servicio e incumplido la instalación de nuevas conexiones. Según la Contraloría, en 2014 ETB recibió 43.714 solicitudes de instalación, pero solo logró atender 18.450, perdiendo el 58% de los potenciales clientes.
El servicio de atención al cliente también se subcontrató, con resultados deficientes. En 2014, las quejas aumentaron un 70% y la empresa tuvo que pagar 2.150 millones de pesos en multas por no responder adecuadamente a los reclamos. A esto se suman sobrecostos en contratos con empresas privadas y la venta de acciones en Tigo por un precio de USD $40 millones inferior a su valor real.

Alternativas para fortalecer la ETB
En lugar de privatizar, la administración debería mejorar la gestión y desarrollar una estrategia de mercadeo que aproveche la infraestructura tecnológica existente. Según la Contraloría Distrital:
“La ETB tiene un buen producto, una red con ventajas competitivas frente a otros operadores, pero por falta de una estrategia comercial adecuada no ha logrado atraer nuevos usuarios que permitan cumplir sus metas y obtener retorno de inversión”.
Además, la ETB es clave para las finanzas de Bogotá. Entre 2000 y 2005, el Distrito recibió cerca de $1 billón en dividendos y entre 2013 y 2015, $500 mil millones.
La privatización no solo afectaría a Bogotá, sino al país, al consolidar un oligopolio privado en telecomunicaciones. Según la ONU y la OCDE, los servicios en Colombia son costosos y de baja calidad. Mientras que en Europa la mitad de las conexiones de internet superan los 10 megas, en Colombia solo el 1,7% lo logra. Fedesarrollo estima que los colombianos han perdido $2 billones en bienestar debido a tarifas elevadas y mala calidad en telefonía móvil.
Entregar este sector estratégico a monopolios solo agravaría la situación. La ETB, con una gestión eficiente, aún tiene el potencial de fortalecerse y continuar como una alternativa pública viable en el mercado de telecomunicaciones.