Exportaciones manufactureras rezagadas: la gran deuda de Colombia tras 13 años de TLC con Estados Unidos
A 12 años del TLC con Estados Unidos, las exportaciones manufactureras de Colombia siguen estancadas y no logran reducir el déficit comercial.

Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos en 2012, el comercio bilateral ha sufrido transformaciones profundas. Sin embargo, lejos de consolidarse como una plataforma de impulso para la industria, el acuerdo ha coincidido con una fuerte caída del superávit previo y la consolidación de un déficit comercial Colombia.
Según investigaciones de Cedetrabajo, durante los doce años previos al TLC, el país mantenía un superávit promedio de 3.700 millones de dólares anuales, pero desde su entrada en vigor, Colombia ha sostenido un déficit comercial promedio de 1.563 millones de dólares anuales.
Uno de los factores estructurales que explican esta balanza negativa es el bajo desempeño de las exportaciones manufactureras, que no han logrado despegar a pesar del acceso preferencial a uno de los mercados más grandes del mundo. El balance, en lugar de mostrar un salto cualitativo en la diversificación de productos, revela una fuerte dependencia de materias primas como petróleo y carbón, mientras la industria manufacturera nacional sigue enfrentando obstáculos internos y externos para competir.
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Estancamiento de las manufacturas exportadas
En 2024, las exportaciones a Estados Unidos crecieron en términos generales, pero ese repunte no se tradujo en un impulso significativo para las exportaciones manufactureras. El grueso de los envíos a EE. UU. sigue estando dominado por productos como el petróleo (32%), alimentos no transformados y metalurgia básica, dejando poco espacio para bienes con mayor valor agregado.
A pesar del acceso preferencial a 497 partidas arancelarias, las exportaciones manufactureras apenas representan una fracción del comercio bilateral. El café verde —sin valor agregado— representa el 62% de las exportaciones alimenticias, mientras que productos con mayor transformación industrial como maquinaria, textiles o equipos eléctricos tienen una participación marginal.
En sectores estratégicos como confecciones y calzado, que en teoría deberían beneficiarse del TLC, el desempeño ha sido decepcionante. La fabricación de prendas de vestir apenas representó el 1,9% de la oferta manufacturera exportada, mientras que la maquinaria industrial no supera el 0,9%. Esta debilidad refleja no solo la falta de productividad y escalabilidad industrial, sino también problemas como costos logísticos, cargas tributarias y bajo acceso al crédito productivo.
Manufactura sin dinamismo, déficit sin freno
La fragilidad industrial se refleja también en los indicadores de producción. Aunque en marzo de 2025 la industria manufacturera creció un 4,9% en producción, impulsada por alimentos y farmacéuticos, el panorama general sigue siendo negativo: en los últimos 12 meses, la producción cayó 0,2%, las ventas bajaron 0,1% y el empleo industrial retrocedió 0,5%. Estos datos evidencian la incapacidad del sector para responder de forma sostenida a las oportunidades del TLC.
Como resultado, el déficit comercial Colombia no ha podido corregirse estructuralmente. La mayoría de los productos manufacturados que se importan desde Estados Unidos —derivados del petróleo, químicos, maquinaria, farmacéuticos— continúan desplazando producción nacional. Mientras tanto, las manufacturas colombianas tienen bajo nivel de inserción en cadenas de valor globales.
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Empresas y regiones: concentradas y dependientes
Más de 3.000 empresas colombianas exportan a Estados Unidos, pero las cinco principales concentran casi un tercio del valor exportado. Ecopetrol, por sí sola, representó el 24,8% en 2024, con ventas por 3.556 millones de dólares. Le siguen C.I. Trafigura Petroleum, Energía Solar SAS, Refinería de Cartagena y Sunshine Bouquet, lo que confirma que el liderazgo exportador está aún dominado por sectores extractivos y agroindustriales, no por las exportaciones manufactureras.
Territorialmente, Antioquia, Bogotá y Cundinamarca siguen liderando las ventas a EE. UU., pero incluso allí, la industria con valor agregado sigue rezagada frente a productos básicos o semielaborados. La baja sofisticación tecnológica y el escaso desarrollo de encadenamientos productivos limitan las capacidades de exportación en manufactura.
Oportunidades perdidas y retos pendientes
El TLC prometía expandir el horizonte industrial de Colombia, pero tras más de una década, las exportaciones manufactureras no han logrado ser el motor de transformación económica esperado. Por el contrario, el país ha consolidado un patrón primario exportador, en el que el crecimiento no implica necesariamente desarrollo.
La debilidad estructural de la industria impide que Colombia aproveche plenamente las ventajas del acuerdo. Para revertir esta situación y cerrar el déficit comercial Colombia, se requiere una política industrial activa: inversión en infraestructura, mejoras en competitividad, formación de capital humano, y una estrategia de promoción de exportaciones con valor agregado.
Si no se corrigen estos rezagos, las exportaciones manufactureras seguirán rezagadas, y el país mantendrá su dependencia de productos básicos.