Facturación electrónica en Colombia: evite multas por incumplimiento de la normativa tributaria
La facturación electrónica marca un avance importante en la modernización del sistema tributario colombiano. Le contamos sus ventajas, las sanciones por incumplimiento y cómo adaptarse a esta nueva normativa.

La facturación electrónica es obligatoria en Colombia desde comienzos de este año. Para muchos comerciantes y empresarios sigue siendo un tema complejo, especialmente para las pequeñas y medianas empresas del país, un sector que conforma gran parte del tejido empresarial de Colombia.
Un estudio reciente de Alegra.com destaca que Colombia tiene la mayor proporción de microempresas en América Latina, con un 90% de las mipymes pertenecientes a esta categoría.
Estas empresas, que emplean a menos de diez personas y poseen activos totales inferiores a 501 Salarios Mínimos Mensuales Legales Vigentes (SMMLV), suman más de 1,5 millones según la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi).
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¿Qué beneficios tiene la facturación electrónica?
Aunque la obligatoriedad de la facturación electrónica puede parecer una carga adicional para los pequeños empresarios, esta tecnología ofrece beneficios significativos. Según un reporte de Alegra.com más de 40.000 mipymes en Colombia utilizan herramientas digitales para automatizar sus procesos de facturación, lo que les permite enfocarse en el crecimiento de su negocio y en incrementar sus ventas.
La facturación electrónica actúa como un catalizador para la formalización y profesionalización de las microempresas.
Este sistema no solo facilita la administración al permitir el envío y recepción de facturas de manera rápida y eficiente, sino que también reduce errores y demoras, mejora las gestiones con la DIAN y proporciona información en tiempo real sobre las transacciones comerciales.

La adopción de la facturación electrónica puede mejorar la eficiencia operativa y aumentar la competitividad de estas empresas. Al digitalizar sus procesos, las microempresas pueden acceder a nuevas oportunidades de negocio, mejorar su relación con los clientes y proveedores, y cumplir de manera más efectiva con las regulaciones fiscales.
Desde luego, y como en todo cambio normativo, es crucial que las microempresas reciban el apoyo necesario para adaptarse a estos cambios. Con la implementación de herramientas adecuadas y el soporte correcto, es posible transformar estos desafíos en oportunidades.
La transición a la facturación electrónica puede parecer una tarea ardua, pero con la asesoría y los recursos apropiados, las microempresas pueden no solo cumplir con las nuevas normativas, sino también prosperar en un entorno digital cada vez más competitivo.
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Qué pasa si no expido la facturación electrónica
El incumplimiento de la facturación electrónica puede acarrear sanciones severas, incluyendo multas de hasta el 5% de los ingresos operacionales, con un límite de 950 UVT, y el cierre temporal del establecimiento. La DIAN establece estas sanciones en el Estatuto Tributario, por lo que es esencial conocer los requisitos. Las multas específicas incluyen el 5% por no facturar electrónicamente, el 1% por cada factura que no cumpla con los requisitos legales y el cierre temporal por reincidencia en errores críticos. Además, enviar información incorrecta o fuera del plazo puede resultar en multas adicionales de hasta 15.000 UVT.
Para evitar estas sanciones, es crucial adaptarse a la facturación electrónica y asegurarse de que todas las transacciones cumplan con los requisitos legales. Descarga nuestro e-book para obtener más información sobre cómo cumplir con esta normativa y respaldar tus operaciones de manera eficiente.
La informalidad sigue siendo un reto para Colombia
A pesar de su importancia, muchas microempresas operan en la informalidad, lo que limita su crecimiento y desarrollo. En 2022, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística informó que estas microempresas, que forman la mayor parte del tejido productivo y del empleo, presentaron una tasa de informalidad del 85,2%.
Esta cifra es elevada y especialmente inquietante, ya que la informalidad limita el acceso de las empresas a beneficios formales y tiene un impacto directo en la recaudación fiscal.
La relevancia de este tema se ha intensificado con los recientes cambios fiscales que, desde el 1 de junio, requieren que muchos contribuyentes, incluidas las microempresas, emitan comprobantes POS electrónicos o facturas electrónicas.
A su vez, La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) ha incrementado sus esfuerzos para asegurar el cumplimiento de esta normativa, inspeccionando numerosos negocios y sancionando aproximadamente 119 establecimientos en 2024 por no emitir comprobantes de venta electrónicos.