Campesinos en Colombia, los más afectados por la inseguridad alimentaria: informe del DANE 2023
El DANE publicó el informe de inseguridad alimentaria en Colombia. Con datos del 2023, la entidad reveló cuáles son las zonas más afectadas y destacó cuáles son los factores que agravan esta problemática.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) publicó recientemente un informe que reúne los datos sobre inseguridad alimentaria en el país. El reporte, que contiene cifras del 2023, puso en evidencia un panorama marcado por disparidades regionales.
Aunque el balance fue positivo en términos generales, en Colombia aun hay mucho por hacer en materia de seguridad alimentaria. El reporte revela que el año pasado, el país logró disminuir la inseguridad alimentaria 2 puntos porcentuales, llegando a 26,1% de hogares afectados por la problemática.
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Este estudio mide precisamente la dificultad que tienen los hogares colombianos para acceder a alimentos nutritivos, teniendo en cuenta que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) define la inseguridad alimentaria como la carencia de “acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable”.
Estos son algunos de los datos clave que arrojó el informe del DANE.
Los campesinos son los más afectados
En el 2023 el balance fue positivo. El informe demostró una reducción en la inseguridad alimentaria a nivel nacional de 2 puntos porcentuales. Aunque a paso lento, Colombia parece estar ganando la batalla de la inseguridad alimentaria.
Sin embargo, en el país reinan las disparidades. La más evidente es la severidad de la inseguridad alimentaria en las zonas rurales, en comparación con los niveles registrados en zonas urbanas. De acuerdo con el reporte, la probabilidad de enfrentar inseguridad alimentaria es superior en “hogares cuyo jefe/a se identifica subjetivamente como campesino/a (32,9% en 2023)”.
A pesar de los avances, la inseguridad alimentaria sigue ocupando un gran terreno en las zonas rurales del país. Esto es paradójico, pues son precisamente las regiones rurales las que proveen de alimentos al resto del país.
El reporte del DANE reveló que las zonas más afectadas por inseguridad alimentaria durante el 2023 fueron Vichada, Quindío y Cauca. En Vichada, el aumento fue de 30,7 % en 2022 a 39,7 % en 2023. Casi 10% más. Este fue, de hecho, el incremento más alto registrado.
Después están Quindío, Cauca y Guaviare. Cada departamento con un aumento de 7,2; 6,7 y 6,2 puntos porcentuales respectivamente. En estas regiones el porcentaje de inseguridad alimentaria se situó en 24,5%, 29,0% y 36,7%, respectivamente.
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El caso de Chocó
Uno de los resultados más inesperados del informe fue el del Chocó. Según la investigación del DANE en este departamento la inseguridad alimentaria se redujo 24,3 puntos porcentuales, pasando de 43,2% a 18,9%. El cambio fue drástico.
Caquetá, Atlántico y La Guajira también vieron reducciones en la inseguridad alimentaria, registrando bajas de 13,5; 10,2; y 9,7 puntos porcentuales respectivamente. Todas mejoras bastante alejadas a la que se registró en el departamento del Chocó.
Ahora, vale la pena preguntarse qué hay detrás de este cambio drástico. Cuáles son las intervenciones y programas que están detrás de esta reducción en la inseguridad alimentaria.
Qué factores contribuyen a la inseguridad alimentaria
La inseguridad alimentaria no debe su origen a un solo factor. Desde luego la pobreza y en general la falta de acceso a recursos económicos tienen una incidencia directa en el acceso a alimentos de calidad. Sin embargo, la problemática va más allá.
A lo largo de la historia colombiana, los sectores rurales han vivido en evidente desigualdad. Es en el campo en donde más escasean las garantías a derechos fundamentales, pasando por la educación, hasta la vivienda digna y desde luego, la alimentación.
Aunque contradictorio, quizá el mayor desafío del campo es también su propia virtud: la tierra provee de alimento. Debido a que los hogares en zonas rurales dependen mayoritariamente de la agricultura, cualquier alteración a esta delicada cadena de producción termina por afectar al campesino.
La volatilidad de los precios de los productos agrícolas, la inestabilidad del mercado interno, la falta de infraestructura y las dificultades que enfrentan los campesinos para vender su producción de manera justa, agravan el panorama de inseguridad alimentaria en las zonas rurales del país.
Aunque la problemática de la inseguridad alimentaria es más evidente en zonas rurales, la verdad es que en las urbes, el panorama también es crítico. Los altos costos de vida en las principales ciudades del país contribuyen a que las familias de escasos recursos enfrenten dificultades para poner alimento sobre la mesa.