A los colombianos los está dejando el bus de la inteligencia artificial: 1 de cada 5 nunca la ha usado
La Inteligencia Artificial en Colombia avanza con baja adopción y uso limitado de herramientas de IA, marcada por brechas digitales y desafíos de conectividad.

Seguro usted ha escuchado cosas como: el uso de la inteligencia artificial es para quienes no quieren pensar, que se siente como hacer trampa o incluso que en cualquier momento reemplazará por completo a los seres humanos, como en las películas de ciencia ficción. Sin embargo, fuentes oficiales coinciden en otra perspectiva más matizada.
Según la Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial aprobada por la UNESCO en noviembre de 2021, la IA se describe como sistemas capaces de aprender, razonar, percibir y tomar decisiones de manera autónoma o semiautónoma, pero siempre con el objetivo de servir a las personas y respetar los derechos humanos
Aunque existe temor sobre el reemplazo humano, expertos como el profesor Thomas H. Davenport, en una entrevista publicada por Harvard Business Review, ha planteado que “la IA no reemplazará a los humanos, pero los humanos que usen IA reemplazarán a los que no lo hagan”.
Este contraste demuestra que, más allá de los mitos y estigmas, existe un consenso internacional que entiende la Inteligencia Artificial como una aliada para potenciar las capacidades humanas, no para reemplazarlas. La pregunta es: ¿cómo avanza Colombia en este cambio vertiginoso impulsado por las tecnologías emergentes?

¿Qué tanto usan los colombianos la inteligencia artificial?
Según la ENTIC Hogares 2024 (DANE), solo el 18% de los colombianos ha utilizado herramientas de inteligencia artificial por Internet, cifras que caen al 8,1% en zonas rurales, frente al 25,2% en Bogotá. Esta adopción incipiente muestra que gran parte del país aún no aprovecha el potencial de la inteligencia artificial a pesar de ser gratis.
En contraste, el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2024 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA) ubica a Colombia en la categoría de “adopción intermedia”, con un puntaje de aproximadamente 52,6 puntos, muy por detrás de líderes como Chile (73,07), Brasil (69,30) y Uruguay (64,98). Esto refleja que, aunque Colombia avanza, la infraestructura, formación y políticas aún están en desarrollo.
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Colombia frente a América Latina en adopción de IA
A nivel latinoamericano, la Inteligencia Artificial ya es un activo estratégico que está moldeando la competitividad futura. El mercado de plataformas de IA en la región mueve alrededor de USD 4 425 millones, con un crecimiento proyectado cercano al 30 % anual hasta 2030. Sin embargo, Colombia apenas representa unos 37,88 millones USD de ese total, lo que la deja muy por debajo del peso relativo que tienen economías como Brasil, México o Chile.
El contraste es aún más evidente en el ecosistema emprendedor. Según benchmarks regionales, más del 87% de las startups en América Latina integran IA en sus operaciones, especialmente las más recientes, que nacen con ADN tecnológico y modelos de negocio preparados para escalar. Esto supone una ventaja competitiva clara: las empresas que logran incorporar IA desde sus primeras etapas no solo reducen costos y optimizan procesos, sino que acceden a mercados globales con mayor facilidad.

Herramientas de IA: uso básico en Colombia
Para Colombia, el rezago no es solo en cifras de uso —como lo evidencia la ENTIC Hogares 2024, con apenas un 18% de la población usando IA—, sino en la estructura productiva que debería absorber y capitalizar esta tecnología. Mientras en otros países el tejido empresarial y el emprendimiento digital crecen de la mano de la IA, en Colombia persiste una brecha doble: baja adopción tecnológica y concentración geográfica del conocimiento en pocas ciudades.
La gran mayoría la utiliza para comunicarse o hacer consultas (90,4%), seguida de tareas académicas o laborales (80,7%). Crear imágenes, audios o videos es menos común (43,9%), y el desarrollo de software queda en un nicho minoritario (14,9%). Este patrón de uso revela que, en Colombia, la Inteligencia Artificial sigue concentrada en funciones básicas de consumo y asistencia, más que en la generación de innovación o en la transformación productiva.
Desde una perspectiva económica, esto implica que la IA no está siendo aprovechada plenamente como motor de competitividad y creación de valor agregado. Mientras en otros países de la región se usa para optimizar procesos industriales, desarrollar nuevos productos o escalar modelos de negocio, en Colombia el bajo nivel de adopción avanzada podría ampliar la brecha tecnológica y limitar las oportunidades de inserción en cadenas globales de valor.
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