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sábado, 27 de diciembre de 2025
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La Guajira y sus inequidades en salud, reflejo de la Colombia olvidada

Erwin Hernandez, Columnista, Formación médica, Mas Colombia

Erwin Hernández

Médico de la Universidad de La Sabana, PhD. en investigación clínica, Magíster en Atención Primaria en Salud, Magíster en Gobierno y Dirección del Sistema Sanitario. Profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana.

En el corazón de la extensa geografía colombiana, existe un lugar lleno de encanto y belleza natural: La Guajira. Este departamento, ubicado en el extremo norte del país, se distingue por su paisaje desértico, sus playas de aguas cristalinas y comunidades indígenas, como los wayúu, que conservan una rica cultura ancestral.

Sin embargo, detrás de este escenario idílico se esconden profundas inequidades en materia de salud que, a lo largo del tiempo, parecen alejar aún más a este territorio de la atención del gobierno central.  


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Desde Bogotá la distancia entre la capital y La Guajira se mide en kilómetros, pero también en realidades divergentes. Mientras que la capital se erige como epicentro de la vida política, económica y cultural del país, La Guajira se enfrenta a graves problemas de salud que resuenan como un eco silencioso en medio del olvido.

En abril de este año, tuve la oportunidad de trabajar con líderes comunitarios en salud de la región, quienes, a pesar de las adversidades, luchan incansablemente por el bienestar de su pueblo. 

Fue mi tercera visita al departamento; los otros dos viajes trascurrieron en 2015 y en 2017, por invitación de la Universidad del Norte como parte del trabajo articulado con la Universidad de La Sabana, y muchos de los problemas que identifiqué en ese entonces siguen sin resolverse.

La comunidad ha expresado su descontento y frustración al sentirse utilizada por programas y ayudas sociales que no están orientados a sus necesidades, sino más bien a cumplir con la responsabilidad social empresarial de muchas entidades que las visitan. El gobierno ha desconocido por años la situación de La Guajira y su cultura, lo que despierta el sentimiento de abandono y discriminación.

Esto se ve agravado por las barreras de acceso al sistema de salud y otras problemáticas económicas y culturales, que dificultan prestar la atención médica y los servicios básicos. La pobreza, la falta de agua potable, la desnutrición infantil y la alta mortalidad materno-infantil son preocupaciones persistentes.


Sin embargo, durante mi última visita, adicional a los problemas previamente descritos, los líderes comunitarios también dejaron en claro dos preocupaciones adicionales: los problemas ambientales como la contaminación del agua y las secuelas en la salud mental que dejó la pandemia.

Durante las reuniones con los líderes comunitarios, se presentaron propuestas basadas en la salud mental, la prevención del dengue y el desarrollo de emprendimientos para vender artesanías locales. Estas iniciativas surgieron desde la comunidad misma, reflejando su compromiso y empoderamiento para buscar soluciones en medio de la adversidad.

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Lo anterior me dio a pie a entrar a analizar la importancia de los Determinantes Sociales en Salud, pues no solo la prestación de servicios es suficiente, sino también el contexto general. Para ello, se hace fundamental un enfoque participativo, que como lo vi durante mi viaje, se reflejó a través de la participación de los líderes, los promotores de la salud, los funcionarios del hospital y los profesores de las escuelas.

Asimismo, es vital impulsar la educación y la concientización en salud. Esto implica no solo brindar información sobre prevención de enfermedades y promoción de estilos de vida saludables, sino también fomentar la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones relacionadas con su propia salud para generar un cambio sostenible.

Finalmente, es imprescindible una inversión significativa en infraestructura, pues las barreras geográficas no deben ser las que impidan el acceso a servicios médicos básicos. Es necesario garantizar la presencia de centros de salud bien equipados y personal capacitado en las áreas más remotas del departamento. Esto permitirá a las comunidades recibir una atención adecuada y oportuna.

La Guajira y sus inequidades en salud son un reflejo de una Colombia olvidada. Es inaceptable que exista tal disparidad en el acceso a servicios básicos y que una región tan rica en cultura y belleza natural sea marginada y dejada de lado. Sin embargo, esta solo es una mirada parcial de la realidad, porque esta misma situación con diferentes matices también se presenta en otras regiones en el país, lo que refuerza aún más la necesidad de escuchar a las poblaciones apartadas.

La Guajira y su lucha por la salud son un recordatorio de que aún hay mucho por hacer en la construcción de una Colombia inclusiva, donde todas las regiones sean tenidas en cuenta y la igualdad de oportunidades sea una realidad tangible; es hora de actuar y cambiar su historia para siempre.


Referencias de la columna

  • Hernández E. Atención primaria y determinantes sociales en salud en la formación de recursos humanos en Colombia para el mejoramiento de la salud de la población [Tesis doctoral]. Alicante: Universidad Miguel Hernández, 2017.
  • Universidad de La Sabana. ¿Cómo se construye la salud desde la comunidad? Chía: Universidad de La Sabana, 2017. Disponible en este enlace.