Las 2 caras de Petro

Andrés Pachón
Abogado investigador, magíster en Derecho Público con experiencia en litigio estratégico. Medio ambiente, derechos y desarrollo. Twitter: @AndresPachonTor
Como el villano Doscaras de Batmán, o como el símbolo del teatro, representado por dos máscaras, la comedia y la tragedia, o como la novela del extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde, así parece el presidente Petro.
Una cara son sus discursos, mesiánicos, históricos e histriónicos, grandilocuentes, repletos de símbolos, versos y retórica, donde le habla a la humanidad entera y critica a los grandes poderes. La otra son sus hechos. Empinado sobre el balcón de la Casa de Nariño, el presidente lanzó hace días una dura filípica contra el neoliberalismo, mientras adentro, en la sala del gabinete, el Fondo Monetario Internacional elogiaba su reforma tributaria, “el endurecimiento de la política monetaria” y en general la política macroeconómica ortodoxa del Gobierno Petro (ver enlace aquí).
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Petro y la ministra Corcho han llamado a eliminar las EPS, porque “no curan, sino que facturan”. Otra cosa dice el texto de su reforma. Se advierte allí que no solo continúan existiendo, sino que estarán más concentradas y serán más poderosas, pues la reforma permite la integración vertical, que iría desde la prevención y la atención primaria hasta los siguientes niveles de complejidad. Sumado al traslado de las cargas económicas de la salud, que pasarán de ser financiadas directamente por la Nación, como hoy, para ser asumidas por departamentos y municipios. La reforma municipaliza el gasto en salud para que la Nación se concentre en pagar la deuda externa, uno de los derroteros neoliberales al que combaten sus discursos y apuntalan sus hechos, tanto que son piedra angular de su reforma.
Mientras clama casi en verso alejandrino por la necesidad de mejorar las condiciones de vida para los más pobres, no ha dudado un segundo en aumentar el precio de la gasolina de manera desmesurada, que ya va en más de $1.200 pesos en cinco meses, lo que afecta de manera grave el bolsillo de los colombianos e incide drásticamente en el aumento de la inflación, situación que empeorará cuando también suba el diésel, aumentos que obedecen nuevamente a las “recomendaciones” del FMI (ver enlace aquí).
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Mientras habla de trabajo digno, su ministro de Educación le apuesta a reemplazar maestros por 40.000 estudiantes voluntarios y a implantar la educación híbrida, que impone la virtualidad, lo que desmejora la educación, como sucedió en pandemia, y reduce el número de maestros.
En plan de líder mundial, llama al planeta a evitar la extinción de la especie humana y a tomar medidas urgentes de protección de la naturaleza, aunque ocultando la responsabilidad de las grandes potencias en el cambio climático. Y al mismo tiempo, pretende entregarle al Comando Sur de Estados Unidos control territorial y estratégico del Océano Pacífico (ver enlace aquí), con Gorgona y Malpelo, y de la Amazonia, los dos reservorios de oxígeno y de biodiversidad más importantes del país y de los más importantes del mundo.
A la par que critica en sus discursos a la oligarquía y a los poderosos, gobierna estrechamente con ellos, y mantiene holgadas mayorías gracias a sus componendas tradicionales con la elite política de siempre.
Ha impuesto un estilo de gobierno en el que los discursos van por delante, provocando grandes debates y produciendo imaginarios y narrativas que hacen saltar de admiración a la galería. Pero cuando por fin la gente puede leer las reformas, se encuentra con que resultan bien diferentes a lo prometido e incluso con que no pocas de ellas van en sentido contrario.
Con la cara de sus discursos satisface a esa parte del pueblo que le sigue creyendo y a sus barras bravas, que los repiten como verdad incontrovertible en debates y redes sociales. Con la cara de los hechos, al fin de cuentas la real y concreta, satisface a sus compadres de gobierno, tranquiliza a los mercados financieros y despeja las dudas de los poderosos.
Petro habla para el vendedor informal de la esquina y para la gente sencilla, pero gobierna para las potencias extranjeras y los poderosos nacionales.
@AndrésPachónTor
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