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martes, 22 de abril de 2025
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Precio interno, un asunto de importancia capital para los cafeteros

Óscar Gutiérrez, Columnista, Mäs Colombia

Óscar Gutiérrez

Director ejecutivo de Dignidad Agropecuaria Colombiana. ogutier51@gmail.com

Se realizó, el 1o de agosto en Pereira, el Foro Cafetero Nacional. En las condiciones que atraviesa la caficultura del país, dicho evento discutió un amplio número de temas. 

Al ser expuestos, permitieron tener la claridad y precisión necesarias para defender a los productores de café, al café y a instituciones cafeteras que, como el Fondo Nacional del Café (FoNC), están en grave riesgo.


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El 24 de junio de 2023, en reunión realizada de dirigentes del sector, estos concluían que grandes nubarrones amenazan la permanencia de un negocio cafetero sostenible. 

Precisaban las razones de la crisis que incluye una baja abrupta del precio interno del grano, las importaciones masivas de pasillas y cafés de pésima calidad, el asunto de las compras de café a futuro, la garantía de compra del grano, los daños financieros al Fondo Nacional del Café, la situación de las cooperativas de caficultores, a más de las implicaciones negativas que trae la ausencia de relaciones entre el Gobierno Nacional y la Federación Nacional de Cafeteros, obligaban a actuar y a tomar decisiones que procuraran encontrar salidas a las enormes dificultades que se avizoran para la caficultura nacional.

En varias intervenciones en el Foro se desmenuzaron, hasta donde fue posible, los problemas señalados, con el fin de buscar la necesaria unidad de los caficultores sobre bases sólidas para facilitar y promover, con objetivos claros, la movilización social cafetera.

Por el efecto que tuvo el Covid-19 en el desbarajuste de los fletes marítimos y en la escasez de contenedores, los precios de los llamados commodities se dispararon, incluido el precio del café, ante el insuficiente acceso a los mercados mundiales. 

Una vez superada la crisis logística internacional, y con la recuperación de la cosecha en Brasil, los precios del café empezaron a registrar una caída abrupta a nivel mundial, que tiene hasta hoy en día graves repercusiones en el mercado interno del grano.  


En 2019, el precio promedio en la bolsa de Nueva York fue de 133 centavos de dólar por libra de café excelso. Empezando la pandemia, en 2020, fue de 158 centavos de dólar; en 2021, fue de 218 centavos; en 2022, al final de la pandemia, de 279; en junio de 2023, bajó a 215 centavos y, en julio, el promedio estuvo en 161 centavos de dólar, lo que quiere decir que va en caída libre.  

En pesos, la curva de la carga de café pergamino seco de 125 kilogramos es la siguiente: en enero de 2019, el precio promedio fue de $727.645; en el mismo mes de 2020, fue de $886,161; en 2021, $1.073.000, en 2022, $2.148.000 y, en enero de 2023, bajó a $1.838.000. En mayo, se situó en 1.895.000. Para junio, se desplomó a $1.577.000 y, en julio, vino la debacle, al situarse en $1.318.000, y podría seguir cayendo. Es decir, el precio interno cayó más de $500.000 entre mayo y julio, en un contexto de alta inflación. 

¿Por qué una caída tan abrupta en el precio? ¿Qué pasó? Tres son los hechos:

  1. Una destorcida de precios, a la baja, en varios commodities, incluido café. 
  2. Una rebaja en la Tasa Representativa del Mercado (TRM), es decir, en el precio del dólar, que cayó de casi $5.000 pesos por dólar a menos de $4.000, afectando el precio interno.
  3. Una caída de la prima de calidad o diferencial cafetero, que pasó de 50, 60 centavos de dólar, a 15,20 centavos.

Lo anterior ha hecho que el precio interno, comparado con los costos de producción, deje pérdidas a los caficultores de entre $20 mil y $35 mil pesos por arroba, dependiendo de la productividad, la eficiencia, los precios de compra de insumos, la mano de obra y demás costos de producción.  

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¿Cómo resolver este gravísimo asunto? Hay, al menos, dos posibilidades: 

  1. Que el Gobierno nacional le exprese al mercado mundial del grano que Colombia venderá su café a quien lo pague a precios justos, es decir, precios que recojan los costos de producción y dejen una utilidad a los caficultores. 

Este asunto debe plantearse con fuerza y claridad, y trabajar para su materialización a través de la diplomacia cafetera, pero, sobre todo, a un reclamo enérgico del gobierno nacional. 

Una comparación de precios históricos en el mercado mundial enseña que las multinacionales pagan hoy, a los países productores, precios que equivalen al 50% de lo que les pagaban, en precios constantes, hace 200 años. Y, comparado con los precios a que compraban las multinacionales en 1983 equivale en precios constantes al 30%. Esa relación en el mercado mundial del grano tiene que terminar. 


  1. Otra solución es que el Gobierno Nacional y la Federación Nacional de Cafeteros concreten una política que permita transferirles a los cafeteros recursos del Fondo de Estabilización de Precios del Café (FEPC) y del presupuesto nacional, de manera que reciban precios justos.

Esta propuesta es similar a lo que se hizo en las recurrentes crisis del café que comenzaron después del rompimiento del Acuerdo Internacional de Cuotas, el cual inauguró el Libre Mercado o Libre Comercio. Valga recordar que el rompimiento del Pacto trajo consecuencias nefastas para los cafeteros, que fueron sorteadas por ellos gracias a la lucha por la condonación de las deudas bancarias, la cual evitó el remate de las propiedades a más de 120 mil caficultores.

A partir de septiembre de 2001, el Gobierno otorgó un apoyo directo a los caficultores, conocido como Apoyo Gubernamental a la Caficultura (AGC). Este incentivo se manejó teniendo en cuenta la tasa de cambio, el precio externo y los aportes fiscales de la Nación.

La transferencia de recursos públicos a los cafeteros también ocurrió en el año 2012, ante la caída del precio internacional y después de una poderosa movilización cafetera. 

En esa ocasión, se creó el Apoyo al Ingreso al Caficultor (AIC) que se transformó, después del paro cívico cafetero nacional en marzo de 2013, en el Programa de Protección del Ingreso Cafetero (PIC). Todas esas luchas conllevaron que el Gobierno Nacional destinará recursos suficientes del presupuesto de la nación para atender las crisis. 

Parece ser que el país se encamina a una situación igual o parecida a la de 2013, cuando más de 110 mil caficultores se apostaron sobre las vías principales de este país y, con su lucha, ganaron el derecho a seguir siendo caficultores.

Este es, sin duda, el principal asunto que trató el exitoso Foro Cafetero Nacional.