domingo, 1 de octubre de 2023
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Propuesta de canje de deuda por acción climática: ¿qué tan viable y conveniente es?

La propuesta de disminuir la deuda de los países en desarrollo para aumentar el presupuesto para acción climática ha sido defendida por el gobierno colombiano en diversos foros internacionales. ¿Qué tan viable y conveniente es?

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La propuesta de que los países metropolitanos disminuyan la deuda externa de países como Colombia para que estos tengan recursos que les permitan financiar la acción climática para proteger la selva amazónica y otros ecosistemas claves debe examinarse a la luz de la experiencia reciente.


Este tipo de canjes no son fáciles, frecuentes ni rápidos, y se corre el riesgo de perder autonomía y desviar el presupuesto hacia prioridades distintas a las necesidades nacionales. 

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Le contamos las experiencias de varios países en el canje de deuda por acción climática. 

Canje de deuda por acción climática: experiencias localizadas y de poco alcance

Según la fundación The Nature Conservancy (TNC), en septiembre de 2021 la pequeña isla de Barbados realizó un acuerdo con un conjunto de bancos que le permitía redirigir una parte de su deuda a la conservación del océano, una iniciativa que contó con la participación del BID y de fundaciones internacionales de conservación del océano. 

Barbados es un país que depende de la industria del turismo y en los últimos años fue afectado por varios desastres naturales.

La conversión de USD $150 millones le permitió liberar USD $50 millones para apoyar acciones ambientales durante los próximos 15 años. Este proceso fue coordinado por el banco Credit Suisse e implicó una reducción en las tasas de interés y una ampliación de los plazos de amortización de una parte de su deuda externa. 


Acuerdos similares se hicieron en Seychelles (2015) y en Belize (2021). En este último país, el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideraba insostenible el monto de la deuda. 

Estas negociaciones implican trámites que duran entre 2 y 4 años, tienen altos costos de monitoreo y suponen un alto involucramiento de los acreedores en la vigilancia del cumplimiento de los compromisos por parte de los países que los asumen.

El caso de Ecuador en el canje de deuda por acción climática es emblemático

En agosto de 2022, el FMI realizó un estudio en el cual analizó la conveniencia de ampliar el espacio fiscal en distintos países para promover una acción climática concertada que estuviera dirigida a la mitigación y adaptación al cambio climático. 

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La práctica de este tipo de acuerdos lleva varias décadas e incluye acuerdos como los realizados por Bolivia en 1987 y entre Costa Rica y Holanda en 1989. Desde entonces, se han realizado más de 100 canjes que incluyen 10 transacciones entre Estados Unidos y países de América Latina.

En abril de 2021, el gobierno argentino lanzó la iniciativa de deuda por acción climática. La propuesta fue la cancelación de la deuda externa a cambio de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático.

En mayo de 2023, el gobierno ecuatoriano realizó el mayor canje de deuda por naturaleza de la historia. Este acuerdo supone la conversión de USD $1.628 millones de su deuda en un nuevo préstamo de USD $656 millones, lo cual supone una compra por inversores privados coordinados por el banco del Credit Suisse de un 3% de la deuda total del Ecuador. 


A cambio de esta reducción, se otorgaron USD $450 millones al Galápagos Life Fund (GLF) para administrar la conservación de las islas. 

El consejo administrador del GLF está compuesto en su mayoría por actores privados extranjeros y el gobierno está obligado a invertir esa deuda en acción climática hacia las Galápagos. Los dineros para pagar la deuda debe obtenerlos de las exportaciones, dentro de las cuales el petróleo juega un papel importante. 

El resultado es amarrar la deuda a un determinado programa de acción climática. Según el CADTM, el préstamo de los USD $656 debe ser pagado por Ecuador con intereses del 11,04% efectivo anual a 18 años y los inversores privados tienen garantías del BID.

Una propuesta en el sentido de promover este tipo de canje como mecanismo para financiar la acción climática iba a ser presentada a la última Conferencia de las Partes, que es la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), realizada en Egipto en 2022.

El FMI recomienda 

En agosto de 2022, un documento de trabajo del FMI promovió el debate sobre el tema. En noviembre de 2022, la directora de este organismo internacional y otros escribieron sobre la conveniencia de que este mecanismo fuera utilizado por países que son vulnerables al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad natural, pero no pueden adoptar políticas para abordar esta problemática porque sus presupuestos están presionados por la deuda.

Según el FMI, este tipo de canjes no pueden restablecer la solvencia de la deuda a menos que impliquen un porcentaje muy grande de la misma. Este organismo internacional ha dicho que, hasta el momento, ningún país ha estado cerca de lograrlo.


Según la directora del FMI, estos canjes son productos de nicho, están vinculados a proyectos pequeños, y resultan costosos de estructurar y de supervisar

La propuesta del FMI es “estructurar acuerdos en torno a objetivos climáticos y ambientales amplios, como la descarbonización del sector energético, la inversión en adaptación o la protección de la naturaleza; dejar atrás los proyectos a medida y respaldar el gasto presupuestario en clima en países con una gestión financiera pública sólida y credibilidad de las políticas, y vincular los canjes a indicadores de fácil seguimiento, como las emisiones de carbono, la deforestación o la explotación de los océanos”.

La intervención del FMI en la vigilancia de la sostenibilidad de la deuda ahora incluye el impacto de los desastres naturales y del cambio climático.