¿Qué está pasando con la Alianza del Pacífico?
En 2011, cuando se creó la Alianza del Pacífico, los gobiernos de Colombia, Chile, Perú y México anunciaron que ese era un proceso de integración profundo.
Dijeron, también, que sería ejemplo para el mundo, abriría las puertas de Asia y constituiría la base de una verdadera integración de América Latina. Hoy, 12 años después, los resultados son lánguidos.
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Objetivos ambiciosos de la Alianza del Pacífico
Uno de los propósitos de la Alianza del Pacífico era armonizar los TLC que cada uno de los países firmantes tiene con Estados Unidos, para ir configurando una especie de ALCA pequeño.
Por esta razón, Estados Unidos en su momento saludó al bloque con mucho entusiasmo, señalando incluso que era el proceso integrador más importante desde la independencia de América Latina.
Los TLC con Estado Unidos se convirtieron, entonces, en el piso del acuerdo y, como todos los países miembros de la Alianza del Pacífico tenían sendos tratados de libre comercio con el país del norte, se asumió que habría una profundización de la liberalización.
Por otra parte, la estrategia de los países integrantes de la Alianza era acercarse a Asia. No obstante, después de 12 años el único logro es un tratado de libre comercio con Singapur, en el marco del cual Colombia exportó USD $100 millones en 2022, según el DANE.
En efecto, entre después de la firma, las principales exportaciones no minero energéticas de Colombia a Singapur han sido Café, peces vivos, medicamentos, productos de panadería y flores. A su vez, Colombia importa de Singapur aceites de petróleo, medicamentos, artículos de ortopedia y extractos de malta, de acuerdo con el DANE.
Magros resultados de la Alianza del Pacífico
La balanza de Colombia con la Alianza del Pacífico es deficitaria. Esto se debe especialmente al déficit con México, que en 2022 exportó US$ 4.175 millones y compró solamente US$1.752 millones, según la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
También sobresale la relación comercial con Perú, en la que se pasó de un superávit de USD $688,9 millones, en 2021, a uno de USD $138,3 millones en 2022, según el DANE.
Casi todos los países con los cuales la Alianza del Pacifico intentó estrechar relaciones tienen desde hace rato Tratados de Libre Comercio con los países que la componen, como es el caso de Canadá, o bien tienen paralizadas las negociaciones, como sucede con Nueva Zelanda y Australia.
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Durante las 16 cumbres que ha realizado la Alianza del Pacífico se han hecho decenas de propuestas y planes, y se han gastado ingentes recursos que no se compadecen con los resultados obtenidos.
Pronóstico reservado
En junio de 2023, el gobierno mexicano trasladó la Secretaría Pro Tempore de la alianza a Chile. Esta le hubiera correspondido a Perú desde finales de 2022, pero ello no ocurrió por la negativa a traspasarla del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para no legitimar a Dina Boluarte, cuyo gobierno calificó como fruto de un golpe de Estado.
En estas condiciones, la presencia activa de Perú está en entredicho y el dinamismo de la Alianza del Pacífico ha sido opacado por la reciente presencia mediática de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El gobierno de Colombia tampoco parece estarle dando mayor importancia a la Alianza del Pacífico, y lo que empezó como un Tratado de Libre Comercio mereció unas pocas líneas en el último informe del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de Colombia sobre el resultado de los acuerdos comerciales de nuestro país.
En este informe apenas se registra la evolución de los años anteriores, tales como el Tratado con Singapur como Estado Asociado, la actualización de Requisitos Específicos de Origen y la acumulación de requisitos de origen para el comercio con ese país, entre otras decisiones menores.
Inicialmente, la Alianza del Pacífico parecía un proyecto geopolítico para acercarse a Asia por parte de países que lideraban las políticas de libre comercio en América Latina.
Sin embargo, las disputas de Estados Unidos con China y el fracaso del Tratado Transpacífico, que reunía a Estados Unidos con países de la cuenca del Pacífico, y al cual querían sumarse los países de la Alianza, frustró el propósito de usar ese vehículo para acercarse al mercado asiático.
La Alianza del Pacífico está paralizada y con pronóstico reservado, no se sabe cuándo será su próxima reunión y los pocos resultados —buenos o malos— pueden atribuirse más a los Tratados entre sus miembros que a su existencia.
