10 claves impactantes: ¿Quién se encarga de preservar la Amazonía en 2025?
Meta descripción de ejemplo con anclas. Financiación global y el futuro de la Amazonía

10 claves impactantes: ¿Quién se encarga de preservar la Amazonía en 2025?
La pregunta de ¿quién se encarga de preservar la Amazonía? es más relevante que nunca en 2025, un año crucial para la supervivencia de este ecosistema vital. La selva amazónica, conocida como el pulmón del planeta, abarca una extensión que cruza ocho países de Sudamérica, incluyendo una porción significativa en Colombia.
La protección de este bioma, esencial para la estabilidad climática global, recae en una compleja red de actores que van desde organismos internacionales hasta comunidades locales e indígenas. En este artículo, usted encontrará las respuestas y las claves para entender esta labor titánica.
Examinaremos cómo la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) lidera los esfuerzos y qué desafíos persisten, especialmente en un contexto donde la deforestación se acerca a un punto de no retorno.
Le puede interesar: Estudio revela que la deforestación en la Amazonía colombiana se redujo en un 38%
La Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA): un actor clave
La OTCA es la principal entidad intergubernamental encargada de articular la cooperación entre los países amazónicos. Fundada en 1978, reúne a Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela para diseñar políticas conjuntas frente a problemas como la minería ilegal, los incendios forestales y la deforestación.
Su misión es evitar que la Amazonía alcance un punto crítico de degradación. A través de proyectos de desarrollo sostenible, promueve el equilibrio entre el uso de los recursos y la protección ambiental, con la participación de la sociedad civil, pueblos indígenas y comunidades locales.
La colaboración internacional y el nuevo mandato de la OTCA
El trabajo de la OTCA está ligado a la voluntad política de sus países miembros y al respaldo internacional. En la Cumbre de la Amazonía de 2024, los líderes de la región adoptaron un acuerdo histórico que busca frenar la deforestación y crear un Centro de Cooperación Policial Internacional.
Además, el nuevo mandato de la organización la posiciona como un referente en eventos globales como la COP30 en Brasil. Sin embargo, la falta de recursos financieros y la dependencia económica de la extracción de recursos naturales siguen siendo los principales obstáculos.

Colombia y su rol fundamental en la preservación amazónica
Como parte de la OTCA, Colombia juega un rol crucial en la preservación de la Amazonía, especialmente porque cerca de un 35% de su territorio nacional está cubierto por esta selva. El país ha implementado políticas de conservación y restauración, trabajando en conjunto con la población local para promover prácticas sostenibles que frenen la deforestación.
La nación ha enfrentado desafíos significativos, como la minería ilegal y los cultivos ilícitos, que han presionado la frontera agrícola y han deteriorado vastas áreas de bosque. Para contrarrestar esto, el gobierno colombiano, en colaboración con el sector privado y organizaciones no gubernamentales, ha lanzado iniciativas para fortalecer la gobernanza ambiental y asegurar la participación de las comunidades indígenas, cuyo conocimiento ancestral es vital para la preservación de la Amazonía.
Leer más: Comunidades indígenas serán afiliadas a riesgos laborales en Colombia
El compromiso de los pueblos indígenas y las comunidades locales
Los pueblos indígenas y las comunidades locales son, sin lugar a dudas, los guardianes más efectivos de la Amazonía. A menudo olvidados en los debates internacionales, estas comunidades han conservado sus territorios y han defendido la selva durante siglos. Su participación en la toma de decisiones es fundamental para que la conservación sea efectiva y justa.
En Colombia la Constitución de 1991 reconoció los derechos territoriales de los pueblos indígenas, permitiéndoles gestionar y proteger sus propias reservas. Esta autonomía es un pilar central en la estrategia de preservación, ya que ellos entienden mejor que nadie cómo vivir en armonía con el ecosistema.
De hecho, estudios de la ONU demuestran que los territorios indígenas tienen una tasa de deforestación significativamente más baja que las áreas protegidas por el gobierno (ONU, 2023). Su papel es indispensable para responder a la pregunta de quién se encarga de preservar la Amazonía.

Financiación global y el futuro de la Amazonía
La supervivencia de la Amazonía depende en gran medida de la financiación global. A pesar de los compromisos internacionales, la falta de recursos sigue siendo el principal obstáculo. Los países amazónicos, dependientes de los ingresos generados por la extracción de petróleo, oro y otros recursos, se enfrentan a un dilema económico.
La desconexión entre la urgencia de la situación y la acción efectiva es preocupante. Según un informe del Banco Mundial, la deforestación en la Amazonía se estima entre un 14% y un 17%, acercándose peligrosamente al umbral del 20-25% que podría provocar un colapso del ecosistema (Banco Mundial, 2024). Por eso, es fundamental que las naciones desarrolladas cumplan con sus promesas de financiamiento climático.
La próxima COP30 en Brasil será una oportunidad vital para asegurar los fondos necesarios que permitan a los países de la cuenca amazónica, incluido Colombia, implementar modelos de desarrollo sostenibles y dejar atrás la dependencia de la economía extractivista. Solo con una cooperación genuina y un compromiso financiero sólido se podrá asegurar el futuro del pulmón del planeta y responder de manera contundente a la pregunta de quién se encarga de preservar la Amazonía.
Los desafíos de la economía extractivista y la necesidad de financiamiento
La economía extractivista es uno de los mayores desafíos para quienes se encargan de preservar la Amazonía. La minería ilegal de oro, el narcotráfico y la tala indiscriminada no solo dañan el ecosistema, sino que también generan conflictos sociales y territoriales.
La presión económica es tan fuerte que, a menudo, los esfuerzos de conservación se ven superados por la necesidad de generar ingresos. La solución radica en encontrar alternativas económicas sostenibles que permitan a las comunidades locales prosperar sin dañar el medio ambiente.
El ecoturismo, la bioeconomía y la producción de productos no madereros son algunas de las opciones que se están explorando. Sin embargo, para que estas iniciativas sean exitosas, se requiere una inversión significativa y un compromiso a largo plazo.
Siga leyendo: Deforestación en Colombia: gobierno busca controlarla a través de concesiones forestales a comunidades campesinas
Este contenido fue generado con ayuda de inteligencia artificial y validado por un equipo periodístico para asegurar su veracidad y calidad editorial.