Reforma energética Colombia: los cambios ocultos que golpearían subsidios y tarifas
La reforma energética Colombia introduce ajustes en subsidios, CREG, tarifas diferenciales y la opción tarifaria. Mientras el Gobierno promete democratización del servicio, expertos alertan sobre riesgos en el bolsillo de hogares y empresas.
El Gobierno presentó el proyecto de reforma energética Colombia para modernizar el sector y bajar el costo de la luz. Pero entre sus 14 artículos aparecen cambios que podrían redefinir subsidios, trasladar costos a ciertos usuarios y alterar la arquitectura técnica de la CREG, según alertan gremios y expertos. Más allá del discurso oficial, la letra fina abre un debate que marcará la factura eléctrica de millones de hogares.
Los puntos clave de la reforma energética Colombia
El Ministerio de Minas y Energía radicó el proyecto “Regulación Justa y Democratización del Sector Energético”, con el que busca actualizar reglas creadas hace más de 30 años. Según el Gobierno, la iniciativa pretende “garantizar la prestación eficiente, transparente y justa del servicio”, fortalecer la participación ciudadana e incluir a trabajadores, usuarios y academia en la CREG .
La reforma energética Colombia trae medidas sobre subsidios, estabilización tarifaria, cargos por confiabilidad, límites a cobros ajenos al servicio y un nuevo esquema diferencial para industrias verdes. Pero gremios, centros de investigación y analistas han advertido que varias disposiciones podrían terminar aumentando los costos para los usuarios o afectando la seguridad energética.

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Subsidios eléctricos: un giro silencioso que cambiaría quién paga y quién recibe
Uno de los puntos más sensibles de la reforma energética Colombia es la redefinición de subsidios. El proyecto plantea nuevas reglas para reducirlos si los hogares superan “umbrales de consumo” fijados por el Ministerio, salvo casos de vulnerabilidad certificados. Esto abre la puerta a recortes masivos.
En entrevistas y análisis recientes, expertos advierten que hasta el 40% o 60% de los hogares de estratos 1, 2 y 3 podrían perder el subsidio si se aplican los criterios de focalización proyectados en el articulado y en la exposición de motivos, lo que implicaría un aumento automático en la factura de millones de familias.
El proyecto también introduce una redefinición del financiamiento: los estratos 5 y 6, empresas comerciales e industriales asumirían de manera permanente nuevos aportes solidarios, mientras el Estado reduce su participación presupuestal.
Opción tarifaria: el traslado de una deuda que ya había sido prometida por el Gobierno
El artículo 2 del proyecto establece que los estratos 5 y 6, los usuarios no regulados y los no residenciales deberán asumir la deuda de la opción tarifaria generada por los estratos 1, 2 y 3.
Aunque el Ministerio sostiene que esta medida “mitiga los impactos en los hogares más vulnerables”, los gremios han advertido que esta decisión podría convertirse en una carga prolongada de hasta 15 años, pues el mismo artículo señala que los mecanismos de pago no podrían superar ese periodo.
El podcast “Al Grano” recuerda que el presidente había anunciado en 2024 que el Gobierno asumiría esta deuda con recursos de la Nación, pero el proyecto ahora la traslada a usuarios de mayor capacidad de pago. “Es un giro que contradice la promesa del propio Gobierno”, señala Gaviria.
La nueva CREG: más actores, más política y menos criterios técnicos, según críticos
Uno de los cambios más profundos de la reforma energética Colombia es la transformación de la Comisión de Regulación de Energía y Gas. El proyecto incluye a un representante de la academia, uno de los usuarios y uno de los sindicatos, ampliando su composición a 10 miembros.
Para el Gobierno, esto democratiza una entidad históricamente “elitista” y poco abierta a la ciudadanía. Sin embargo, esta ampliación puede debilitar la independencia técnica y convertir a la CREG en un apéndice del Ministerio, trasladando facultades históricas de regulación hacia el Ejecutivo.
Los gremios agregan que esta incertidumbre institucional afecta la confianza inversionista y puede retrasar proyectos de generación y transmisión, en un contexto donde más del 50% de los proyectos de transmisión presenta retrasos y menos del 30% de la generación comprometida ha entrado en operación en cinco años, según datos del operador del sistema.

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Tarifas, cobros y facturación: cambios que llegan directo al recibo
La reforma energética Colombia también modifica aspectos que impactan la factura:
Facturas sin cobros ajenos al servicio
El artículo 4 prohíbe incluir en la factura tasas, impuestos o contribuciones ajenas al servicio de energía, lo que obligará a municipios y departamentos a replantear tributos basados en el consumo eléctrico.
Mecanismos de estabilización tarifaria
El Gobierno propone crear herramientas para reducir la volatilidad del precio de bolsa y permitir compras unificadas de energía a largo plazo. Para críticos, esto podría distorsionar el mercado y reducir la competencia; para el Gobierno, permitiría tarifas más estables a usuarios regulados.
Tarifas diferenciales para industrias limpias
La reforma permitiría tarifas preferenciales para industrias intensivas en electricidad que usen energías limpias, siempre que generen beneficios económicos y sociales y contribuyan a la transición energética. Esto podría impulsar nuevos sectores productivos, pero genera dudas por los costos de implementación.
Un proyecto que divide al sector y que definirá el precio de la energía para millones
El Ministerio insiste en que la reforma energética Colombia democratiza la energía, reduce abusos, fortalece la participación ciudadana y avanza en justicia tarifaria. Usuarios acompañaron al ministro Edwin Palma en el anuncio oficial destacando los beneficios de la transición energética justa.
Pero las agremiaciones sostienen que el proyecto no aborda los problemas estructurales del sistema, como la falta de oferta de energía firme, el atraso en proyectos de transmisión y la crisis de liquidez de los comercializadores (deudas por recuperar cercanas a seis billones de pesos), lo que podría aumentar el riesgo de desabastecimiento y elevar tarifas a futuro.
En medio del cruce de argumentos, lo claro es que la reforma energética Colombia no solo modifica normas técnicas: reconfigura quién paga, quién recibe, cómo se fija la tarifa y quién decide sobre la política energética. Su aprobación, o hundimiento, definirá el futuro del servicio eléctrico en el país.
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