Señora junior

Marta Isabel González
Ingeniera de Diseño de Producto, Magíster en Mercadeo, creadora de La Vendedora de Crêpes.
Qué horrible es tener 7 años, más me valieran 70. Este año he sufrido tanto, que ya he perdido la cuenta.
Eso lo decía mi abuela. Hoy lo digo con mucho más conocimiento de causa y cambiando el número 7 por el 30. Bueno, en realidad los 30 cerrados ya los pasé hace rato y estoy más cerca de los 40, pero, sin desviarme tanto del tema, de verdad necesito a alguien que me diga con qué se come esta edad porque yo no entiendo nada.
Los 30 son el primer escalón en la vida de señora, y cuando uno tiene 20 cree que cuando cumpla los temidos 30 su mayor preocupación van a ser las canas, las dizque líneas de expresión que son las mismas arrugas dichas con más caridad, o cualquier cosa de esas que, aunque claro que asustan, al final del día son lo de menos. Créanme que las señoras junior tenemos mucho más de qué preocuparnos.
Le puede interesar: Crisis climática y pérdida de biodiversidad: mujeres y niñas en situación de pobreza enfrentan el mayor riesgo
Un día uno se acuesta y cree que se va a dormir tranquilo como siempre, pero, no sé muy bien de dónde, empiezan a llegar preguntas y angustias que uno antes no tenía porque hasta los 20 años uno sencillamente no piensa, solo existe.

¿Yo qué estoy haciendo con mi vida? ¿Habré hecho algo que valga la pena? ¿Por qué sigo diciendo que sí a todos los planes cuando lo único que quiero es dormir y que nadie me joda? ¿Por qué me casé? ¿Me voy a quedar solterona? ¿Quién fue el irresponsable que animó a un ser tan irresponsable como yo a ser mamá? ¿Voy a ser mamá o eso ya pa´ qué?
¿Por qué nadie me dijo que uno volvía a ser adolescente, pero cargando un montón de responsabilidades que uno no entiende en qué momento ni por qué le entregaron?
Y lo peor, lo peor, es que uno cree que solo es uno el que está en esa situación porque todo el maldito mundo está diciendo en redes sociales que su vida es perfecta, que nuncaaaaaa se ha puesto Botox cuando le ha invertido lo que vale un carro de gama media, y entonces apostaríamos la vida a que somos un modelo defectuoso y disfuncional de lo que debería ser una mujer cuando la verdad es que, déjenme decirles lo más liberador que han escuchado en mucho tiempo, TODAS, ABSOLUTAMENTE TODAS estamos en las mismas.
No todas tenemos los mismos cuestionamientos: unas sufren por haber hecho mucho y no haber disfrutado la vida; otras por no haber hecho nada y haber “perdido” el tiempo disfrutando; los motivos vienen en una gama interminable de colores y tamaños, pero la sensación, créanme, es colectiva. Por eso el éxito de Envidiosa, la serie de Netflix, o de la última película de Bridget Jones, porque por fin estamos viendo en la pantalla a unas mujeres que están más locas que nosotras o que tal vez nos muestran que después de todo no estábamos tan locas.
Solteras: estamos completas, chévere encontrar pareja, pero DE VERDAD no es un requisito para ser exitosas ni disfrutar la vida. Tampoco nos vamos a morir solas en un ancianato mientras las casadas disfrutan de las familias perfectas que les inventamos en nuestra cabeza. Además, las casadas también pueden quedar viudas.
Casadas: No tienen que ser perfectas ni para ustedes mismas ni para nadie. Si tu marido se consigue otra no es porque te comiste las chocolatinas que te sacaban gordito ni porque no tienes el cuerpo de un ángel de Victoria’s Secret. A veces pasan cosas y no todo es tu culpa.
PD: creo está bien luchar por un matrimonio porque todos tienen momentos difíciles, lo que creo que no está bien renunciar a tener paz por no perder la pareja.
Mamás: tranquilas, todas han querido (por lo menos una vez) ahorcar (un poquito) a los hijos. No eres una mala mamá porque un día te sacaron la piedra y el grito te lo oyeron en Marte. No se me ocurre un trabajo más difícil en el mundo y lo más probable es que lo estás haciendo bien. Mejora en lo que puedas mejorar, pero no te des palo por equivocarte.
Mujeres sin hijos: ¿no debería haber un nombre para eso? Está bien no tener, o no querer hijos. Durante muchos años fue una imposición y tal vez por eso ahora si no los tenemos podemos sentir que fallamos en algo, o que tomamos la decisión equivocada. Ser mamá debe ser hermoso, pero cosas hermosas es lo que hay en esta vida y no todas tenemos que escoger la misma.
Todas: porque sé que todas nos enredamos en los miedos que nos persiguen por la noche, les voy a decir lo mejor que he escuchado en mucho tiempo (una frase de Envidiosa): VA A PASAR LO QUE TENGA QUE PASAR Y VAMOS A ESTAR BIEN. De verdad vamos a estar bien.