Brasil, México y Colombia lanzaron nueva política industrial: ¿qué tienen en común?
La política industrial de un país traza los objetivos y los medios que va a usar para desarrollar ese sector productivo. Si usted quiere invertir, pero no sabe en qué actividad, conocer dicha política le puede dar luces.
En Latinoamérica hay nuevos ejemplos de política industrial, y todos tienen en común que hablan de sostenibilidad, soberanía alimentaria, salud y desarrollo tecnológico. A continuación, le mostramos los casos de México, Brasil y Colombia.
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Soberanía alimentaria: elemento clave de la política industrial
A finales del año 2022, México presentó unos nuevos lineamientos para su política industrial, y lo propio hicieron Colombia y Brasil en el 2023. Estos países coinciden en que ponen el sector agroindustrial como uno de los ejes del desarrollo y tienen entre sus justificaciones la seguridad alimentaria.
La política industrial de México pone la agroindustria como el primer sector estratégico. Entre las consideraciones para esa elección están que México es el octavo exportador mundial de productos agroalimentarios y que es el segundo vendedor de los mismos a Estados Unidos, explica la Secretaría de Economía mexicana.
Por su parte, una de las misiones de la política industrial de Brasil es promover “las cadenas agroindustriales sostenibles y digitales para la seguridad alimentaria y nutricional”. Estas incluyen la producción nacional de maquinaria, implementos agrícolas, bioinsumos agrícolas y fertilizantes.
Y, en el caso de Colombia, una de las apuestas productivas de la nueva política industrial es la “agroindustrialización”. El objetivo es transformar la producción agropecuaria en “alimentos, biológicos, materiales, textiles, fibras y energía”, con lo cual se añade valor a los productos, se lee en la Política Nacional de Reindustrialización de Colombia.
Sostenibilidad ambiental
Uno de los objetivos generales de la política industrial de México es el “desarrollo económico sostenible e incluyente”. Muestra de ello es que el cuarto eje transversal de la política industrial es justamente la promoción de industrias sostenibles y sustentables, y una de las apuestas puntuales está en los vehículos eléctricos.
En cuanto a Brasil, la nueva política industrial tiene entre sus principios la sostenibilidad. Uno de los objetivos es desarrollar tecnologías para la descarbonización y la transición energética. Sin embargo, la política establece que este proceso se debe llevar a cabo garantizando la soberanía energética.
Por su parte, la política de Colombia señala que la “reindustrialización colombiana apoyará los procesos de la descarbonización y de reducción de la dependencia económica del petróleo y el carbón”. Asimismo, afirma que la reindustrialización debe apoyarse en el uso de energías alternativas.
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La política industrial hace énfasis en la Industria de la salud
La política industrial de México resalta que el sector médico y farmacéutico es estratégico para incrementar el bienestar de la población. Según la Secretaría de Economía, este es un sector que muestra crecimiento en las exportaciones. Además, en solo 5 años aumentó el empleo de las industrias farmacéuticas un 86%.
En el caso de Brasil, la política industrial señala que ese país debe reducir la dependencia externa en los bienes del sector salud. Para ello, establece que una de las misiones de Brasil es consolidar un “complejo económico industrial de salud resiliente para fortalecer el Sistema Único de Salud y ampliar el acceso a la salud”.
En Colombia la política industrial también le da un lugar preponderante a la industria farmacéutica. Por un lado, plantea como objetivo mejorar la capacidad de producir principios activos, moléculas, vacunas, dispositivos y partes de dispositivos médicos. Por el otro, se propone la exportación de servicios médicos.
Tecnología e innovación: claves para toda política industrial
La política industrial de México, Brasil y Colombia contempla que el nuevo proceso de industrialización requiere altos niveles de innovación y debe estar sustentado en la tecnología de punta, por considerar que se debe apuntar a la producción de bienes con alta complejidad.
En esta línea, los tres países reconocen la necesidad de crear una estructura para el desarrollo tecnológico. Esta incluye la digitalización de procesos, mejorar la productividad, utilizar y desarrollar la inteligencia artificial y promover la innovación.
Además de las condiciones materiales que se persiguen para impulsar las industrias de alto contenido tecnológico, la política industrial de los tres países incluye el objetivo de capacitar a las personas encargadas de materializar los objetivos de la política, lo que incluye a los funcionarios estatales y a los industriales.
En este aspecto, se insiste en la importancia de mejorar la educación, crear centros de investigación y mejorar la relación del sector productivo con la académica.
