Brigitte Macron, esposa del presidente de Francia, demanda por conspiraciones sobre su identidad de género
Brigitte Macron enfrenta teorías conspirativas y demandas por difamación en Francia y EE. UU., en medio de la crisis política y social francesa.

Brigitte Macron, esposa del presidente francés Emmanuel Macron, se ha convertido en el centro de un debate mediático y político marcado por teorías conspirativas sobre su identidad de género.
Desde 2021, circularon en redes sociales rumores infundados que afirmaban que habría nacido hombre bajo el nombre de Jean-Michel Trogneux. Aunque desmentidos en varias ocasiones, estos relatos resurgieron en medio de la actual crisis política francesa, amplificados por “trolls” digitales y voces ultraconservadoras.
La polémica pasó de los márgenes de internet a los tribunales. En 2024, un juzgado de París condenó a dos mujeres por difamación tras difundir la teoría en YouTube, ordenándoles pagar 8.000 euros a Brigitte Macron y 5.000 euros a su hermano. Pero en julio de 2025, un tribunal de apelación revocó la sentencia, alegando que las acusadas actuaron “de buena fe” al basarse en supuestos hechos “bien conocidos”. El fallo dejó a la primera dama “absolutamente devastada”, según admitió su entorno, y encendió de nuevo el acoso digital en su contra.
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La batalla legal en Estados Unidos
Ante la impunidad en Francia, los Macron trasladaron la pelea a Estados Unidos. En julio de 2025 presentaron en el Tribunal Superior de Delaware una demanda contra la comentarista conservadora Candace Owens, figura mediática con millones de seguidores. El documento incluye 22 cargos de difamación y acusa a Owens de sostener durante un año una campaña sistemática y lucrativa contra la primera dama.
Según la querella, Owens difundió rumores falsos en su podcast, en videos de YouTube y en redes sociales, incluso vendiendo productos vinculados a estas teorías. Los Macron alegan que la influencer distorsionó la historia personal y la apariencia de Brigitte con el objetivo de humillarla, causando un daño inmenso a su reputación y a las oportunidades económicas de la pareja presidencial.
El abogado Tom Clare ha anunciado que la estrategia de defensa incluirá “pruebas fotográficas y científicas”, entre ellas imágenes de Brigitte Macron embarazada y con sus hijos, para refutar de manera categórica las acusaciones. Owens, por su parte, ha calificado la demanda como una maniobra desesperada y ha defendido su derecho a la libertad de expresión.

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Debate político en Francia: entre la desinformación y la crisis
El caso se desarrolla en un contexto especialmente frágil para el gobierno francés. En menos de dos años, varios primeros ministros han caído, el Parlamento permanece dividido y el país enfrenta una deuda pública que supera el 110% del PIB. La caída del último jefe de gobierno, François Bayrou, tras una moción de censura por sus propuestas de austeridad, refleja la debilidad del Ejecutivo.
En este clima de inestabilidad, los ataques contra Brigitte Macron no son inocuos. Se convierten en un instrumento para desgastar al presidente, reforzar discursos de odio y desviar la atención de la crisis estructural. El uso de la vida privada de la primera dama como arma política revela la violencia simbólica que enfrentan las mujeres en posiciones de poder y la facilidad con que la desinformación erosiona la credibilidad de las instituciones.
Teorías conspirativas en Europa: un patrón global
Lo que vive Brigitte Macron se inscribe en un fenómeno más amplio de conspiraciones digitales conocidas como transvestigations, en las que mujeres con alta visibilidad pública son acusadas falsamente de haber nacido hombres. Este patrón, documentado también en los casos de Michelle Obama o Jacinda Ardern, combina transfobia, sexismo y estrategias de polarización política.
Europa no es inmune dado que la proliferación de narrativas conspirativas se ha convertido en un arma cultural en un contexto de crisis de confianza hacia las élites políticas. Francia, con su polarización y protestas constantes, es terreno fértil para que estos rumores prendan y sirvan como herramientas de desgaste.

Impacto geopolítico del escándalo
Más allá de lo personal, la controversia sobre Brigitte Macron refleja el poder desestabilizador de la desinformación en la política internacional. La primera dama francesa es ahora un símbolo de cómo los ataques digitales cruzan fronteras y se convierten en litigios transnacionales. La demanda en Estados Unidos muestra que la batalla contra las noticias falsas ya no se libra solo en el terreno mediático, sino también en los tribunales de diferentes países.
En plena crisis de gobernabilidad, este episodio erosiona aún más la imagen de Francia en el exterior, proyectando un país atrapado no solo por sus problemas fiscales y sociales, sino también por la vulnerabilidad de su liderazgo ante campañas de manipulación digital.
La demanda de Brigitte Macron contra Candace Owens es, en apariencia, una defensa personal. Pero en realidad se trata de un caso que expone la fragilidad de las democracias frente a la desinformación organizada. En un momento en que Francia atraviesa una de sus peores crisis políticas y sociales.