Crecen los obstáculos a la transición energética rápida
En las conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) se ha hecho énfasis en la urgencia de eliminar en el corto plazo la utilización de combustibles fósiles, buscar la descarbonización y promover la utilización de energías renovables, como parte de una transición energética rápida.
Los compromisos en el papel son fáciles, pero sobre el terreno los obstáculos son muy grandes, como lo demuestran los casos del Reino Unido, Alemania e incluso Colombia.
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Replanteamiento de las metas para la transición energética
En 2019, el Reino Unido introdujo una ley que lo comprometía a lograr emisiones netas cero para 2050. Luego, en 2021, anunció que reduciría las emisiones en el 78% para 2035, como parte de la estrategia de transición energética.
El 20 de septiembre de este año, el primer ministro, Rishi Sunak, anunció un conjunto de medidas que se alejan de esas aspiraciones, buscando un enfoque más “proporcionado, pragmático y realista”.
Los cambios incluyen retrasar la prohibición de la venta de nuevos vehículos con motor de combustión de 2030 a 2035 y debilitar un plan para eliminar gradualmente la instalación de nuevas calderas de gas para 2035.
Sunat también se comprometió a eliminar los objetivos de eficiencia energética para el sector de la construcción residencial y a no imponer impuestos destinados a desalentar los viajes en avión o el consumo de carne. Además, prometió no obligar a los ciudadanos del Reino Unido a reciclar o compartir el vehículo.
Semanas antes, el 31 de julio, Sunak había anunciado más de 100 nuevas licencias de petróleo y gas para el Mar del Norte, con el propósito de maximizar la producción nacional de hidrocarburos y reforzar la seguridad energética mientras se crean empleos.
El caso de Alemania es similar. Aunque este país es pionero en la transición energética y ha invertido millonarias sumas en proyectos verdes, también ha aumentado el consumo de carbón. Incluso, durante 2022 la principal fuente generadora de electricidad fue el carbón, según la Oficina Federal de Estadística, Destatis.
En toda Europa se han reabierto plantas eléctricas que usan carbón con el objetivo de reemplazar el gas ruso, a raíz de las sanciones a ese país por la guerra en Ucrania.
La electricidad es solo una de las fuentes de energía
Actualmente, hay un boom mundial de inversiones en energías renovables, las cuales representaron el 28,7% del suministro eléctrico global en 2021, según la Agencia Internacional de la Energía.
Sin embargo, los datos pueden ser engañosos, pues la electricidad es solo una parte del consumo de energía. Otra parte importante de este consumo es el transporte en todas sus modalidades.
En realidad, las energías fósiles representan el 82% del consumo global de energía, según el Statistical Review of World Energy 2023.
A medida que se promueven las energías renovables, una de las cuales es la hidroeléctrica, base de la producción eléctrica en Colombia, se han venido descubriendo algunos obstáculos para su desarrollo.
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La transición energética requiere atender las dificultades de las energías renovables
En primer lugar, no se ha considerado a cabalidad el costo, las dificultades ni los impactos ambientales de la explotación minera requerida para la transición energética.
La multiplicación de las energías renovables requiere ingentes cantidades de minerales como cobre, níquel, cobalto, litio, cromo, grafito, manganeso y zinc. En el caso de Colombia, ni siquiera se cuenta con un inventario de recursos mineros.
Además, no basta con la generación de energías renovables, si no hay medios de almacenamiento y líneas de transmisión, cuya construcción puede ser más demorada y costosa de lo previsto.
En segundo lugar, existe el peligro de que las características y ritmo de expansión de las fuentes renovables de energía obedezcan más a la agenda de los países desarrollados que a las necesidades de los países en desarrollo.
Kristina Dietz, de la Universidad de Berlín, calificó esto como extractivismo verde, por considerar que busca fuentes renovables y materias primas para la transición energética en los países en desarrollo, aun a costa de las prioridades nacionales de desarrollo y como una fuente de nuevas inversiones y ganancias.
En el caso de Colombia los obstáculos se han acrecentado debido a la falta de viabilidad de algunos proyectos de energías renovables, ya sea por cambios en la legislación, incertidumbre sobre las reglas de juego o por factores políticos y sociales, entre los cuales sobresale la oposición de algunas comunidades a la manera como se ha buscado implementarlos.