Crisis fiscal Colombia: los tres caminos que le quedan al Gobierno tras el hundimiento de la reforma tributaria
El archivo definitivo de la ley de financiamiento dejó una crisis fiscal Colombia de $16,3 billones y abrió un escenario crítico: emergencia económica, más deuda o nuevos recortes. Ninguna salida es sencilla y todas implican costos políticos y fiscales.
El hundimiento de la reforma tributaria dejó al Gobierno contra las cuerdas. Con un presupuesto ya recortado en $10 billones y un déficit creciente, la crisis fiscal Colombia entra en una fase decisiva: el Ejecutivo solo tiene tres caminos para cerrar el hueco de 2026, y cada uno conlleva riesgos altos para la economía, la estabilidad institucional y sus propias reformas sociales.
El rechazo legislativo fue contundente: nueve votos en contra y cuatro a favor sepultaron la ley de financiamiento. Con ello, quedó en el aire cómo completar los $16,3 billones que pretendía recaudar el proyecto y que eran clave para el Presupuesto General de 2026.
Mientras desde el Ejecutivo se advierte un riesgo de crisis y desde el Congreso se reclama responsabilidad fiscal, el hecho es uno: Colombia debe ajustar cuentas ya. Y estos son los únicos tres caminos.

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1. Declarar una emergencia económica: opción jurídica débil y políticamente inviable
Tras la derrota legislativa, el presidente Gustavo Petro dejó entrever el camino que preferiría ante la crisis fiscal Colombia: una emergencia económica para habilitar decretos con fuerza de ley, crear impuestos temporales o reasignar recursos sin el visto bueno del Congreso.
Pero más allá del tono desafiante, la medida enfrenta tres problemas estructurales:
Una Corte Constitucional estricta ante la crisis fiscal Colombia
Colombia ha tenido nueve emergencias económicas desde 1997. Y en varias ocasiones, la Corte tumbó decretos por falta de relación directa entre la crisis y las medidas adoptadas. La jurisprudencia es clara: el Ejecutivo debe probar que la crisis es sobreviniente e imprevisible, algo difícil cuando el hueco fiscal proviene de una reforma que el propio Gobierno sabía que no tenía votos.
Riesgo de choque institucional
Una declaratoria de emergencia después de una derrota política sería interpretada como una forma de “saltar” al Congreso ante la crisis fiscal Colombia. Eso desataría una confrontación inmediata con la oposición, sectores independientes y, probablemente, la propia Corte.
Un impacto económico limitado
Incluso si sobreviviera el examen constitucional, una emergencia económica solo permitiría recaudo temporal o reacomodos presupuestales. No resolvería el déficit fiscal estructural ni financiaría de manera permanente reformas como la de salud o la pensional.
En resumen: políticamente útil para el relato del Gobierno, pero institucionalmente frágil. Por eso analistas coinciden en que es la opción menos probable.

2. Endeudarse más: la alternativa más riesgosa en un mercado que ya castiga a Colombia
El segundo camino para atender la crisis fiscal Colombia es recurrir a más endeudamiento. Pero el momento no podría ser peor.
Mercado adverso y tasas en aumento
En las últimas semanas, los TES se han disparado hasta niveles cercanos al 13 % para plazos de 10 años. Analistas de BTG Pactual, Banco de Occidente y BBVA han advertido que la confianza fiscal está deteriorada y que al país le cuesta más endeudarse que antes.
Las operaciones del Gobierno en francos suizos, swaps y recompras de bonos —presentadas como innovadoras— han tenido efectos mixtos. Aunque generaron liquidez temporal, también dispararon preguntas sobre el riesgo asumido, la sostenibilidad de la estrategia y el incremento del endeudamiento bruto.
Menor apetito de inversionistas
A pesar de las maniobras técnicas, los inversionistas locales están saturados de TES y los extranjeros no muestran demanda suficiente. En este contexto, cada dólar prestado cuesta más.
El riesgo de seguir apalancando gasto corriente
Endeudarse para tapar déficits estructurales —y no para inversión productiva— compromete la estabilidad fiscal de mediano plazo y agrava la vulnerabilidad del país frente a cambios en el mercado internacional. Por eso, aunque es técnicamente posible, es la opción más peligrosa para la economía.

3. Recortar aún más el presupuesto: el camino inevitable y políticamente más costoso
El Gobierno ya aplicó un tijeretazo de $10 billones al Presupuesto 2026. Pero sin reforma tributaria, el hueco es mayor. Según expertos como Luis Fernando Mejía (Fedesarrollo) y José Manuel Restrepo, la salida inmediata y realista es una sola: nuevo recorte presupuestal.
¿Qué implica recortar de nuevo?
El propio Presidente lo ha reconocido: no se puede recortar deuda ni gasto social sin afectar a los más vulnerables. Esto deja como única variable de ajuste la inversión pública.
Entre los programas en riesgo figuran:
- Infraestructura (4G y 5G)
- Proyectos metropolitanos como el Metro de Bogotá
- Programas de modernización energética
- Iniciativas territoriales estratégicas
Además, recortar inversión en un año preelectoral desacelera la economía, golpea el empleo y resta margen para ejecutar políticas sociales.
Las reformas sociales en el limbo
Ni la reforma a la salud ni la pensional tienen garantizada financiación. Sin recursos nuevos, ambos proyectos quedan políticamente debilitados.
Aun así, los analistas coinciden: es el camino más factible porque no depende del mercado ni de la Corte Constitucional. El costo político será alto, pero el costo fiscal de no hacerlo sería mayor.
¿Qué opción tomará el Gobierno ante la crisis fiscal Colombia?
Si bien la narrativa del Ejecutivo apunta a culpar al Congreso por la crisis fiscal Colombia, los datos muestran que:
- La emergencia económica es jurídicamente débil.
- El endeudamiento es caro y riesgoso.
- El recorte es inmediato, doloroso… e inevitable.
La crisis fiscal Colombia se convirtió así en la tormenta perfecta: un déficit creciente, un Congreso adverso, un mercado desconfiado y una agenda social que enfrenta su mayor prueba. Lo que está en juego ya no es solo el presupuesto de 2026, sino la viabilidad económica del próximo gobierno.
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