De bufones y otras plagas
Victoria E. González M.
Comunicadora social y periodista de la Universidad Externado de Colombia y PhD en Ciencias Sociales del Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES) de la ciudad de Buenos Aires. Decana de la Facultad de Comunicación Social – Periodismo.
Las tendencias políticas vienen y van como una especie de oleadas que se levantan en países o incluso en continentes. Hablo de tendencias, porque hablar de ideologías es algo mucho más profundo y complejo.
Se posesionan gobiernos de derecha que a lo largo de cuatro o más años imponen sus políticas y, luego de las consecuentes desilusiones producto de promesas no cumplidas, las crisis económicas y los altos índices de desempleo, entre otros, los electores vuelven sus ojos hacia las izquierdas y la historia vuelve a comenzar.
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En los últimos tiempos el ciclo parece que empieza a tener algunas fisuras que están generando particularidades muy preocupantes. En el río revuelto de la desesperanza comienzan a aparecer redentores que con sus discursos buscan seducir a cientos de “desesperanzados”.
En un mundo ideal se podría suponer que estos redentores necesitan un discurso muy elaborado, estudiado y lleno de argumentos para atraer a tantas “almas confundidas”, pero, más que eso, necesitan propuestas transformadoras que brinden alternativas reales. Sin embargo, no es lo que está ocurriendo.
Al contrario, por una razón inexplicable, que muchos llevamos días y más días dándole vueltas para poder entenderla, la estrategia de estos “salvadores” se está construyendo a partir de discursos incoherentes, propuestas disparatadas y frases de cajón. Lo más grave es que con esa estrategia están creciendo de manera exponencial sus seguidores.
Sus intervenciones parecen sketch de principiantes, plagados de chistes flojos y aplausos pregrabados. Las frases más recurrentes, “todos son corruptos”, “que se vayan todos”, “no vamos a seguir manteniendo vagos”, etc. Las propuestas, dolarizar economías, cerrar congresos, frenar el desarrollo científico y cultural, gobernar por decreto, romper relaciones comerciales con algunos países sin medir consecuencias.
Fórmulas cargadas de populismo que buscan exaltar al hombre providencial, demoler las instituciones del Estado y engañar a incautos con la idea de que vendrán nuevos ciudadanos imbuidos de autonomía.
En este maremágnum de “propuestas”, muchos de estos personajes han encontrado un eco inmenso en algunos medios de comunicación. De hecho, algunos de ellos son producto de esos medios porque fue justamente allí donde dieron sus primeros pasos como parte del mundo del espectáculo fungiendo de bufones. Luego, pasado el tiempo, esos medios fueron los que los engrandecieron y magnificaron sus incoherencias.
En un mundo angustiado urge detenerse a pensar en las nefastas consecuencias que pueden traer estos nuevos “redentores” y analizar a profundidad sus intenciones porque las crisis no se conjuran con nuevas crisis, sino con el trabajo conjunto de los ciudadanos y las instituciones.