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jueves, 17 de julio de 2025
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¿Qué esperar de la economía de América Latina para el 2024?

El horizonte inmediato no es muy promisorio. Las perspectivas para la economía de América Latina no son las mejores. Las turbulencias políticas pueden agravar la situación.

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Las proyecciones del Banco Mundial y la CEPAL pronostican que la economía de América Latina ni siquiera crecerá el 2,5% en el 2024. El panorama regional es peor que el de 2023 y el contexto internacional puede agravarlo. 

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Perspectivas para la economía de América Latina 

La CEPAL estima que el crecimiento económico de la región durante 2024 será de entre 1,5% y 1,9%, más bajo que el del occidente desarrollado que no pasa del 3% y muy lejos del de Asia, superior al 4%.

En todas las regiones de América Latina el crecimiento será bajo. Según la misma entidad, particularmente en América del sur, se espera que el crecimiento alcance un 1,2%, una cifra considerablemente menor al 3,7% del 2022.

Esto puede determinar un menor espacio fiscal por una reducción en el recaudo y el mantenimiento de una estructura fiscal regresiva basada en los impuestos indirectos en una región en la cual, en el 2023, según la CEPAL, la pobreza afectó al 29% de la población, es decir, alrededor de 70 millones de personas.

Según datos de Our World in Data obtenidos del Banco Mundial, entre los 25 países con peor distribución de la renta –sobre un total de 89 economías– figuran 16 países latinoamericanos.

Otro indicador del mal funcionamiento de la economía de América Latina es que 16 países de América latina se encuentran entre los 25 países del mundo con peor distribución del ingreso. De esta lista sobresale Colombia con un Gini de 0,54 y Panamá con 0,50, según análisis realizado por el Real Instituto Elcano con datos del Banco Mundial.

La inequidad es otro signo regional. En su informe sobre el panorama social en América latina y el Caribe 2023 la CEPAL añade que, en 9 de 12 países de la región “el decil más alto recibe un ingreso 21 veces mayor que el del decil de menores ingresos, lo que da cuenta de una muy elevada desigualdad. La concentración del patrimonio es aún mayor que la del ingreso; en 2021, el patrimonio de los 105 mil millonarios de la región representó casi un 4% del patrimonio de toda la población y superó los niveles de 2019 y 2020″.

Según el Banco Mundial, las perspectivas económicas de la región sugieren una recuperación gradual, con un crecimiento proyectado del 2,3 % en 2024 y del 2,5 % en 2025. Sin embargo, esto se podría ver afectado por las restricciones monetarias producto de las altas tasas de interés. 

Los cálculos de los organismos financieros internacionales tales como el Banco Mundial estiman que, a medida que bajen las tasas de interés, la inflación disminuya y se reduzcan los obstáculos al aumento de la inversión, habrá nuevamente crecimiento. 

Sin embargo, aún en las economías más grandes las dificultades persistirán. El Banco Mundial prevé que en Brasil el crecimiento se desacelerará al 1,5 % en 2024, y en México se atenuará hasta el 2,6 % en el mismo año. En Colombia y Chile se espera que el crecimiento económico sea de 1,8% en 2024, mientras que en Perú la cifra será de 2,5 % en el mismo periodo.

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Factores agravantes y mal pronóstico

El pronóstico del Banco Mundial sugiere que el desempeño de la economía de América Latina es poco favorable y hasta preocupante. En palabras de expertos, se trata de un desempeño mediocre.

Desde hace décadas, el conjunto de la región vive un proceso de desindustrialización y especialización exportadora en materias primas tales como petróleo, diversos minerales, soja y café, entre otros. Esto sitúa a la región en una posición de vulnerabilidad ante las variaciones del mercado mundial.

En el futuro inmediato, las oportunidades de América Latina, dado el contexto internacional, están ligadas nuevamente a las exportaciones de minerales como cobre y litio, para ligarse al proceso de transición energética de los países del Norte.

Sin entender esta evolución es muy difícil comprender la irrupción de las masivas migraciones, el peso creciente del narcotráfico, el aumento de la delincuencia y la inestabilidad.