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jueves, 25 de abril de 2024
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“El 60% de los arrecifes coralinos del país se encuentra amenazado”: Exploradora NatGeo

En entrevista con Más Colombia, Laura Rodríguez, bióloga marina y becaria de National Geographic, señaló la importancia de los arrecifes de coral para la sostenibilidad del ecosistema marino y se refirió a los avances de Colombia en materia de conservación.
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Laura Rodríguez, bogotana de nacimiento, es bióloga marina, conservacionista y dos veces ganadora de la beca de investigación de National Geographic (NatGeo). La primera, otorgada en 2018, estuvo dedicada a la conservación de arrecifes de coral. La segunda, recibida este año, está destinada al potencial industrial de las algas marinas. En la actualidad, trabaja en la investigación para NatGeo y la formulación y coordinación de proyectos en la Fundación Sila Kangama. 

Para comenzar, hablemos de la primera beca de investigación que ganó con National Geographic. ¿De qué se trató y cuáles han sido los resultados obtenidos? 

La primera beca consistió en el estudio de los arrecifes de coral mesofóticos, es decir, aquellos arrecifes que se ubican en el mar, entre los 30 y los 150 metros de profundidad. Al estar ubicados en esas zonas, se piensa que reciben menos impactos del cambio climático y enfermedades que los arrecifes someros, es decir, los que están ubicados por encima de los 30 metros. 


En esa medida, la hipótesis que planteamos fue la posibilidad de que los arrecifes mesofóticos puedan rescatar a las poblaciones someras que mueren, a través de reproducción sexual y larvas que llegan a estos lugares y ocupan los sitios donde estaban previamente esas colonias. La hipótesis se llama “Hipótesis de Refugio de Arrecifes Profundos”. El trabajo también tuvo financiación de Colombia Biodiversa y de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, y se puede consultar por internet (puede verlo en este enlace). 

Para comprobar esta hipótesis hicimos dos mediciones distintas: la primera consistió en hacer análisis genéticos de la especie de coral Agaricia undata y la segunda en analizar la distribución de 47 especies de coral desde los 3 hasta los 60 metros de profundidad en la Península de Barú y en la Isla del Tesoro del Parque Natural Islas del Rosario. El propósito era determinar qué especies se comparten en la parte somera y en la mesofótica. Descubrimos que existe una alta conectividad genética para la especie Agaricia undata entre los distintos arrecifes (someros y mesofóticos) de Barú y la Isla Tesoro, en el Parque Natural Islas del Rosario. Por otro lado, encontramos que el 32% de las 47 especies coralinas observadas habitan en zonas someras y mesofóticas, mostrando el potencial que efectivamente tienen los arrecifes mesofóticos de ser un refugio. Adicionalmente, encontramos que los corales en Barú tienen mayor cobertura si se comparan con los del Parque de las Islas del Rosario y con los de muchas zonas del Caribe, pese a ser una zona sin ningún tipo de protección medioambiental.

¿Qué es un coral y qué función cumple en el ecosistema marino? ¿Por qué es importante?

Los corales son animales muy pequeños de cuerpo blando, que forman un esqueleto de piedra caliza (exoesqueleto) donde habitan. Al conjunto del coral y el esqueleto se le conoce como pólipos. Se consideran coloniales porque muchos individuos viven allí y crecen conectados entre sí. 

Dentro de estos pólipos crecen algas muy pequeñas de coloraciones muy brillantes que capturan la luz solar y la convierten en energía, al igual que las plantas, para proporcionar oxígeno y nutrientes esenciales a los corales. A cambio, habitan un lugar seguro dentro del cuerpo de este animal.

El conjunto de las colonias forma arrecifes de coral que pueden extenderse varios kilómetros en el mar. A pesar de que ocupan menos del 0,1% del suelo oceánico, los arrecifes coralinos proporcionan hábitat para al menos el 25% de las especies marinas conocidas. Son zonas de alimentación para distintos grupos de animales, donde muchas especies ponen sus huevos y crían a sus bebés.


Estos ecosistemas no solo brindan a las especies marinas hábitat y refugio; también sirven de barreras de protección en las costas ante fuertes mareas, oleajes e inundaciones. Proporcionan alimentos, ingresos y seguridad alimentaria para cientos de millones de personas en todo el mundo. Adicionalmente, son fuente importante en la exploración biomédica de productos útiles para la salud y el bienestar humano, como nuevos antibióticos y medicamentos contra el cáncer. 

Por otra parte, los corales forman unas de las estructuras más hermosas del planeta y son la base de la industria del turismo en muchos países con pocos recursos naturales. Por todos estos servicios que ofrecen los arrecifes coralinos, se estima que representan beneficios económicos con un valor total anual de 375.000 millones de dólares para más de 500 millones de personas en al menos 90 países.

¿En qué lugares de nuestros dos océanos encontramos corales? ¿Cuál es la extensión de estos en Colombia?

Los corales se pueden encontrar en todos los océanos del mundo, tanto en aguas someras como profundas. En nuestro país, encontramos corales en las zonas continentales e islas del océano Pacífico y en el mar Caribe, con una extensión total de 2.860 km². 

Según cifras del año 2000 del Instituto de investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR), en el mar Caribe colombiano se ha estimado un área de extensión de 2.845 km² y en el Pacífico de 15 km². En los informes y reportes nacionales se han documentado 28 formaciones coralinas, de las cuáles 27 se encuentran en zonas someras entre los 0 y 40 metros de profundidad, y 1 en una zona con más de 40 metros de profundidad. 

En el Caribe, el 77% de las zonas coralinas se encuentra en la Reserva de Biósfera Seaflower, principalmente en la isla de Providencia y Santa Catalina. Adicionalmente, podemos encontrar arrecifes coralinos en el parque Tayrona, Santa Marta, el Banco de las Ánimas, Isla Fuerte, Salmedina, el Archipiélago de San Bernardo, Islas del Rosario y la Península de Barú. En esta última se encuentra Varadero, cerca de la Bahía de Cartagena, un arrecife que prospera a pesar de recibir una de las mayores descargas de contaminación del Caribe. También allí encontramos bancos de arrecifes que crecen sobre pequeñas montañas de lodo (diapiros) y donde podemos encontrar arrecifes de aguas someras y profundas. En el parque Corales de Profundidad encontramos arrecifes profundos a más de 35 metros. En el caso del Pacífico, las formaciones coralinas están presentes en Gorgona, Malpelo y Punta Tebada.

¿Cuáles son los mayores retos que enfrenta la conservación de corales en Colombia?

Los arrecifes de coral se enfrentan a retos y desafíos cada vez mayores, tanto locales como globales, debido al impacto de las diversas actividades humanas. Hemos modificado las costas, hemos sacado los peces de los mares al punto de sobreexplotarlos, hemos llenado el agua de fertilizantes, aguas residuales, petróleo y sedimentos. Hemos cambiado la química de los mares, calentado las aguas y empeorado las tormentas, hasta el punto de que muchos ecosistemas de arrecifes de coral se están degradando rápidamente. El mar Caribe, en general, perdió alrededor de un 50% de la cobertura coralina entre 1970 y 2012. 

La combinación y el aumento de todas estas amenazas ha llevado a algo que Jeremy Jackson llamó The Slippery Slope to SlimeLa pendiente resbaladiza hacia el limo—, que consiste en que muchos de nuestros arrecifes han perdido una gran cantidad de corales y se han llenado de algas. Durante décadas, científicos y conservacionistas han hecho sonar las alarmas sobre la mortandad y extirpación de los arrecifes de coral. Sin embargo, la mayoría de las personas no sabe qué es un coral ni de dónde viene. 


¿Cómo podemos cuidar los arrecifes de coral del mundo cuando es algo abstracto y que apenas puede entenderse? Por esta razón, uno de los retos para los científicos y conservacionistas es buscar estrategias de comunicación efectivas para llevar información a la sociedad, que permita el entendimiento de qué pasa en nuestros ecosistemas, qué está causando los problemas y qué opciones tenemos para disminuir sus impactos negativos.

¿Podría darnos un estimado sobre el estado de salud actual de los corales en nuestro país? 

Según las cifras más recientes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, aproximadamente el 60% de los arrecifes coralinos del país está bajo algún grado de amenaza. De estos, el 20% puede desaparecer en la próxima década, el 19% ha sido destruido, y el 15% se encuentra en estado crítico.

¿Dónde se encuentran ubicados los corales de mayor riesgo en Colombia y cuáles son los principales factores de su deterioro? 

En el mar Caribe se encuentran los arrecifes de mayor riesgo en el mundo. En el caso de Colombia, de 21 enfermedades descritas para corales, 18 están en el Caribe y han producido mortandades masivas. 

El 77% de los corales se encuentra en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y sus islas y cayos, por lo que es una zona de alta biodiversidad y con especies marinas únicas afectadas tanto por las amenazas globales como locales. De las más de 57 especies de coral que se han identificado en el Archipiélago, el 90% están incluidas en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. 

A nivel costero, las mayores extensiones arrecifales se encuentran en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo. Allí se ha registrado un deterioro alto, debido a la reducción de la cobertura de corales vivos y eventos de mortandad masiva de corales, erizos y abanicos de mar. Hay una sobreexplotación de peces, y ya no se encuentran ciertas especies de tiburones, ni peces que antes eran muy comunes, como los pargos grandes o los meros.

¿Qué programas se están implementando para la conservación de corales en el país, ¿cuáles destaca y por qué?

Colombia ha venido diseñando desde hace varios años distintos planes de manejo para las áreas marinas protegidas y parques nacionales naturales del país. Sin embargo, lograr conservar y manejar zonas tan extensas de forma efectiva es un reto difícil. Ha habido distintos programas para la restauración activa de corales en el país; muchos de ellos han sido esfuerzos colaborativos entre entidades gubernamentales, organizaciones y universidades. 

He visto esfuerzos en Islas del Rosario por parte de Parques Nacionales Naturales, en conjunto con el Centro de Investigación Educación y Recreación (CEINER) , en la siembra de corales y el apoyo de algunos experimentos de reproducción sexual. En Santa Marta, en el Parque Tayrona, la fundación Calypso, junto con la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Parques, ha hecho pilotos en la restauración por medio de siembra de corales. En el archipiélago de San Andrés y Providencia también ha habido esfuerzos, por parte de Parques, CORALINA y la fundación Corales de Paz, de llevar a cabo siembras de corales. Todos estos esfuerzos se han dado principalmente con los corales tipo Cuerno de Alce (Acropora palmata) y cuerno de venado (Acropora cervicornis).


Uno de los programas que ha tenido una alta visibilidad y que se está ejecutando actualmente es el de “Un Millón de Corales por Colombia”, donde participan instituciones como Parques Nacionales Naturales, Conservación Internacional Colombia, Corales de Paz, Invemar, la Fundación Malpelo, Corporaciones Autónomas Regionales (Coralina, Cardique, Corpamag, Carsucre y Corpourabá), escuelas y centros de buceo, ONGs locales, organizaciones de pescadores artesanales y la academia, con apoyo del Gobierno Nacional. 

Este programa busca restaurar 200 hectáreas de arrecife coralino, con una inversión inicial de 8.450 millones de pesos entre los años 2021 y 2022. Se está llevando a cabo en distintas zonas del país: Área Marina Protegida Seaflower, Parque Tayrona, Taganga, Parque Corales del Rosario y San Bernardo, Barú, Isla Palma e Isla Fuerte, Rincón del Mar, El Santuario de Fauna Acandí, Playón y Playona, el Parque Utría y el Parque Gorgona.

Para quienes no lo saben, ¿cómo se distingue un coral sano de un coral enfermo? 

El tejido de los corales es transparente, pero, como ya vimos, dentro de estos animales viven pequeñas algas asociadas llamadas zooxantelas. Estas algas son las que confieren los colores brillantes que vemos en los corales, y cuando ocurren cambios en las condiciones ambientales o de salud de los corales, estas son las primeras afectadas. Un coral saludable se verá «hinchado», con un color uniforme y los pólipos lucirán carnosos y se expandirán y retraerán, moviéndose con la corriente.

Existen distintos signos que muestran que un coral no se encuentra bien, ya sea debido a estrés ambiental o a enfermedades causadas por bacterias, hongos o virus. Cuando la temperatura del agua se ha incrementado y el coral empieza a perder las pequeñas algas asociadas, podemos observar parches del coral de color blanco (blanqueamiento). Cuando observamos bandas, manchas o lesiones descoloridas en la superficie del coral podemos estar observando enfermedades como la de la banda negra, la banda roja, la banda/mancha amarilla, la banda marrón, la banda blanca, la plaga blanca, la viruela blanca y los lunares oscuros, que con el tiempo progresan o se expanden sobre la superficie del coral. Estas enfermedades consumen el tejido vivo y dejan a su paso el esqueleto blanco de coral, que se vuelve un caldo de cultivo fértil para las algas y los invertebrados incrustantes, de lo cual difícilmente se recuperará.

Hablemos de la siembra de corales. ¿Podría describir de forma breve el paso a paso del proceso de siembra de un coral?  

Los corales nacen de formas diferentes. La más común es por desove masivo y ocurre cuando, en una o dos noches al año, varios individuos de la misma especie de coral lanzan unos paquetes que contienen huevos y esperma hacia la superficie del agua, que luego se rompen. En ese momento, los huevos se encuentran con el esperma de otros corales para ser fecundados (reproducción sexual), los cuales, al serlo, se dividen en muchas células y se convierten en larvas que nadan hasta encontrar el lugar ideal para asentarse. 

Entendiendo esta forma de reproducción, los investigadores de corales han desarrollado una técnica para recolectar estas bolsas reproductivas en las noches de liberación y lograr que la fecundación pueda darse en laboratorio. En acuarios, previamente a la fecundación, se ubican placas de materiales especiales donde se podrán asentar las larvas, simulando el sustrato marino. Luego, empezarán a crecer esas larvas, que formarán pequeñas colonias.

Otra forma de reproducción es de forma asexual, a través de un proceso llamado fragmentación. En este método, una parte de la colonia de coral se rompe y cae sobre el arrecife, donde puede volver a unirse al suelo y comenzar a formar una nueva colonia. Los investigadores han desarrollado una forma de explotar este proceso natural de fragmentación para propagar de manera eficiente, o «cultivar», grandes cantidades de corales. 


Para esto, se cortan pedazos de colonias sanas, del tamaño de un dedo. Luego, estos fragmentos se ubican en distintos tipos de guarderías. Una de ellas parece un “tendedero para secar ropa” y a otra se le llama “tipo árbol”. En estas estructuras se cuelgan los fragmentos de coral, como si fueran los adornos de un árbol de Navidad o ropa mojada que ha sido extendida, los cuales se dejarán creciendo y cuidando hasta que pueden trasladarse a los arrecifes locales. 

En ambos casos —tanto para la reproducción sexual como para la de tipo asexual—, cuando las colonias ya son grandes y quieren trasladarse al arrecife se utiliza un tipo de pegamento similar al cemento para anclar estas colonias al suelo, que debe estar libre de corales y algas. 

Desde el momento de la siembra, ¿cuánto tarda un coral en llegar a la etapa de madurez?

Las etapas de madurez de los corales son diferentes para cada especie. Las especies que usualmente se siembran son las Acroporas, debido a que su estructura brinda una mayor tridimensionalidad a los arrecifes y a su rápido crecimiento. En los corales duros, la madurez sexual depende del tamaño. Por ejemplo, en A. Palmata se ha observado que puede llegar a tener el doble del tamaño luego de 45 días de la siembra; sin embargo, esto también depende del tipo de sustrato de siembra. 

Se ha observado en la restauración por métodos sexuales que los corales de Acropora pueden tardar en alcanzar la madurez sexual al menos tres años (cinco años en promedio). Los corales masivos, que lucen como una roca compacta, pueden tener tasas de crecimiento de 0,3 a 2 centímetros por año, lo cual quiere decir que pueden tardar décadas en pasar del tamaño de «bebé» al tamaño sexualmente “maduro”. En los corales con forma de ramas la tasa de crecimiento es mayor y crecen hasta 10 centímetros por año, con lo que alcanzan más rápido la madurez sexual. 

¿Qué entidad mide el impacto medioambiental de la siembra de corales?

Cada institución u organización que implementa la restauración de corales con siembra hace las mediciones de su propio proyecto. Estas mediciones se hacen de manera constante, y se tienen en cuenta las tasas de crecimiento y de supervivencia tanto en las guarderías como en las colonias que son trasplantadas. A la mayoría de estos proyectos no se le hace seguimiento a largo plazo, ya que se requerirían muchos esfuerzos y recursos económicos. También se pueden presentar mortandades muy altas, por lo que es necesario comenzar de nuevo y buscar las causas de los problemas que se puedan generar.

¿Qué otras acciones puede implementar el Gobierno para acelerar los esfuerzos de conversación de los arrecifes de coral?

Como conservacionista, una de las primeras reglas para la protección y el manejo de los ecosistemas es el control y mitigación de las amenazas que impactan de forma negativa. Por lo tanto, es indispensable y prioritario no solo enfocarse en la restauración activa, que es una buena estrategia de educación ambiental, sino también en reducir todos esos factores estresantes. 

También es importante centrar esfuerzos en la reproducción sexual, pues los esfuerzos de restauración podrían tener un mayor éxito a largo plazo. Es esencial que los corales que trasplantemos sean genéticamente diversos, lo cual no es tan viable con la restauración asexual. La crisis de la disminución de los corales está dada también por el incremento de la temperatura del agua, debido al cambio climático; por lo tanto, no solo las acciones locales serán útiles, sino el cambio en las formas de consumo, en los usos de los recursos y en la disminución de las emisiones de gases a nivel general. 


¿Qué podemos hacer las personas comunes y corrientes para ayudar a conservar estos ecosistemas?

Hay muchas formas en las que las personas pueden ayudar a disminuir el impacto y reducir los factores que afectan estos hermosos ecosistemas. Lo principal es leer, conocer y mantenerse informado sobre qué está pasando en estos ecosistemas. Los factores que afectan de forma local se pueden reducir con acciones como dejar de comprar artículos o piezas de joyería fabricados con coral, apoyar lugares de hospedaje amigables con el medio ambiente en las zonas costeras, controlar la cantidad de desechos y basura que se produce cuando se viaja y, si se practica buceo con tanques de aire o esnórquel, actuar responsablemente. 

Es importante que la ciudadanía les exija a los gobiernos y empresas medidas que reduzcan los impactos de la contaminación y que avancen en la transición hacia energías limpias. También se pueden apoyar organizaciones y personas que estén trabajando en temas de investigación y actividad de conservación que buscan entender los impactos negativos y las estrategias de manejo, a través de donaciones, voluntariados o compartiendo información.