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domingo, 9 de febrero de 2025
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¿Ética eléctrica?

Ramiro Rueda, Columnista, Más Colombia

Ramiro Rueda

Ingeniero eléctrico con MBA y 40 años de experiencia en el sector energético público y privado.

He asistido y escuchado en los últimos años, con más fuerza recientemente, congresos, concilios, simposios y entrevistas que versan directa o implícitamente sobre la ÉTICA del Sector Eléctrico COLOMBIANO, ilusionado con encontrar una oferta de acciones integras y concretas, más allá de las importantes buenas intenciones en este tema de gran trascendencia para el futuro del país y para el bolsillo de los colombianos.

Espero con ilusión escuchar propuestas precisas y sinceras que aporten como cuota inicial del sector a contribuir al crecimiento de la PAZ TOTAL y a mejorar los niveles de desigualdad social de nuestro país.


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Sin embargo, en la mayoría de los casos expuestos se produce una gran frustración porque durante su desarrollo, sustentado con hermosas exposiciones que construyen narrativas adornadas, amenazantes, hay un tufillo de chantaje y extorsión, acompañado de predicción del caos, si las cosas no siguen igual.

Poco más del 90 % de los sabios expositores restringen el tema ÉTICO al ámbito legal y financiero y muy pocos, no más del 10%, lo ubican en su ámbito natural, el ámbito moral, el ámbito del SER, el ámbito social, que no significa que los otros aspectos no sean importantes, si se desea lograr un sector sostenible.

Retumba en cada momento, durante las exposiciones, la filosofía que hoy impera en el mercado, que se identifica con la expresión de un seudofilósofo nacional probablemente pro Cosa Nostra, “la ética no tiene nada que ver con el derecho” y que lo complemento en la actualidad, y con las finanzas, pensamiento que recogelos únicos argumentos y evidencias de cómo hasta hoy piensan y actúan muchos protagonistas en el sector.

Contrario lo expresaba este sí filósofo griego, Marco Tulio Cicerón, “el Derecho no tiene su fundamento último en nuestras ideas y razonamientos sino en la naturaleza humana, que todos los hombres compartimos. Esta naturaleza común nos orienta hacia la justicia”. Reitero el complemento, el derecho y las finanzas, lo cual permite colegir sin dificultad que la ÉTICA es una fuente esencial del derecho y debería serlo por analogía de las finanzas y de todo acto humano.

Presentan los excelsos expositores o entrevistados, de manera magistral, leyes, decretos, planes de gestión de riesgos de corrupción, manuales de ética, de conducta, de trato a proveedores, due dilligence, argumentos de estabilidad jurídica y financiera y un sinnúmero de documentos y teorías en muchos casos falaces, sibilinos  y melifluos, llenos de muy buenas intenciones y políticas para su exclusivo beneficio, como la base fundamental para lograr una cultura  ética empresarial y erradicar la corrupción de nuestra sociedad, asimilada allí de manera sorprendente solo al sector público, siendo por mi experiencia similar en el sector privado, aunque para algunos esto son simples negocios, socio.


Se puede llegar a pensar que esto es una muestra de la reciente tendencia corporativa, la ética de la estética, de la imagen, la ética del parecer so pretexto de la ética del SER, contraria a la búsqueda de la sostenibilidad.

Me pregunto, entonces, ¿por qué, con absoluta seguridad, ninguno de los presentes en estos magnos eventos hemos tenido ni tenemos ese arsenal documental expuesto, en la biblioteca del hogar para educar y formar a nuestros hijos bajo los principios legales y financieros de la sociedad actual?

Me acordé entonces de Pitágoras, que citaba, “educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”, primera vacuna contra la corrupción, sin limitarlo al ámbito público; y también recordé que solo tuve una única herramienta, que he utilizado en más de 40 años para formar a mis hijos y colaboradores, EL EJEMPLO, segunda vacuna contra la corrupción, pero ejemplo guiado en el comportamiento ético individual, valores y principios morales de formación en casa, idénticos en su uso tanto en el ámbito público como el privado.

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Sin embargo, me detuve a reflexionar, que puedo estar equivocado y obsoleto en relación con las metodologías contemporáneas para la formación y la educación familiar y laboral, dado que nunca ha sido necesario consultar ninguno de estos profundos estudios elaborados y recomendados hoy por un experto consultor prepagados por una agremiación o una gran organización empresarial para justificar las conclusiones entregadas.

Y me repito, mi única regla, y afortunadamente de muchos de mis contemporáneos, ha sido luchar por comportarse como SER dentro de la ética y la moral aplicada en una sociedad a la que pertenezco; comportamiento que fue, sigue siendo y debe ser inmodificable dentro de mi hogar, mi empresa, mi universidad o cualquier otro entorno donde se actúa, con errores seguramente por ser humanos.

Se resume en luchar por lograr la coherencia y la congruencia entre lo que se piensa, dice y hace.

Para mí, filósofo de la casa nuestra, del sentido común, la simplicidad y la praxis, tenga o no la razón, la ÉTICA esencialmente es una sola, la ÉTICA APLICADA DEL SER como individuo, que exige idéntica conducta soportada en valores y principios al interactuar con la sociedad, el medio ambiente, el Estado, los trabajadores, los clientes, los vecinos, la universidad, la organización empresarial, etc.


Es decir, comportamiento exactamente igual, independiente del entorno de acción, ni flexible ni plástico, donde se  sopesan equilibradamente las consecuencias y el impacto de mis decisiones y actuaciones en la sociedad, en el medio ambiente y en los accionistas de una empresa, independientemente de que sea esta pública o privada.

Esta conducta guía hacia ser un buen miembro de equipo, tratando de garantizar que todas las actuaciones que afecten a los demás se enmarquen dentro del respeto, la equidad, la justicia, la honestidad, la transparencia, la solidaridad y alejado del chantaje, la extorsión, la mentira y la guerrilla intelectual.

Surge entonces en ese momento una nueva reflexión. ¿No será más importante, para alcanzar organizaciones éticas, sustentables y sostenibles, contratar seres humanos antes que genios doctores y supradoctores de las leyes, las finanzas, la economía, la física o la ingeniería? Es indudable que es muy difícil encontrar el ideal de talento que posea los dos perfiles, que logre desarrollar la virtud de la autoridad y no del uso del poder.

Todo lo expuesto, incluso lo que hoy escucho en los medios, quizás por algunos muchos mercenarios de las organizaciones, como trabajos valiosos, interesantes y sesudos, algunos con sesgo de chantaje incluso, en su mayoría dan respuesta al por qué y el para qué se hacen estas cosas, definen y resumen políticas ambiciosas, deseos e intenciones desde la perspectiva de la organización.

Sin embargo, adolecen de acciones concretas, aterrizadas diríamos los ingenieros, que respondan desde perspectivas también importantes como las de los clientes y los colaboradores, y así alcanzar una conducta ética integral en cada empresa, en el sector y en nuestra sociedad.

Así las cosas, me ilusiona encontrar además de exposiciones magistrales de derecho y finanzas, que justifican y defienden por ejemplo cómo se compra una empresa en miles de millones de pesos, pero para establecer las tarifas de todos sus clientes y sin invertir un solo peso estas automáticamente se valoran en decenas de billones de pesos, ilustradas con experiencias probablemente  legítimas, pero no éticas.

Unas propuestas específicas y concretas como las que a continuación propongo e invito a implementar con la participación debatida de  todos los actores del sector eléctrico colombiano del ámbito privado y público,  liderado con integridad, transparencia y equidad por el regulador,  o en las actuales circunstancias producto de las debilidades de la  CREG y SSPD,  probablemente  cooptadas por la gran presión de las ESP o sus gremios que no permitieron esa equidad y trasparencia, por el Presidente, y bajo un entorno de juego limpio, fuera de intereses particulares o expertos mercenarios de la regulación, es decir en UN ENTORNO ÉTICO y SOSTENIBLE,  que garantice la actuación constitucional del ESTADO con  las instituciones de regulación, supervisión y control y  con participación pública en la competencia del mercado por parte de empresas del Estado. Esta es la mejor regulación, supervisión y control activa del ESTADO promoviendo la mayor competencia en el mercado, alejados de la cartelización típica de los oligopolios.


¿Sería por eso que en los mentideros de generación se citaba reiteradamente, cuando ISAGEN era del ESTADO, que el ESTADO le estaba metiendo ruido al mercado? ¿Si el ESTADO hubiera mantenido esa propiedad, los precios de la generación con embalses llenos hoy serían los que se están cobrando? 

Para Construir Transparencia y reconstruir confianza en el sector y en la institucionalidad urge:

  1. Crear un único sistema geoespacial para todo el sector, en donde se consigne en tiempo real cada una de las etapas construcción, puesta en servicio, operación, mantenimiento y reposición, con las características asociadas a los activos que se utilizan para prestar el servicio. Debe incluir la fecha y el valor real de compra, los periodos y ciclos de mantenimiento, el estado en la operación y su retiro del servicio para reposición.
  2. Pagar los impuestos como cualquier empresario de la industria nacional, renunciando a las actuales exenciones inequitativas.
  3. Comprometerse a promover, vía la regulación, a estimular la libre competencia propendiendo por disminuir la concentración del mercado actual. Hoy desde la arista de donde se mire más del 95% del mercado está concentrado en no más de cuatro o cinco empresas. Evitar el OLIGOPOLIO con conducta monopólica, por supuesto MONOPOLIO.
  4. Promover, apoyar y exigir la independización de los negocios de la cadena generación, Transmisión, Distribución y Comercialización para eliminar los negocios integrados que permiten beneficios y presiones cruzadas.
  5. Exigir una regulación de tarifas, sencillas, simples y transparentes que permitan a los clientes entender que se les está cobrando y con equidad, justicia y criterios del orden internacional.
  6. Asegurar tarifas justas y equitativas, no cobrando ni exigiendo concesiones superiores a las del mismo mercado en el mundo, verbigracia reconocer bajo figuras melifluas WACC hasta del doble del sector en el mundo o pagar los activos como nuevos o con poca vida útil depreciada a pesar de contar con más de 40 años de vida.
  7. No aprovechar los vacíos regulativos para explotar o transferir rentas en el negocio indebidamente.
  8. Licitar todos los procesos en un portal libre, por ejemplo, gestionado por las cámaras de comercio, en donde oferentes que hacen parte del mismo grupo empresarial compitan en igualdad de condiciones y con trasparencia con la competencia. Eliminar y prohibir la concentración de la contratación con las propias empresas del grupo empresarial, las EPS del sector.
  9. No manipular los precios por lobby de las agremiaciones, de los políticos, de los gobiernos, de los Estados, o por manipulación o chantaje de la oferta mediante acuerdos colusivos, etc.
  10. Comprometernos a no contratar consultores con las conclusiones predeterminadas para que se limiten en su desarrollo a que éstas sean soportadas.
  11. Como consultores no desarrollar estudios que soporten las conclusiones previamente establecidas y deseadas por quien los contrata, sino las reales que los estudios serios y transparentes, ÉTICOS, determinen.
  12. Hacer partícipe de manera masiva y activa este tipo de eventos a organizaciones de clientes, industriales, empresarios, trabajadores y autoridades de planeación, regulación supervisión y control.

Para educar a sus clientes y consumidores:

  1. Comprometerse a una rendición de cuentas a nivel nacional o mínimo a sus clientes cada año, donde por lo menos claramente se explique la gestión y destinación de los dineros públicos recaudados vía tarifa.
  2. Promover un panel de transparencia dónde se presenten las explicaciones que el mercado ha estado esperando sobre los dineros pagados por los clientes por cargo de respaldo y confiabilidad desde 1994 hasta hoy.
  3. Permitir de manera diáfana, libre y expedita el acceso de los órganos de supervisión y control del Estado a todas las actividades que se relacionen con la gestión del servicio público de todas y cada una de las ESP e incluso de sus EPS.
  4. Presentar a todos sus clientes cada año la explicación económica de la composición detallada del costo unitario del KWh mediante cartillas explicativas y exposiciones magistrales a la comunidad en cada una de los eslabones del negocio público.
  5. Impedir la cartelización de sectores para mejorar los precios de bolsa, precios de compra, de generación, etc. y eliminar posibles acciones colusivas del mercado.
  6. No explotar las zonas grises de la literalidad de la regulación y actuar con base en el espíritu de la Ley y no con su contenido gris o con sus vacíos para explotarlos en contra del bolsillo de los usuarios.
  7. Erradicar de la conducta el Lobby vía agremiaciones que buscan favorecer los intereses particulares por encima de los intereses generales de la sociedad que deberían ser privilegiados por la CREG y la SSPD.

Para construir una fuerza de colaboradores digna:

  • Remunerar los servicios prestados por los colaboradores propios o externos de manera digna y equitativa, sin contratos temporales en actividades del núcleo del negocio.
  • Respetar el disenso de nuestros colaboradores y no pretender construir una cultura clónica militar y censurada.
  • Promover que cualquier colaborador responda las preguntas del negocio en todos los entornos siempre y cuando tenga los conocimientos y las capacidades para evitar filtraciones posiblemente maquilladas de la información.
  • Garantizar la preparación y actualización permanente de los colaboradores, en el campo humano, técnico, financiero y legal.

Finalmente quiero concluir que, si aprovechamos la actual coyuntura para desarrollar los actos aquí propuestos, además de todo lo que ya se ha avanzado, daremos inicio a un proceso de  recuperación y fortalecimiento de la confianza en el sector eléctrico colombiano, no solo maltrecho por un “niño” o una niña, sino por las actuaciones, legítimas quizás pero poco éticas, de muchos miembros empresariales  y agremiaciones del mercado, de tal manera que cada uno de los actores del sector,  sea público o privado, podamos sustentar de manera transparente nuestras acciones para  sostener hoy y siempre la mirada  de clientes, trabajadores y accionistas de nuestras compañías.

Esta será, sin duda, la mejor cuota inicial; tarifas bajas reales sin asimetrías de información ni aprovechamiento exagerado de rentabilidad de nuestro sector, para aportar a la construcción y desarrollo del proyecto de paz total en Colombia y de la disminución de la desigualdad social y la pobreza.

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