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viernes, 14 de febrero de 2025
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Extranjerización de la tierra y desarrollo agrícola en Colombia: un enfoque crítico

Miller Preciado, Columnista, Más Colombia

Miller Preciado

Ingeniero agrónomo, especialista en gerencia, MBA con énfasis en Finanzas y estudios de alta gerencia internacional. Gerente de Operaciones de Elite Blu, empresa exportadora de arándanos.

La agricultura siempre ha sido más que solo una industria para Colombia; es el latido de nuestro corazón cultural y económico. Sin embargo, recientes desarrollos legislativos ponen en riesgo este sector vital.

En el centro de esta controversia se encuentra un proyecto de ley que busca limitar la propiedad extranjera de tierras en Colombia, una medida que, aunque bien intencionada, podría tener consecuencias no deseadas para el desarrollo agrícola y el futuro del agro colombiano.


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Inicio este articulo con la definición de “incoherencia”. En síntesis, podría decirse que la falta de coherencia es la cosa que carece de la debida relación lógica con otra, pero si queremos utilizar los sinónimos relacionales con la palabra, esta suena más interesante:

Incongruencia, contradicción, absurdo, desatino, despropósito, locura, barbaridad, tontería, necedad, babosada, babosería.

Ahora que tenemos claridad de todas las variaciones de la palabra incoherencia y los casos en los cuales puede ser utilizada, me temo que debo usarla para referirme a los intentos hasta ahora iniciales de establecer una ley que limite la extranjerización de la tierra en Colombia.

Por favor, quédate hasta el final para entender mi punto de vista, el cual no tiene que ver con despojar al pueblo colombiano del derecho a tener tierra y a desarrollar su seguridad alimentaria.

Incoherencia y desarrollo agrícola

La definición de incoherencia implica una desconexión, una falta de lógica entre dos elementos que deberían estar alineados. Y es precisamente esta desconexión la que observamos en la actual propuesta legislativa.


Por un lado, se busca proteger la soberanía y asegurar que la tierra colombiana sirva primero y ante todo a los intereses colombianos. Por otro lado, esta medida parece desoír la necesidad imperiosa de inversión extranjera en nuestro sector agrícola.

El desarrollo agrícola en Colombia enfrenta múltiples desafíos, desde la infraestructura inadecuada hasta la falta de acceso a tecnología avanzada y prácticas de cultivo sostenibles.

Para superar estos obstáculos, la inversión extranjera no es solo un lujo, sino una necesidad. Esta inversión trae consigo capital, así como conocimiento, innovación y acceso a mercados internacionales.

Lecciones de Argentina

Mirando hacia el Sur, encontramos un claro ejemplo de las consecuencias de políticas similares en Argentina. En 2011, Argentina promulgó una ley que limitaba la propiedad extranjera de tierras agrícolas.

Aunque fue diseñada para proteger los intereses nacionales, esta ley tuvo efectos adversos en la economía argentina, y especialmente en su sector agrícola.

Las restricciones impuestas disuadieron a los inversores extranjeros, lo que a su vez condujo a una disminución de la inversión en tecnología y desarrollo agrícola. El resultado de todo esto fue una disminución en la competitividad de Argentina en los mercados agrícolas globales.

Inversión extranjera: un pilar para el desarrollo agrícola

El papel de la inversión extranjera en el desarrollo agrícola de Colombia no puede subestimarse, pues es crucial para modernizar nuestras prácticas agrícolas, mejorar la infraestructura y aumentar la productividad.


Por ejemplo, proyectos en zonas como la Altillanura colombiana se enfrentan a desafíos significativos: falta de infraestructura adecuada, acceso limitado a servicios básicos y una necesidad crítica de desarrollo tecnológico.

La inversión extranjera puede ser la llave para desbloquear el potencial de estas regiones, llevando a avances significativos en producción y sostenibilidad.

Beneficios multidimensionales de la inversión extranjera

La llegada de capital extranjero no solo implica una inyección económica; con ella viene una transferencia de conocimientos, acceso a nuevas tecnologías y una mejora en las prácticas agrícolas. Además, esta inversión puede generar empleo, aumentar la producción agrícola y diversificar la economía rural.

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En un mundo donde la seguridad alimentaria se está convirtiendo en una preocupación creciente, Colombia tiene la oportunidad de posicionarse como un jugador clave en el escenario mundial, pero solo si logramos atraer y mantener la inversión extranjera necesaria.

El equilibrio entre soberanía y apertura económica

Proteger nuestra soberanía y promover el desarrollo agrícola son objetivos que pueden coexistir.

Es crucial implementar una regulación que salvaguarde los intereses nacionales sin desalentar la inversión extranjera. Esto requiere un enfoque matizado, en el que se establezcan límites razonables y se mantenga un entorno atractivo para los inversores.

Las políticas deben ser flexibles y adaptativas, permitiendo a Colombia aprovechar las oportunidades globales mientras protege sus recursos y comunidades.


Hacia un futuro agrícola sostenible y próspero

El proyecto de ley sobre la propiedad extranjera de tierras necesita una revisión cuidadosa y considerada. Colombia se encuentra en un punto crucial, en el que las decisiones tomadas hoy definirán el futuro de nuestro sector agrícola.

La inversión extranjera es un componente esencial para que el agro colombiano sea próspero y sostenible.

Insto a los legisladores a considerar todas las facetas de este complejo tema y a buscar un equilibrio que favorezca tanto la protección de nuestra tierra como el desarrollo económico y social de nuestra nación.

Solo pido que las acciones nos lleven a un desarrollo agrícola sustentable y sostenible, dando oportunidad a la ruralidad de brillar de una vez y para siempre.