Genética: la clave del desarrollo agrícola

Miller Preciado
Ingeniero agrónomo, especialista en gerencia, MBA con énfasis en Finanzas y estudios de alta gerencia internacional. Gerente de Operaciones de Elite Blu, empresa exportadora de arándanos.
A lo largo de los siglos, los seres humanos hemos perfeccionado la selección de especies animales y vegetales para satisfacer nuestras necesidades energéticas y de recursos. Esta selección no solo ha estado influenciada por nuestra cultura, estilo de vida y alimentación, sino que también ha estado profundamente arraigada en la genética.
Cuando reflexiono sobre mi introducción a la genética, recuerdo cómo comencé a comprender la lógica detrás de la transmisión de genes y cómo estas características afectan el desarrollo de un individuo.
Le puede inteersar: ¿Cuáles son, en concreto, los efectos del cambio climático en América Latina y el Caribe?
Es esta misma genética la que determina qué genes sobreviven en el caso de las especies vegetales. Esta selección genética es fundamental, ya que puede impulsar la productividad y añadir características como la rusticidad o la capacidad de adaptación a condiciones climáticas adversas, plagas y enfermedades.
La agricultura ha evolucionado enormemente gracias a esta comprensión. Sin embargo, no todas las selecciones genéticas han tenido resultados positivos. En ocasiones, nos hemos centrado tanto en aumentar el potencial productivo que hemos descuidado la protección natural de las plantas, lo que las hace más vulnerables a plagas o enfermedades.
Hoy en día, la genética sigue siendo una pieza fundamental en el desarrollo agrícola. Aquí no hablamos de transgénicos sino de la selección de características que permitan mantener cultivos más resilientes y capaces de enfrentar condiciones adversas, como las que estamos experimentando debido al cambio climático que ha afectado significativamente la producción de alimentos en todo el mundo.
Recientemente, observé la disminución de la producción agrícola en Perú debido al fenómeno de El Niño costero. Este ha reducido la productividad de ciertos cultivos hasta en un 50%.
Además, estamos viendo impactos devastadores en la producción mundial de cacao, lo que afectará la disponibilidad y el precio del chocolate. Estos eventos no solo tienen un impacto económico; también afectan directamente a los agricultores que luchan por mantener sus medios de vida.

En este contexto, considero que las empresas agtech (tecnología agrícola) pueden desempeñar un papel crucial en la transformación de la producción de alimentos. Si sus centros de investigación se focalizan en mapear las características genéticas que pueden conferir resiliencia climática a los cultivos y aumentar la productividad, podríamos presenciar un cambio significativo en la industria agrícola.
Hoy se habla mucho sobre la transformación tecnológica y cómo la Inteligencia Artificial cambiará la forma en la que hacemos las cosas. Sin embargo, debemos prestar atención a la ciencia de la genética. El recurso genético ofrece una gran oportunidad para mantener una agricultura sostenible y competitiva.
He visto a empresarios agrícolas realizar inversiones multimillonarias con la esperanza de impulsar la producción de alimentos en un mundo que lo necesita desesperadamente.
Sin embargo, el cambio climático está afectando negativamente a la agricultura, y algunas de estas inversiones enfrentan dificultades debido a la falta de adaptabilidad y resiliencia de las especies vegetales que cultivamos.
Hago un llamado a investigadores, empresas enfocadas en la genética, consumidores y empresarios, pues debemos analizar de manera oportuna las opciones genéticas disponibles para mantener una productividad constante y reducir la pobreza y el hambre en el mundo.
Sé que he escrito mucho sobre el cambio climático y la necesidad de adaptarnos y combatir las acciones que nos han llevado a este punto. Lo hago porque no dejo de preocuparme y pensar en qué más podemos hacer para asegurar el futuro y gestionar mejor los recursos. Necesitamos aplicar todo el conocimiento para mejorar nuestro entorno agrícola y estar a la vanguardia de estos nuevos tiempos.
Es clave tener una base genética que nos permita no solo aumentar la producción sino también focalizarnos en las características necesarias para conferir a los cultivos resiliencia climática. Los cultivos deben estar mejor preparados para los cambios de temperatura y, en general, para las modificaciones en las condiciones ambientales, las cuales son una realidad innegable.
Incluyo 5 aspectos importantes que la genética le puede aportar a la agricultura actual:
- Resiliencia Climática: la genética vegetal desempeña un papel crucial en la creación de cultivos más resistentes al cambio climático. Se buscan variedades que puedan tolerar condiciones climáticas extremas, como sequías más intensas o inundaciones frecuentes.
- Adaptación Rápida: la genética permite acelerar la adaptación de las plantas a nuevas condiciones climáticas. Mediante la selección de genes específicos, los científicos pueden ayudar a las plantas a desarrollar características que les permitan sobrevivir y prosperar en entornos cambiantes.
- Mayor Eficiencia en el Uso de Recursos: la genética vegetal también se utiliza para desarrollar cultivos que utilizan de manera más eficiente los recursos naturales, como el agua y los nutrientes del suelo. Esto es esencial en un mundo donde los recursos son cada vez más escasos debido al cambio climático.
- Resistencia a Plagas y Enfermedades: la genética vegetal se utiliza para crear variedades de cultivos que sean naturalmente resistentes a plagas y enfermedades. Esto reduce la necesidad de pesticidas químicos, lo que es beneficioso tanto para el medio ambiente como para la salud humana y la seguridad alimentaria.
- Diversificación de Cultivos: La diversificación genética de cultivos es esencial en un mundo donde las condiciones climáticas pueden volverse impredecibles. Al mantener múltiples variedades, se aumenta la probabilidad de que al menos algunas de ellas prosperen en cualquier situación climática.
La genética sigue siendo una pieza esencial en la agricultura moderna y podemos aprovechar su potencial para asegurar un suministro constante de alimentos de alta calidad a nivel mundial.