Las polémicas comerciales de Petro protagonizan el Consejo de Ministros
En el último Consejo de Ministros, el presidente anunció reformas comerciales, cuestionó a Washington y planteó una política exterior soberana que analistas ven en clave electoral.

El presidente, a menos de un año de concluir su mandato, sorprendió ayer en el Consejo de Ministros con declaraciones contundentes en materia de comercio exterior y relaciones internacionales. Anunció la reforma del TLC con Estados Unidos, el fin del acuerdo con Israel, nuevos aranceles ambientales y críticas abiertas a la influencia de Washington.
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Renegociación del TLC con Estados Unidos
En su intervención, el presidente afirmó que Colombia reformará el TLC con Estados Unidos, insistiendo en que “el comercio no está por encima de la vida”. Sin embargo, lo cierto es que tras tres años de mandato, la revisión prometida solo ha dejado como resultado una nota interpretativa sobre el capítulo de inversión, firmada en enero de 2025.
El Gobierno presentó en julio un balance al Congreso donde destacó la apertura de comités técnicos y la imposición de medidas compensatorias a la leche en polvo. Estos pasos fueron un primer avance, pero resultan insuficientes frente a la magnitud del desbalance comercial.
Los temas más sensibles, como el capítulo de inversión o el acceso a compras públicas, siguen sin resolverse, mientras que el giro arancelario de Donald Trump ha congelado cualquier negociación.

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El TLC con Israel
El presidente también declaró que “deja de haber TLC” con Israel, una decisión que no había estado en su agenda en los tres años anteriores. Javier Díaz, presidente de Analdex, advierte que, incluso si el Congreso aprobara la terminación de los Tratados Comerciales, estos seguirían vigente seis meses más.
El anuncio, hecho ayer en el Consejo de Ministros, aparece más como gesto político que como una medida con efectos inmediatos. La ruptura del Acuerdo no tiene efectos inmediatos ni fue preparada con una hoja de ruta previa.
Nuevos aranceles y la apuesta ambiental
Entre las medidas anunciadas sobresale la aplicación de aranceles diferenciados según emisiones de CO2: la maquinaria que contamine pagará impuestos, mientras que la limpia quedará libre de gravámenes. El presidente insistió en que no se trata de represalias, sino de poner la vida por encima de la codicia comercial.
En paralelo, ordenó cambiar la fórmula del etanol, desligándola del petróleo para evitar lo que calificó como un “subsidio inconstitucional” de los pobres hacia los ricos. Con ello, busca liberar tierras en el Valle del Cauca para la producción de alimentos.
Imponer aranceles ambientales unilaterales requiere un aparato técnico y de verificación que Colombia no tiene listo. Además, podría violar compromisos multilaterales de la OMC y generar represalias comerciales. La idea resulta atractiva en el discurso, pero de difícil aplicación.

Tensiones diplomáticas con Washington
El Consejo de Ministros también sirvió de escenario para denuncias en materia diplomática. El mandatario aseguró que ni él ni la canciller tienen visa estadounidense para asistir a la ONU, lo que calificó como una violación al derecho internacional. Criticó además la dependencia de telecomunicaciones que pasan por Miami y la influencia de Washington en áreas de migración y seguridad.
Estas tensiones se suman a un historial de choques verbales que ya provocaron en julio un llamado a consultas recíproco de embajadores, después de que el presidente denunciara un supuesto complot de Estados Unidos en su contra. Desde entonces se anticipaba la posibilidad de una descertificación en la lucha antidrogas, que finalmente se concretó en septiembre.
Aunque sus denuncias refuerzan la narrativa de soberanía, la ausencia de canales diplomáticos efectivos con Washington debilita la capacidad de negociación de Colombia en materia comercial y de seguridad.
OTAN, BRICS y la soberanía colombiana
El presidente también rechazó la pertenencia de Colombia a la OTAN, recordando que el país no es parte del Atlántico Norte. “Ahora no cabemos en la OTAN”, afirmó el mandatario.
Del mismo modo, descartó el ingreso a los BRICS, señalando que, salvo China, son potencias petroleras contrarias a la transición energética que defiende su gobierno.
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En cambio, reiteró que la verdadera alianza de Colombia es con América Latina y el Caribe, aunque sus llamados a la unidad regional han tenido poco eco.