El agro concentra el 14,2 % del mercado laboral en Colombia, pero no deja a un lado la precariedad
Con un alto peso en el empleo nacional, el agro revela los contrastes del mercado laboral en Colombia: fuerte participación, pero también informalidad, desigualdad y escasa protección social. Le contamos.

El mercado laboral en Colombia continúa mostrando profundas disparidades entre sectores, zonas urbanas y rurales, así como entre géneros y grupos etarios.
Según el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el sector agropecuario se posiciona como el segundo mayor generador de empleo en el país, superado únicamente por el comercio y la reparación de vehículos. Este panorama evidencia la relevancia del agro en la estructura del empleo nacional, a pesar de sus marcadas condiciones de informalidad y baja protección social.

Le puede interesar: Se levanta el racionamiento de agua en Bogotá: un año de crisis, fallas y desafíos pendientes
El agro impulsa el mercado laboral en Colombia, pero con baja remuneración y alta informalidad
Durante 2024, el promedio mensual de personas ocupadas en actividades agropecuarias fue de 3,28 millones, lo que representa el 14,2 % del total de trabajadores en el país. Esta participación consolida al sector como un pilar del mercado laboral en Colombia.
Los trabajadores agropecuarios se distribuyen de la siguiente forma:
- 56,3 % son trabajadores por cuenta propia.
- 28 % no reciben remuneración:
- De los cuales, 23 % trabajan en negocios de otros.
- Y el 5% lo hacen como trabajadores familiares sin pago.
- 13% son empleados de empresas particulares.
- 4% son patrones o empleadores.
- El resto corresponde a jornaleros o peones.
El predominio de trabajadores por cuenta propia y no remunerados refleja una estructura altamente informal, que se traduce en bajos ingresos y escasa seguridad social.

Envejecimiento y exclusión femenina marcan el mercado laboral en Colombia rural
El mercado laboral en Colombia dentro del sector agropecuario está dominado por hombres, quienes representan el 83 % de los ocupados, frente al 17 % de mujeres. En cuanto a la edad, el 43 % de los trabajadores tienen 45 años o más, y un 26 % supera los 55 años. Estos datos reflejan una tendencia de envejecimiento laboral sin un relevo generacional claro. Apenas el 25 % de los ocupados tienen 25 años o menos, lo que plantea un reto estructural para el futuro del empleo rural.
La cobertura en salud es relativamente alta, con un 9 4% de los trabajadores accediendo al sistema. Sin embargo, el 79 % lo hace a través de un modelo subsidiado. La situación es más crítica en pensiones: el 90,4 % no cotiza a ningún fondo. Solo el 6,2 % está afiliado a fondos privados, el 3,3 % al régimen público y menos del 1 % a un esquema subsidiado.
También le puede interesar: Estudios aseguran que la ganadería ilegal pone en riesgo la supervivencia de los Nukak y la Amazonia
Además, uno de los aspectos más problemáticos del mercado laboral en Colombia, especialmente en el agro, es la baja remuneración. En 2024, el ingreso promedio mensual para los trabajadores agropecuarios fue de $982.463. No obstante, existen diferencias marcadas según la posición ocupada y el género:
- Hombres: $1.000.000 en promedio.
- Mujeres: $846.000, es decir, 16 % menos.
- Trabajadores por cuenta propia: $677.688.
- Jornaleros: $525.000.
Estas cifras revelan brechas salariales de género y una correlación entre informalidad y bajos ingresos. A su vez, refuerzan la necesidad de una revisión de las condiciones estructurales del empleo rural.

Informalidad persistente
Uno de los mayores desafíos del mercado laboral en Colombia es la informalidad, que en las zonas rurales alcanza niveles superiores al 80 % de la población ocupada. Este porcentaje contrasta con la media nacional de informalidad, situada en 56 %.
El campo colombiano continúa desarrollándose al margen de los marcos laborales convencionales, lo que impacta negativamente la calidad de vida de los trabajadores rurales.
La falta de formalización no solo limita el acceso a seguridad social y pensiones, sino que también reduce la capacidad de planificación a largo plazo, tanto individual como colectivamente, para el sector agropecuario.
Pese a este escenario, el agro sigue siendo un eje productivo relevante en el mercado laboral en Colombia. Aporta el 6,2 % del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y contribuye de manera directa a la seguridad alimentaria, con más de 70 millones de toneladas de alimentos producidos anualmente.
Aunque el sector agropecuario represente una porción significativa del mercado laboral en Colombia, las condiciones laborales de sus trabajadores reflejan profundas deficiencias estructurales. La informalidad, la baja cobertura pensional y las desigualdades de género y edad constituyen retos urgentes que requieren atención si se busca fortalecer un sector fundamental para la economía nacional.