Se levanta el racionamiento de agua en Bogotá: un año de crisis, fallas y desafíos pendientes
El racionamiento de agua en Bogotá terminó tras un año de restricciones, pero dejó al descubierto desigualdades en el acceso, fallas en la gestión y una presión creciente sobre las fuentes hídricas. Le contamos más.

Desde este sábado 12 de abril de 2025, Bogotá y once municipios aledaños dejan atrás el racionamiento de agua que se extendió durante un año.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y la Alcaldía confirmaron el levantamiento de la medida gracias a la recuperación de los niveles en el sistema Chingaza. Sin embargo, este cierre marca también el balance de una crisis que expuso debilidades estructurales, malas decisiones y una gestión desigual del recurso hídrico.

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¿Racionamiento de agua para unos, derroche para otros?, la desigualdad tras un año de restricciones
Durante doce meses, el racionamiento de agua alteró la vida de millones de personas. La capital experimentó cortes programados, consumo restringido y abastecimiento irregular. Mientras tanto, se mantenía intacta la operación de grandes industrias, incluso aquellas con fuerte consumo de agua, como embotelladoras y cerveceras.
En paralelo, las fugas en la red de acueducto representaron una pérdida de hasta el 37 % del agua potable. El racionamiento de agua se vivió de forma desigual: en zonas como La Calera y Tocancipá, hubo días enteros sin agua en los hogares, pero las plantas industriales operaron sin interrupción.
Mientras familias racionaban agua, empresas accedían al recurso con tarifas simbólicas
El fenómeno de acaparamiento de agua agravó la situación. Varias multinacionales, especialmente en Cundinamarca, cuentan con concesiones para extraer grandes volúmenes de agua a bajos costos.
- En Tocancipá, Coca-Cola extrajo en 2023 más de 622.000 metros cúbicos de agua pagando solo 66,5 millones de pesos.
- En La Calera, la misma empresa opera desde nacimientos que abastecen a la comunidad, sin restricciones durante el racionamiento de agua.
- Bavaria y Quala también operan en la región con altos niveles de extracción y escasa fiscalización.
Además, entre 2015 y 2023, la Corporación Autónoma Regional (CAR) duplicó el número de concesiones de agua a industrias en Cundinamarca. A pesar de la escasez, entre las entidades responsables no hay claridad sobre los volúmenes autorizados, los cobros realizados ni los impactos ambientales generados.
Asimismo, el racionamiento de agua coincidió con un deterioro acelerado de fuentes hídricas en zonas de alta presión urbana e industrial. En Tocancipá, por ejemplo, de 86 humedales registrados en 2015, hoy solo permanecen 20. Las fuentes de agua subterránea también han mostrado signos de sobreexplotación.
En La Calera, el sistema de abastecimiento depende parcialmente del embalse San Rafael, que enfrenta una creciente presión. El aumento de la construcción y las concesiones de uso de agua anticipan una posible crisis en los próximos años.

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Prevención: ¿qué se está haciendo para evitar un nuevo racionamiento de agua?
El Distrito ha presentado una estrategia en seis líneas de acción para prevenir futuros racionamientos de agua. Entre las medidas, de las que se hablan son:
- Modelación hídrica con organismos internacionales: en colaboración con el Banco Mundial y la IFC, se busca prever el comportamiento del sistema frente a escenarios de crecimiento urbano y cambio climático.
- Actualización de estudios sobre acuíferos: se elaboró una hoja de ruta para identificar el potencial del agua subterránea y garantizar su uso racional.
- Promoción del reúso de aguas residuales tratadas: se desarrolla un modelo piloto para sectores industriales, con miras a reducir la demanda sobre el agua potable.
- Reducción de pérdidas: se formula un plan maestro con la Universidad de los Andes para renovar redes y aplicar tecnologías de detección de fugas.
- Protocolo ante sequías: en cooperación con el BID, se establece un protocolo de actuación que priorice el acceso para la población vulnerable durante emergencias.
- Estudios sobre gobernanza del agua: con la OEA, se investiga cómo mejorar la asignación del recurso entre distintos actores.

Tras el racionamiento de agua, ¿persiste una política que ignora la equidad hídrica?
El racionamiento de agua dejó al descubierto no solo los efectos del cambio climático, sino también una estructura de gestión que favorece el consumo industrial en detrimento del uso doméstico. La distribución desigual del recurso, la falta de transparencia en las concesiones y la pérdida de ecosistemas clave son factores que siguen sin resolverse.
Hoy termina el racionamiento de agua en Bogotá, pero la advertencia permanece. La sostenibilidad hídrica depende de un cambio profundo en la forma en que se gestiona el agua: no solo en épocas de escasez, sino como política permanente. El acceso equitativo al agua y la protección de las fuentes deben dejar de ser un discurso para convertirse en acción concreta.