Qué son los Tratados de Libre Comercio y por qué hay quienes dicen que están pasando de moda

Desde hace ya más de 10 años, en Colombia se habla con frecuencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC), y expertos debaten si han sido positivos o negativos para el país. A pesar de esto, no todos saben a qué se refiere la sigla ni qué implicaciones tienen estos tratados en la práctica.
Para explicar qué son los TLC hay que empezar por aclarar que, aunque suene extraño, estos no solo se refieren a la eliminación de las barreras comerciales. Por el contrario, incluyen muchos otros temas, tales como la obligación de que las compras públicas sean sometidas a licitaciones internacionales para contrataciones de cierto valor en adelante.
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Este tipo de tratados también adiciona el respeto a la propiedad intelectual y definiciones sobre el margen de acción que los Estados tienen para que su actividad no sea clasificada como anticompetitiva.
Los Tratados de Libre Comercio establecen normas para el intercambio de servicios y para actividades como telecomunicaciones, comercio electrónico, transporte… En fin, abarcan toda la economía, salvo aquellas actividades y acciones que explícitamente se excluyan.
Un aspecto fundamental de los Tratados de Libre Comercio es el capítulo de inversiones, que establece que los países receptores de inversión extranjera no pueden establecer restricciones ni condicionamientos a dichas inversiones.
Los TLC son de duración indefinida y solo pueden culminar por mutuo acuerdo o por la denuncia de una de las partes. Su objetivo es la eliminación completa de aranceles en 10 años, dando un plazo más largo para algunos productos sensibles.
TLC: una tendencia que se popularizó en el siglo XXI
En las últimas tres décadas, estos tratados se popularizaron a raíz del fracaso de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en las cuales los países desarrollados no aceptaron liberalizar su sector agrícola ni buena parte del industrial. Tampoco aceptaron liberalizar los flujos de inversión, pues argumentaban que ello restringía el margen de manejo económico por su parte.
Inicialmente, Estados Unidos quiso suscribir un gran Tratado de Libre Comercio con todos los países de las Américas, conocido como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Esta negociación duró 7 años e involucró centenares de negociadores y gastos multimillonarios, pero al final fracasó, ante la renuencia de varios países, principalmente los del Mercosur y los del Caribe.
Entonces, se suscribió toda una oleada de tratados, la inmensa mayoría entre países desarrollados y países en desarrollo, los cuales sí aceptaron los condicionamientos que los países avanzados no habían aceptado en la OMC.
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En el curso de pocos años, se suscribió el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá, conocido como TLCAN (1994), que fue reemplazado mediante una renegociación por el T-MEC (2019). En 2003, Chile firmó un TLC con los Estados Unidos.
Posteriormente, en 2004, Estados Unidos y Centroamérica suscribieron un Tratado de Libre Comercio que incluía a República Dominicana, conocido como el CAFTA. Y, en 2006, Perú suscribió un TLC con Estados Unidos, el cual fue enmendado un año después. A estos le siguieron otros, como el de Colombia y Estados Unidos, que cumple este 2023 11 años de haber entrado en vigencia.
La Unión Europea también ha suscrito numerosos Tratados de Libre Comercio con Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Centroamérica, México y países del Caribe, entre otros.
También ha sido frecuente la firma de tratados entre países en desarrollo. Ejemplos de ello son los casos de Colombia–México, Colombia–Perú y Colombia–Chile.
Alcance de los Tratados de Libre Comercio
Aunque se han firmado varios TLC, estos no son la norma en el comercio internacional. Estados Unidos, por ejemplo, solamente tiene 14 Tratados de Libre Comercio con 20 países. El último que negoció el país del norte fue con Corea del Sur, el cual fue suscrito en 2014.
Estados Unidos también tiene tratados con otros países como Australia, Bahréin, Israel, Jordania, del Sur, Marruecos, Omán, Panamá, y Singapur.
Las potencias han firmado pocos TLC entre ellas
Como lo ilustra la lista de los países con los que Estados Unidos ha firmado TLC, los tratados entre grandes potencias son excepcionales.
No hay un TLC entre Estados Unidos y la Unión Europea, y los esfuerzos estadounidenses de suscribir un Tratado Transatlántico con la Unión Europea, buscando aislar a Rusia, fracasaron después de varios años de negociación.
Igualmente fracasó la negociación del Tratado Transpacífico (TPP) con países de la cuenca del Pacífico, pensado para competir con China. El fracaso ocurrió después de suscrito, en 2016, cuando Estados Unidos se negó a ratificarlo bajo la presidencia de Donald Trump.
Acuerdo comercial no es sinónimo de TLC
Es importante aclarar que no todos los acuerdos comerciales son Tratados de Libre Comercio. Algunos se denominan Acuerdos de Alcance Parcial o de Complementación Económica, y no contienen todos los temas o disciplinas.
Los de la Unión Europea no tienen, por ejemplo, el capítulo de Inversiones, pues la Comisión Europea no tiene facultades para negociar este aspecto.
Otros tratados no abarcan todo el universo arancelario, tienen mecanismos de revisión y excluyen diversos temas.
¿Los Tratados de Libre Comercio están pasando de moda?
Factores como la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis económica internacional han reforzado las tendencias proteccionistas, restringido los flujos de comercio y propiciado la deslocalización de empresas que buscan clientes o proveedores cercanos.
Con ello, la arquitectura comercial internacional, fundamentada en los Tratados de Libre Comercio, está siendo cuestionada. Aunque todavía es muy pronto para saber qué les deparará a los TLC en el futuro, lo cierto es que la dinámica de suscripción ha disminuido.
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