El riesgo de default en Colombia: Inflación, fuga de capitales y aislamiento internacional
El riesgo de default en Colombia se ha visto agravado por diversos factores. Según José Roberto Acosta, director de crédito público, la falta de asistencia del Congreso ha impedido la firma de contratos de banca multilateral, lo que agrava el panorama fiscal del país y genera un riesgo de default.
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Uno de los principales puntos de alerta ante el riesgo de default es el estado actual de la deuda externa de Colombia, que alcanzó los USD $196.370 millones en el segundo trimestre de 2024, lo que representa el 48,5% del PIB. Este incremento del 4,7% respecto a junio de 2023, refleja el continuo endeudamiento del país.
El riesgo de default en Colombia está ligado a una combinación de factores internos y externos, entre los que destacan el aumento de la deuda externa y la parálisis legislativa. Mientras el Congreso y el Gobierno se enfrascan en debates sobre el presupuesto y la emisión de nuevos créditos, el reloj sigue avanzando hacia una posible crisis fiscal.
Aunque el Congreso desmiente las acusaciones, la realidad es que sin una resolución rápida y efectiva, el país podría enfrentar serias consecuencias económicas a nivel global.
El futuro de Colombia depende de la capacidad del Gobierno y el Congreso para superar sus diferencias y tomar decisiones responsables que garanticen la estabilidad financiera del país, para mitigar el riesgo de default que traería graves repercusiones tanto internas como externas.
Colombia en riesgo de default
El riesgo de default, o del impago de la deuda, tiene consecuencias devastadoras para cualquier país. En primer lugar, Colombia quedaría excluida de los mercados financieros internacionales, perdiendo acceso a nuevos créditos y enfrentando tasas de interés exorbitantes en caso de que logre conseguir financiación.
Además, activos en el extranjero podrían ser embargados y el país estaría en riesgo de sufrir expropiaciones.
Internamente, un default podría generar una alta inflación o incluso hiperinflación, lo que golpearía duramente a la economía y la confianza de los inversores. Esta pérdida de confianza podría acelerar la fuga de capitales y reducir la inversión extranjera. Asimismo, el Gobierno perdería credibilidad tanto en el ámbito nacional como internacional, lo que dificultaría aún más la recuperación económica.
El escenario global: Países en default
El default soberano no es un fenómeno exclusivo de Colombia. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, desde 1960, 147 países han caído en default. Actualmente, países como Argentina, Líbano, Sri Lanka, Rusia, Surinam y Zambia ya están en mora, mientras que Bielorrusia está al borde del incumplimiento.
Además, al menos una docena de países están en la «zona de peligro», lo que refleja la vulnerabilidad de muchas economías frente a la deuda externa y las presiones inflacionarias. Los crecientes costos de los préstamos y la inestabilidad financiera global hacen que el riesgo sea real para muchas naciones, incluida Colombia.
La parálisis legislativa y sus consecuencias
Según Acosta, la falta de quórum en el Congreso ha impedido la emisión de bonos internacionales y la firma de contratos con bancos multilaterales, herramientas necesarias para gestionar la deuda del país.
A pesar de que el Congreso aprobó un cupo de endeudamiento por USD $17.607 millones, no se ha logrado reunir a la Comisión Interparlamentaria en seis ocasiones para discutir la emisión de bonos. Esto ha llevado a una situación en la que Colombia corre el riesgo de incumplir con sus obligaciones internacionales si no se encuentra una solución en el corto plazo.
La falta de acción legislativa está generando una presión significativa sobre las reservas en dólares del país, que son fundamentales para pagar la deuda externa, que para este año es de $94,5 billones y se proyecta en $112,6 billones para 2025.
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La respuesta del Congreso
A pesar de las advertencias de Acosta, la representante Saray Robayo, desmiente que exista un riesgo de default. Robayo, miembro de la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público, afirmó que las declaraciones de Acosta son incorrectas y que la Comisión ha estado dispuesta a aprobar créditos para cubrir la deuda del país. Sin embargo, acusó al Gobierno de intentar aprobar créditos adicionales para cubrir un déficit fiscal mal planificado, lo cual no consideran responsable.
Robayo también criticó que el Gobierno busque financiar programas no prioritarios en un momento en que las finanzas públicas requieren una gestión cautelosa. Según ella, la Comisión está comprometida en aprobar los créditos necesarios para el pago de la deuda, pero se oponen a financiar iniciativas que consideran innecesarias, como programas de género, cuando otros ministerios no han ejecutado el presupuesto asignado.