Se acabó el año | Más Colombia
martes, 10 de diciembre de 2024
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Se acabó el año

Marta Isabel González, Columnista, Más Colombia

Marta Isabel González

Ingeniera de Diseño de Producto, Magíster en Mercadeo, creadora de La Vendedora de Crêpes.

Julio es un mes que pega duro, empieza la segunda mitad del año y muchos empezamos a ver la larga lista de propósitos que en la mayoría de los casos no hemos podido ir tachando porque la vida se atraviesa, se enreda y vemos que se nos va de entre las manos esa vida soñada que teníamos planeada cuando este, que ya está gastado, era el año nuevo.

Aunque empezó sonando a tragedia, esta columna no es para darnos palo (para eso casi nunca necesitamos ayuda) sino para recordarnos que somos simples seres humanos y aunque el positivismo tóxico nos diga día y noche que somos perfectos (el ya típico “así como eres, eres perfecta”), la verdad es que no lo somos ni lo seremos nunca. Entender eso nos quita una carga enorme de la espalda y del alma.


Créanme, yo soy la primera que se pone muchas metas y que se preocupa por trabajarle a todas, especialmente porque cuando empieza el año y uno empieza a escribir todo lo que planea hacer, le parece que un año es mucho tiempo y no se detiene a pensar en todas las veces que va a tener que hacer filas eternas en el banco, las horas que se nos van en trancones o las agarradas reglamentarias con la pareja y tal vez por eso nos parece fácil y realista la lista de 3.458 propósitos que nos ponemos. Pero pues mi ciela, un año no es tanto tiempo y esa lista de ilusiones se empieza a volver una lista de cargas.

La buena noticia es que es normal, que a todos nos pasa y que lo importante no es cuantos propósitos tachemos de la lista sino en quiénes nos van convirtiendo esas horas de trabajo, de errores, de aprendizajes y por supuesto también los propósitos que cumplimos. La vida no es una lista de mercado que tengamos que ir tachando, más bien como dijo John Lennnon: la vida es eso que pasa mientras tienes otros planes.

Sigamos haciendo todo lo posible para cumplir esos propósitos, todavía queda tiempo y, a mí por lo menos, me quedan muchas ganas; pero cuando el año se acabe y queden varios propósitos pendientes, no te des palo. Más bien alégrate de haber podido cumplir algunos cuando al mismo tiempo cumplías con la locura de vivir.