Se prohibieron los plásticos de un solo uso: ¿está preparada la industria colombiana?

A partir del 7 de julio de 2024 Colombia puso en marcha la prohibición de plásticos de un solo uso según la Ley 2232 de 2022. Esta legislación complementa esfuerzos previos, como el Impuesto Nacional al Consumo de Bolsas Plásticas establecido por la Ley 1819 de 2016, cuyo objetivo principal ha sido la reducción del uso de bolsas plásticas para proteger el medio ambiente.
La implementación de la Ley 2232 de 2022 prohíbe la producción y uso de seis productos específicos de plástico de un solo uso: bolsas plásticas en puntos de pago, bolsas para embalar periódicos, revistas y publicidad, rollos de bolsas vacías en superficies comerciales (como las usadas para frutas y verduras en tiendas y supermercados), mezcladores y pitillos para bebidas, soportes plásticos para bombas de inflar, y soportes plásticos para copitos de algodón.
Para entender mejor los impactos de estas leyes en la industria, entrevistamos a Germán Alberto Castro Calixto, director de sostenibilidad de CARLIXPLAST SAS, una empresa familiar con 50 años de trayectoria en Bucaramanga, Santander.
CARLIXPLAST SAS se especializa en la fabricación de empaques de alimentos y da empleo a aproximadamente 120 trabajadores.
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¿Cómo ha sido su experiencia en la implementación del impuesto nacional al consumo de bolsas plásticas?
La regulación sobre las bolsas de punto de pago ha evolucionado constantemente, incrementando las exigencias y enfrentando desafíos en su cumplimiento. La resolución 0668 de 2016 prohibía la fabricación de bolsas de pequeño tamaño y baja utilidad, imponiendo además un costo para desincentivar su uso. La reforma tributaria de 2018 introdujo el impuesto nacional al consumo de bolsas plásticas, cobrando $50 por bolsa, lo cual buscaba reducir su consumo. Sin embargo, este impuesto no destina específicamente los fondos recaudados a temas ambientales, lo que limitaba su efectividad.
En 2022, dos nuevas normas impactaron fuertemente a las empresas del sector. La Ley 2232 de 2022 prohibió varios tipos de plásticos de un solo uso, permitiendo excepciones solo para productos fabricados con 100% plástico reciclado o biodegradables. No obstante, la falta de regulación específica dificulta el cumplimiento de estas excepciones. La segunda norma fue el impuesto nacional sobre productos plásticos de un solo uso, establecido en la reforma tributaria de la Ley 2277 de 2022, imponiendo un gravamen de $2.100 por kg de producto, lo que afectaba gravemente la rentabilidad de las empresas.
Impactos en la industria plástica
¿Cuál ha sido el impacto de estas regulaciones en su empresa?
La producción de plásticos de un solo uso, especialmente las bolsas plásticas, se ha reducido en un 50%, afectando tanto la generación de empleos como las cadenas de valor de materiales reciclados. La industria se ha visto obligada a adaptarse, migrando a otros nichos de mercado y mejorando su compliance ambiental. Sin embargo, muchas microempresas no tienen la capacidad de adaptarse y están en riesgo de desaparecer.
¿Qué opinión tiene sobre la entrada en vigor de la Ley 2232?
La Ley 2232 de 2022 debió haber entrado en vigor una vez se completará el proceso de reglamentación y los periodos de transición hacia alternativas ambientales. La exclusión de la prohibición para productos fabricados con materia prima 100% reciclada, condicionada a la reglamentación del gobierno, fue publicada apenas el 24 de junio de 2024, dejando solo ocho días para su cumplimiento. Esto es inviable y muchas empresas no podrán sobrevivir al trámite de certificación.
¿Está clara la normativa para su empresa?
Aunque CARLIXPLAST SAS ha trabajado en la adecuación de su capacidad instalada y la migración a otros mercados, muchas microempresas carecen de estos recursos. La falta de claridad en los requisitos para demostrar que un producto es biodegradable, hecho con materia prima reciclada o reutilizable, añade incertidumbre y dificulta el cumplimiento.
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Impacto en los consumidores y la economía
¿Cuál será el impacto de esta ley en los consumidores?
Estas iniciativas encarecerán actividades cotidianas como hacer mercado o disponer de la basura doméstica. También aumentarán los costos en sectores de subsistencia como la venta de alimentos preparados. Además, la disminución en la demanda de materiales plásticos reciclados afectará negativamente a la cadena de reciclaje, un sector ya vulnerable. La migración hacia alternativas más sostenibles debería haberse implementado de manera gradual y con más apoyo gubernamental para la industria y los consumidores.
¿Qué implica esta ley para la exportación de productos plásticos de un solo uso?
La prohibición se extiende a las importaciones, pero no a las exportaciones. Sin embargo, para muchas MIPYMES, exportar no es una solución viable debido a las barreras y costos asociados. Esta medida afecta principalmente a las pequeñas empresas que no pueden adaptarse rápidamente a los cambios legislativos.
Prohibición de los plásticos de un solo uso pone en jaque a la industria
La prohibición de los plásticos de un solo uso en Colombia, aunque diseñada para proteger el medio ambiente, trae consigo una serie de complicaciones para la industria plástica y la economía en general. La falta de claridad en la normativa y la premura en la implementación han dejado a muchas empresas, especialmente las más pequeñas, en una situación vulnerable y con riesgo de cierre.
Aunque la ley tiene una intención positiva, su implementación actual podría causar más perjuicios que beneficios si no se ajustan las políticas para apoyar a las empresas en esta transición. La sostenibilidad ambiental debe ir de la mano con la viabilidad económica para lograr un cambio verdaderamente efectivo y duradero.
Mientras Colombia no implemente una política seria de reciclaje y un adecuado manejo de las basuras, estas medidas seguirán siendo regresivas e ineficientes. Es más barato y efectivo educar a las personas que castigarlas.