Violencia contra las mujeres: ¿Qué estamos haciendo mal y por qué no hay soluciones reales? | Más Colombia
jueves, 6 de febrero de 2025
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Violencia contra las mujeres: ¿Qué estamos haciendo mal y por qué no hay soluciones reales?

Helen Rojas, columnista Más Colombia

Helen Rojas

Investigadora y encargada de asuntos de género en Cedetrabajo.

Cada 25 de noviembre, miles de mujeres marchan exigiendo sus derechos. ONU Women advierte que ningún país está libre de violencia contra las mujeres. En Colombia, el escaso presupuesto y las prioridades mal enfocadas impiden garantizar una vida libre de violencias.

Encender el televisor basta para evidenciar cómo la violencia contra las mujeres continúa fracturando el tejido social del país. A pesar de las reiteradas promesas de los gobiernos de turno sobre asignaciones presupuestarias y la formulación de políticas públicas orientadas a enfrentar esta problemática, estas iniciativas han demostrado ser insuficientes.


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Las cifras reflejan la gravedad de la violencia contra las mujeres en el país

Según los datos reportados al SIVIGILA del INS, se registraron 66.621 casos de violencia de género, de los cuales el 75,6% corresponde a mujeres, mientras que el 24,4% a hombres. Sin embargo, cuando se analizan los casos de violencia intrafamiliar, especialmente contra menores de edad, se observa una diferencia significativa en la participación de mujeres como agresoras. Representando casi el 40% de los casos reportados, con un 33% contra niños y un 45% contra niñas. 

Pero ojo, estas cifras no desvirtúan elhecho de que la violencia contra las mujeres sigue siendo la más frecuente, consolidándolas como las mas vulnerables en un sistema que normaliza estas dinámicas. Esto plantea un llamado urgente.Se necesita una intervención integral que además de garantizar la protección de las mujeres, también impulse la transformación de los patrones culturales que perpetúan la violencia en los hogares, donde la violencia en razón de género continúa siendo predominante.

La violencia contra las mujeres ha alcanzado niveles críticos. Con un promedio de tres mujeres asesinadas cada día en 2024. Colombia enfrenta una emergencia que exige una respuesta inmediata por parte del Gobierno Nacional. Las cifras, que superan los registros de las últimas dos décadas, así lo demuestran. Los datos del Observatorio Feminicidios Colombia, reportan 671 casos hasta septiembre.

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¿Por qué las políticas públicas no alcanzan a las mujeres de carne y hueso que esperan un cambio?

Las violencias contra las mujeres tienden a intensificarse con cada crisis que emerge en el ámbito social y político, alimentando la preocupante percepción de un retroceso en los derechos y libertades alcanzados. Por ello, cada decisión gubernamental tiene un impacto directo en la vida de las mujeres, que constituyen poco más de la mitad de la población, incluso si dichas medidas no mencionan explícitamente términos como «mujer» o «género» en sus objetivos o enunciados.


La falta de planificación del gobierno nacional ha obstaculizado el cumplimiento de las metas dirigidas a las mujeres. Un ejemplo evidente es la baja ejecución del Ministerio de Igualdad, creado para reducir las brechas estructurales en un país profundamente desigual. Aunque la insuficiente ejecución presupuestaria es un problema recurrente en varias áreas del gobierno, el Ministerio de Igualdad presenta el desempeño más crítico, con solo el 2,4% de su presupuesto ejecutado.

La lenta implementación de los proyectos genera preocupaciones, ya que solo el 10% de los compromisos establecidos para las mujeres en el Plan Nacional de Desarrollo se ha cumplido. La reciente anulación de la creación del MinIgualdad, por no considerar su impacto fiscal, deja al ministerio un margen de solo un año para responder a las necesidades de las poblaciones más vulnerables. Este escenario se ha visto agravado por denuncias de presunta corrupción, excesiva politiqueria, renuncias inesperadas y, lo más preocupante, la ausencia de medidas efectivas para prevenir la violencia contra las mujeres que se supondria dirigirá esta cartera. 

A esta situación se suman dos aspectos críticos que dificultan cualquier avance significativo en la garantía de los derechos de las mujeres. Por un lado, el doble discurso del presidente Gustavo Petro, quien se autodefine como feminista y aliado de las mujeres, pero mantiene silencio ante las denuncias y sigue con su decisión de mantener en su administración a hombres señalados por conductas violentas hacia mujeres.

Por otro lado, la falta de consideración del impacto fiscal en las decisiones gubernamentales ha llevado a recortes significativos en el gasto público, afectando programas esenciales como el Icetex, Renta Ciudadana, subsidios de vivienda y la construcción de carreteras, donde muchas mujeres en situación de vulnerabilidad son beneficiarias directas.

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En un país donde la composición de los hogares ha cambiado significativamente y el 45% de ellos está liderado por mujeres, estas continúan enfrentando profundas desigualdades estructurales. A pesar de algunos avances, estos son demasiado lentos, incluso en un contexto donde se creó un ministerio específicamente para atender estas barreras. Las mujeres siguen predominando en la informalidad laboral, carecen de una protección social adecuada y enfrentan múltiples formas de violencia. Además, la falta de acceso pleno a derechos sexuales y reproductivos, junto con la carga desproporcionada de labores de cuidado no remuneradas, las mantiene relegadas al ámbito doméstico, limitando su capacidad de incidir en otros espacios sociales y económicos.

Lamentablemente, persiste una visión asistencialista que considera la atención  a las mujeres como un gasto social en lugar de agentes clave para la transformación . Sin políticas que reconozcan su contribución y garanticen su inclusión en condiciones justas, cualquier promesa de cambio seguirá siendo retórica , incapaz de generar avances reales hacia la equidad de género y el desarrollo integral del país.


El 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es una oportunidad en un mes que carece de festivos o fechas comerciales. Esta jornada es un recordatorio del legado de luchas históricas lideradas por mujeres que, enfrentándose a la opresión, abrieron caminos para que hoy se discutan temas que antes eran impensables. Sí, se han logrado avances, pero no han sido concesiones, sino frutos de una resistencia constante.

En esta fecha, es vital reconocer que ningún cambio cultural significativo se logrará sin decisiones políticas concretas que transformen la vida material de las personas con un modelo económico distinto. En Colombia, gran parte del presupuesto sigue destinado al pago de la deuda pública, un compromiso que aumentará el próximo año, mientras los recortes al gasto público dejan las políticas para erradicar la violencia contra las mujeres como simples paliativos. 

Hoy más que nunca las mujeres exigimos coherencia y un cambio real. Ni una menos.