El exportador de la semana: así es como Zona Franca de Bogotá quiere potenciar pymes con laboratorio de internacionalización

La Zona Franca de Bogotá desarrolla actividades industriales, de bienes y servicios, generando más de 30 mil empleos, con un clúster de casi 400 empresas nacionales e internacionales, que apoyan sectores de industria, logística, comercio, servicios y tecnología.

Las zonas francas son sitios ideales para la operación de los llamados centros de distribución de mercancías (CEDI). Su eficiencia deriva de su neutralidad en materia aduanera, que le permite almacenar mercancías por tiempo ilimitado, sin que se causen los impuestos a las importaciones, lo cual favorece el circuito de tráfico internacional del Cross-Border e-commerce. 

Por otra parte, la opción de combinar el régimen de zonas francas con la modalidad aduanera de tráfico postal y entregas urgentes presenta ventajas competitivas para que los productores y comercializadores agencien de manera mucho más eficiente sus diferentes canales de venta.

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En esta entrevista profundizamos en el tema de zonas francas, con un enfoque  especial en Bogotá, ciudad que reúne a casi 400 empresas de diferentes sectores económicos, las cuales pueden gozar de incentivos tributarios, aduaneros y de comercio exterior.

A la par, estas empresas trabajan en la construcción de entornos competitivos que ayudan a reactivar la economía.

Invitamos al gerente general del Grupo Zona Franca de Bogotá, Diego Vargas Triana, quien nos amplió este horizonte de las zonas francas. 

A continuación, transcribimos una parte de la entrevista, que podrá ver completa en el video ubicado en la parte superior de la página.

¿Qué es la Zona Franca de Bogotá y cuáles son los servicios que ofrece? 

La Zona Franca de Bogotá es un parque empresarial que tiene una experiencia de más de 30 años en el país. Este parque empresarial goza de los incentivos tributarios, aduaneros y de comercio exterior que otorga el régimen de zonas francas en Colombia.

En este lapso de tiempo, hemos desarrollado actividades logísticas e industriales de bienes y de servicios, generando casi 22.000 trabajos directos en un clúster de empresas que se encuentran actualmente calificadas dentro de nuestro parque.

¿Cuál es el beneficio que tienen estas empresas? ¿Hay algún perfil especial que ellas deban cumplir?

Hay varios factores de competitividad que una empresa de Colombia o del extranjero recibe cuando se ubica dentro de una zona franca, y particularmente en la Zona Franca de Bogotá.

En materia legal, el régimen franco en Colombia nos concede una tarifa única de impuestos sobre la renta del 20%, sobre los ingresos obtenidos por ventas a mercados externos, es decir, por las exportaciones.

Este régimen también  le concede a los empresarios de las zonas francas una exención de IVA en la venta de bienes desde Colombia; además a estos mismos industriales, no les causan impuestos a las importaciones de insumos, que llegan a la zona franca, que son transformados al interior de nuestro parque y que ayudan a reactivar la economía colombiana

En cuanto al perfil de las empresas, la mitad de ellas son de naturaleza logística, lo cual no es raro porque Bogotá Región concentra el mayor sitio de consumo del país.

Estas empresas están dedicadas a facilitar el abastecimiento interno y son en su mayoría pymes (pequeña y mediana empresa). La otra mitad se distribuye entre industria manufacturera, tecnología y servicios.

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¿Qué papel juega la Zona Franca de Bogotá, especialmente en el fomento exportador de estas empresas? 

El régimen de zonas francas es en sí mismo un incentivo a las exportaciones, puesto que permite desarrollar actividades tanto industriales como comerciales bajo una normatividad especial. 

Si se utilizan esas actividades puedes tener una nueva condición, en materia aduanera y tributaria y de comercio exterior, es decir, hay un régimen que simplifica los ciclos de comercio internacional de las empresas y eso hace que seamos muy eficientes para fomentar las exportaciones, para atraer la inversión extranjera directa que se ubica en nuestro país y, por ende, a reactivar la economía.

Desde el punto de vista de la Zona Franca de Bogotá, nosotros hemos decidido influenciar los aspectos claves que tiene el ciclo de comercio internacional de las empresas y para ser muy concreto tenemos identificadas tres variables muy específicas. 

La primera es la cultura exportadora: hemos decidido trabajar con los exportadores, con los empresarios que se ubican dentro de las zonas francas que administramos en capacitaciones técnicas para desarrollar exportadores, una situación que adolece el país. 

Tenemos una red de empresas mayoritariamente conformadas por pymes que si no los apoyamos en esa formación nunca van a poner sus productos en los mercados internacionales.

El segundo aspecto es articular la oferta del sector público con las empresas privadas. Tenemos que lograr que el sector público unificadamente facilite el ciclo de comercio exterior, y por eso nos hemos dedicado a atraer a esas entidades como la Dian, ProColombia, el Ministerio de Comercio, el ICA y el Invima a nuestras instalaciones, a fin de que ellos nos faciliten toda la dinámica de las exportaciones y se potencialicen a reactivar la economía.

Háblenos del laboratorio de internacionalización, ¿Cuál es el objetivo de su creación?

El laboratorio de internacionalización es un nombre que coincide con toda esta nueva dinámica que quiere el Gobierno Nacional, que las zonas francas sean una plataforma de exportaciones. Esto ha estado dentro de la estrategia de articular el sector público con las necesidades de las empresas privadas.

Básicamente, es un sitio donde pretendemos que confluya toda la oferta pública necesaria para que una mercancía colombiana vaya hacia terceros países de una forma fácil en sus procesos aduaneros y de comercio internacional.

En la práctica, son unas oficinas que quedan dentro de las instalaciones de la Zona Franca de Bogotá, donde se van a ubicar las autoridades para atender a los empresarios, removiendo cualquier obstáculo que haya para el proceso exportador.

Es decir, ¿La Zona Franca de Bogotá es un facilitador que evita los problemas a la hora de exportar? 

Exactamente. Básicamente, si uno hiciera una encuesta en el empresariado colombiano sobre qué necesita para exportar, yo creo que dirían dos cosas: uno, los temas de facilitación y dos, el desarrollo de mercados internacionales. 

En el tema de facilitación, sin lugar a duda, los únicos que pueden hacer eso son los organismos que regulan el trámite aduanero y de normas fitosanitarias para sacar un producto colombiano y que llegue a mercados internacionales.

Hoy eso está en diferentes entidades públicas en todo el país. Lo que nosotros hemos hecho, a través del laboratorio de internacionalización, es concentrarlos en un solo punto.

Obviamente con la aquiescencia de las autoridades, donde ha desempeñado un papel muy protagónico la DIAN, con la Subdirección de Facilitación al Comercio Exterior. 

Ellos también están empeñados en crear exportadores y en facilitar el comercio internacional, y han acogido de muy buena manera esta iniciativa.

Pensando en esto ¿Cuáles son esas dificultades que están enfrentando las empresas para poder sacar sus productos?

Tenemos un país con una población de 50 millones de habitantes, donde el consumo interno es significativo, eso hace que las pymes, inicialmente, concentren sus esfuerzos comerciales en ese abastecimiento para el mercado nacional.

Exportar significa conocer las rutas de comercio, significa tener que aprender en logística y significa, además, posicionar un producto bajo estándares de calidad para que los mercados internacionales lo absorban.

Eso, sin lugar a duda, implica unos esfuerzos significativos de las empresas. Allí está el primer reto que tenemos, que es lo que yo denomino cultura exportadora. Aprender a exportar, aprender a llegar a un mercado. 

El segundo reto es desarrollar esos mercados internacionales, que implican conocer los tratados de libre comercio que, hasta el momento, ha suscrito el país con 17 economías, los cuales debemos aprovechar para reactivar la economía.

Pero implica, además, conocer las normas. Las técnicas de acceso de los productos a esos terceros países. Esa es una situación compleja que requiere asistencia, que requiere acompañamiento.

Los primeros llamados a asesorar ese ciclo son los grandes empresarios de zonas francas y las autoridades. Allí están confluyendo los esfuerzos que estamos haciendo a través del laboratorio de internacionalización, cuya iniciativa comenzó hace unos tres o cuatro meses y que está en marcha. 

¿En el laboratorio cuentan con la capacitación y con el personal preparado para ayudar a estas empresas a exportar? 

De las 400 empresas que mencionaba al comienzo, hemos identificado un censo exportador inicial de 78 empresarios industriales con gran potencial de exportación. 

Al laboratorio de internacionalización, en la primera salida, se acogieron 21 de esos empresarios. A ellos les hemos llevado una oferta de capacitación para desarrollar exportadores, en una alianza con la Cámara de Comercio de Bogotá. 

Esa capacitación consiste en brindarle conocimiento técnico de cultura exportadora, desarrollo de productos y servicios, hasta mercados internacionales, para que conozcan todo el ciclo. 

Posteriormente, cuando ya están preparados y con sus bienes listos para entrar al circuito internacional, la idea es que la Zona Franca de Bogotá los asesore en el ciclo de aduanas de exportaciones, además contamos con las autoridades por si se presenta algún obstáculo en el respectivo trámite. 

En los últimos años, ¿Bogotá se ha industrializado más?

Yo pienso que nosotros seguimos siendo en Bogotá Región el centro de consumo del país y eso implica que los procesos de industrialización se sigan manifestando en la región de manera intensiva, lo que ayuda a reactivar la economía. Sin embargo, lo que nos ha sucedido en el parque empresarial es que ha llegado inversión extranjera asociada a procesos de tecnología muy importantes. En la Zona Franca de Bogotá se han instalado ya cinco data centers, que son estas infraestructuras mundiales que se utilizan para alojar los datos en la nube, con inversiones extranjeras importantes, y este es un ejemplo de la desindustrialización de Bogotá.

¿Con estas nuevas empresas se está generando empleo para los jóvenes? 

Dadas las cualidades que tenemos en temas de posicionamiento académico, de perfiles de personas que están en su primer cuartil de empleo, los jóvenes están empezando a trabajar en estas empresas, sin que eso implique abandonar la otra industria manufacturera, que es la que se ha utilizado vigorosamente dentro de las zonas francas que nosotros operamos. 

Somos un punto importante del circuito laboral de Bogotá Región.