Resultados de la Asamblea de Accionistas de Ecopetrol

La Asamblea de Accionistas de Ecopetrol tuvo lugar días atrás. El tema de fondo al que no se refirieron los directivos fue el cambio en la naturaleza de la empresa que, en resumen, consiste en el abandono de su vocación petrolera y su conversión en una empresa de energías renovables. 

Como los fondos no son ilimitados, esto tendría que hacerse a costa del marchitamiento del negocio petrolero, cosa que por lo demás ha sido anunciada por el primer mandatario en todas partes a nivel nacional e internacional, con la frase de “el petróleo es la muerte” y declarando que no se suscribirán nuevos contratos de exploración y explotación.

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Más allá del debate petrolero y energético, para los accionistas minoritarios los resultados son amargos y el futuro impredecible. Los dividendos que se repartirán este año son un 47% menores que los de 2023, año en el que ascendieron a $ 593 pesos, en contraste con los $ 312 pesos del 2024. Entretanto, el valor de las acciones sigue cayendo en la Bolsa de Nueva York y la actividad de los taladros decrece. 

La nueva Junta implementará la política antipetrolera trazada por el ejecutivo y se meterán debajo de la alfombra todos los cuestionamientos y escándalos que se han hecho públicos en las últimas semanas.

Los dueños de Ecopetrol

El Estado colombiano — no el gobierno — tiene el 88,49% de las acciones de Ecopetrol. El segundo accionista es el JPMorgan Chase Bank con 2,95%, después se encuentran diferentes accionistas con participaciones inferiores al 1%, cada uno se sitúa en una serie de entidades financieras, fondos de pensiones y otros fondos de inversión con una participación total de 5,59% y finalmente, los que se denominan otros accionistas minoritarios que suman el 2,77%.

La categoría ‘otros accionistas minoritarios’ agrupa miles de personas, muchos de ellos adultos mayores o sus familias, que en algún momento consideraron la inversión en acciones como una forma de ahorro y que, desde el punto de vista de la asistencia a la asamblea general de Ecopetrol, constituyen la inmensa mayoría, pero con ninguna capacidad de influir en las decisiones de la empresa.

Los sectores financieros o fondos de inversión o similares que tienen el 5,59% son los que pueden estar en capacidad de elegir un miembro en la junta directiva. Dicho representante tampoco tiene la posibilidad de alterar las decisiones que adopte el accionista mayoritario, el gobierno.

Como el funcionamiento de la Junta Directiva y de la Asamblea de Ecopetrol tienen una cuidadosa formalidad y es observada de cerca por la Bolsa de Nueva York, la dirección de Ecopetrol, en el caso reciente, en cabeza de Ricardo Roa, debe cumplir unos protocolos establecidos en los reglamentos sobre el gobierno corporativo.

Resultados de la asamblea

Como se observó en la reciente asamblea de accionistas de Ecopetrol, el gobierno puede ser el maestro de ceremonias y oír todas las voces críticas y demás señalamientos que se hagan sobre el pasado y futuro de la empresa, pero no está obligado a acatar ninguno. Su mayoría, e incluso el quórum, lo garantiza la sola presencia de los funcionarios del gobierno.

Antes y después de la Asamblea se ventilaron múltiples asuntos que inciden en la realidad actual y el futuro de la empresa.

Los documentos que debían ser presentados a los accionistas, no lo hicieron dentro de los términos previstos en los reglamentos. El resultado de un estudio realizado por la empresa Consulting Risks no fue divulgado sino parcialmente filtrado y sus conclusiones son demoledoras en el sentido de que la permanencia en la presidencia de Ecopetrol de Ricardo Roa supone altos riesgos reputacionales.

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La composición de la plancha para la Junta Directiva presentada por el gobierno no fue respaldada por la Junta anterior y varios de sus integrantes fueron cuestionados por su idoneidad e impedimentos. 

Ángela María Robledo, psicóloga sin experiencia en el negocio petrolero, había declarado impedimentos para los debates petroleros cuando perteneció a la Cámara de Representantes. Tatiana Roa, es una reconocida activista antipetrolera y contra el Fracking, del cual dependen una parte de los ingresos de Ecopetrol. 

Gonzalo Hernández y Mónica de Greiff pertenecen a la junta directiva de una empresa que hace negocios con Ecopetrol y cuyo dueño le vendió un apartamento a precio de ganga a Ricardo Roa, el actual presidente. 

Edwin Palma expresidente de la Unión Sindical Obrera, entraría no en su calidad de sindicalista sino de viceministro del Trabajo. En la Junta habría dos viceministros y lo único que tienen en común sus integrantes además de no ser expertos en temas petroleros es su afinidad política con Gustavo Petro.