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China responde con fuerza a los aranceles de Trump: así se sacude la economía global

La nueva escalada en la guerra comercial entre EE. UU. y China, marcada por los aranceles de Trump del 125%, genera volatilidad financiera, inflación e impacto en el precio del petróleo.

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La segunda guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha escalado significativamente en los últimos días, especialmente en relación con China. El 2 de abril de 2025, Trump impuso aranceles del 34% a productos chinos, medida que fue respondida por Pekín con aranceles similares el 5 de abril. En reacción, Trump anunció un incremento adicional del 70%, elevando los aranceles a un 104% sobre productos chinos, medida que se incrementó al 125%.

Esta política de aranceles de Trump también se ha extendido globalmente: la administración ha implementado un arancel global del 10% a todos sus socios comerciales, argumentando que estas medidas ya generan ingresos de 2.000 millones de dólares diarios para EE.UU.

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China ha reaccionado con una restricción a la exportación de tierras raras, minerales esenciales para industrias tecnológicas y de defensa estadounidenses, lo que subraya la dependencia de EE.UU. en estos insumos estratégicos. A su vez, la intensificación de los aranceles de Trump ha generado inestabilidad en los mercados financieros y ha impactado significativamente en el valor del dólar.

El “Acuerdo de Mar-a-Lago” y la estrategia cambiaria

En cuanto a la estrategia de Trump respecto a la tasa de cambio, su administración ha considerado la posibilidad de devaluar el dólar para mejorar la competitividad de las exportaciones estadounidenses y reducir el déficit comercial. Esta propuesta, conocida como el “Acuerdo de Mar-a-Lago”, busca emular el “Acuerdo Plaza” de 1985, que logró depreciar el dólar mediante presiones a las principales economías.

La estrategia consiste en presionar a los socios comerciales de EE.UU. mediante aranceles elevados con el fin de forzarlos a apreciar el valor de sus monedas, debilitando así el dólar y favoreciendo a los productos estadounidenses. Esta táctica, basada en los aranceles de Trump, intenta replicar los efectos del Acuerdo Plaza, aunque en un contexto político y económico más conflictivo.

Dudas sobre la viabilidad del acuerdo

Sin embargo, la viabilidad del “Acuerdo de Mar-a-Lago” ha sido ampliamente debatida. Expertos como Naoyuki Shinohara, exdiplomático de Japón, han manifestado escepticismo sobre lograr una depreciación coordinada del dólar, dada la baja probabilidad de cooperación por parte de China y la Unión Europea en el contexto de actuales tensiones comerciales.

Además, una eventual venta masiva de bonos del Tesoro estadounidense por parte de bancos centrales extranjeros podría desestabilizar aún más los mercados financieros. La presión diplomática sobre aliados para que aprecien sus monedas también podría tensar las relaciones internacionales.

Esto es justamente lo que hizo unilateralmente China, uno de los principales acreedores de Estados Unidos, quien ha reducido su posesión de bonos del Tesoro estadounidense. A finales de enero de 2025, mantenía aproximadamente USD $761.000 millones, una disminución significativa frente a los más de USD $1,3 billones en años anteriores. 

Esta reducción como una respuesta a los aranceles de Trump, ha generado que el bono del Tesoro estadounidense a 5 años subiera un 2%, el de 10 años un 3,2%, y el de 30 años un 3,6%.

Además, refleja una estrategia de diversificación de reservas internacionales y disminución de la dependencia del dólar, lo que fortalece la autonomía financiera china.

Se suma también a la depreciación del yuan por parte del Banco Central chino que se espera podría continuar.

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Efectos inflacionarios y presión sobre el consumidor

Los aranceles de Trump han generado presiones inflacionarias en la economía estadounidense. Por ejemplo, Bill Dudley, exjefe de la Reserva Federal de Nueva York, proyecta una inflación del 5% en los próximos seis meses. Los aranceles elevan el costo de los bienes importados, que se traduce en precios más altos para los consumidores.

El valor del dólar también influye en la inflación: un dólar fuerte abarata las importaciones, pero reduce la competitividad de las exportaciones; un dólar débil, en cambio, encarece las importaciones y aumenta la inflación interna.

Consecuencias de los aranceles de Trump sobre el mercado petrolero

La intensificación de la guerra comercial y los aranceles de Trump ha afectado significativamente al mercado energético. Tras la imposición del arancel del 104% a productos chinos y la represalia china del 84% a productos estadounidenses, el precio del crudo Brent cayó por debajo de los 60 dólares por barril, su nivel más bajo desde 2021. El West Texas Intermediate (WTI) también descendió a 57,12 dólares por barril, con una caída del 4,13%.

Este descenso responde a temores de desaceleración económica global, lo que podría reducir la demanda de energía. A esto se suma el plan de la OPEP+ de aumentar la producción en 411.000 barriles diarios en mayo, lo que incrementa el riesgo de exceso de oferta.

Impacto en la industria del fracking

Aunque los precios bajos del crudo pueden aliviar la presión inflacionaria, también representan un reto para la industria petrolera estadounidense, en particular para la producción de petróleo de esquisto (tight oil), que se hace mediante fracking.

En 2023, EE.UU. produjo 3,04 mil millones de barriles de tight oil, equivalentes a 8,32 millones de barriles por día, lo que representó el 64% de su producción total, de acuerdo con la Agencia de Información Energética de Estados Unidos (EIA). Sin embargo, muchas operaciones de fracking necesitan precios superiores a los 60–70 dólares por barril para ser rentables. Si los precios se mantienen bajos, las inversiones y la producción podrían disminuir, afectando directamente a esta industria.

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