La COP16 de Biodiversidad y las movilizaciones en defensa de Gorgona
Andrés Pachón
Abogado investigador, magíster en Derecho Público con experiencia en litigio estratégico. Medio ambiente, derechos y desarrollo. Twitter: @AndresPachonTor
Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo y el sexto con mayores recursos de agua dulce (Rodriguez B., 2023). El amazonas y sus ríos de agua y de nubes irradian oxígeno para todo el planeta; el Pacífico y el Chocó biogeográfico son reconocidos por su incalculable riqueza natural, y ni qué decir de los páramos, ríos, selvas tropicales, bosques y todo tipo de ecosistemas únicos y esenciales para la supervivencia de la vida como la conocemos.
En medio de semejante riqueza, el gobierno Petro consiguió ser la sede de la COP16 sobre biodiversidad, una conferencia que hace parte del sistema de Naciones Unidas (ONU) y que congrega a 196 países que ratificaron el Convenio de Diversidad Biológica de la ONU en 1992, que busca detener la crisis de pérdida de biodiversidad, uno de los factores de la actual crisis climática.
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La sede escogida para albergar el evento fue Cali, la capital del Pacífico colombiano. Lo que llama poderosamente la atención es que, al tiempo que el Gobierno anuncia tan importante cumbre, informó que seguirá adelante con el proyecto militar en el Parque Nacional Natural Gorgona.
Y es que resulta profundamente contradictorio que, mientras hace una oda a la biodiversidad y su slogan es el de potencia mundial de la vida, decida intervenir uno de los lugares más biodiversos de una de las zonas más biodiversas del planeta como lo es el Parque Gorgona, con unas obras que tienen como propósito principal adelantar operaciones militares ofensivas para combatir el narcotráfico.
Gorgona en su fondo marino tiene “20 órdenes, 56 familias, 103 géneros y un total de 167 especies, de las cuales 20 se encontraron exclusivamente en el Parque Nacional Natural Gorgona, 82 en el área de influencia” (Rojas P. A. y otro, 2006).
Además, cuenta con 38 familias de peces arrecifales, 147 especies de aves, más de 100 de insectos y especies terrestres, como el lagarto azul, el mono cariblanco, perezosos, tortugas y cangrejos de agua dulce, serpientes y caimanes babilla.
Tampoco se debe olvidar que Gorgona es considerada la salacuna de las Ballenas Yubarta, pues allí tienen y amamantan a sus ballenatos, y además es uno de los corredores de mamíferos marinos más importantes del mundo.
Abrir espacio para la infraestructura militar que se iniciará en los próximos días, lejos de ser una intervención menor como intentan presentarlo, en la práctica es cambiar la destinación de Gorgona como Parque Natural, pues utilizarla como “plataforma de operaciones ofensivas contra el narcotráfico” no es propio de un Parque que debe funcionar para la conservación de especies, la investigación científica y el ecoturismo.
Por supuesto que Gorgona debe tener seguridad y pueden hacerse adecuaciones en la Isla, pero estas deben estar orientadas a las finalidades de conservación, investigación y ecoturismo, y no a operaciones de lucha contra el narcotráfico, lo que es totalmente ajeno e incompatible con las finalidades de un área protegida.
Más grave aún es que el proyecto militar, que incluye la instalación de un muelle, un radar y una base guardacostas, no solo es financiado por la embajada norteamericana, sino que obedece a toda una estrategia de control del Comando Sur de los Estados Unidos sobre la inmensidad de recursos naturales de América Latina, y especialmente de nuestro país, frente a la que el gobierno de “el cambio” no hace otra cosa que continuar la política de sus antecesores que puede sintetizarse en una frase: “Yes sir”.
Y por más que el gobierno Petro, la Ministra Muhammad y el Ministro Velazquez intenten ocultar la mano de Estados Unidos en el proyecto, el mismo embajador norteamericano se encargó de desmentirlos, al señalar con total franqueza en entrevista con Maria Jimena Duzán que “estamos adelantando ese proyecto”, para “entender lo que pasa en la Isla”.
También los desmienten los 12 millones de dólares otorgados por la Embajada para financiar la intervención, que ya se han gastado en consultorías, contratistas, materiales, etc. Incluso, hay registros de que desde el 2019 se entregaron 3 radares por parte de EE.UU., uno de ellos dirigido a Gorgona.
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Por si fuera poco todo lo anterior, el reciente ingreso de la Armada de Colombia a las Fuerzas Combinadas, una especie de OTAN de los océanos liderada por Estados Unidos, muestra su alineamiento con las directrices de la potencia del norte, quien tiene toda una estrategia para controlar recursos pesqueros del Pacífico y, como lo ha mencionado la General del Comando Sur, Laura Richardson, “iniciar su juego” en una de las áreas con mayor riqueza natural del mundo.
Estrategia integral de control de recursos naturales
Y es que el radar en Gorgona no está desconectado. Hace parte de un conjunto integral de medidas de control como los helicópteros “donados” por Estados Unidos para patrullar la Amazonía, los proyectos de explotación eólica y solar anunciados en La Guajira, y las políticas de canje de deuda por acción climática y bonos de carbono, que hacen parte de la especulación verde como nuevo nicho de la especulación financiera, que puede poner en grave riesgo la soberanía de Colombia sobre estos puntos calientes de biodiversidad y de recursos naturales.
Con estas acciones, Petro está dejando en evidencia su falso ambientalismo. Critica ante el mundo la “fracasada lucha contra las drogas” y llama a “expandir el virus de la vida por el universo”, pero sus hechos demuestran que está dispuesto a sacrificar un tesoro de la biodiversidad en aras de construir una instalación militar para combatir el narcotráfico, con la supervisión y los recursos de EE.UU.
Por eso, desde la sociedad civil se está convocando una movilización nacional este viernes, 1º de marzo, en defensa del Parque Gorgona. También hay pendiente un debate de control político, se creó una bancada en el Congreso en defensa de nuestro tesoro del Pacífico y se anunció una Expedición a la Isla.
La flor de inírida es el logo de la COP16. Nos encargaremos de que la defensa de Gorgona y la inmensidad de vida que alberga se conviertan en el símbolo de la cumbre de la biodiversidad, que desnude el falso ambientalismo de Petro.