Cultivos transgénicos en Colombia alcanzan máximos históricos: revive el debate
Los cultivos transgénicos en Colombia alcanzaron un nuevo récord durante el 2023. El alza en la siembra de semillas modificadas genéticamente revive el debate en torno a los beneficios y riesgos de esta práctica.
En el último año la siembra de transgénicos en Colombia aumentó considerablemente. El más reciente informe del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) reveló que la mayor alza en la adopción de cultivos transgénicos en Colombia se presentó en el cultivo de maíz, que cerró el 2023 con 142.711 hectáreas sembradas, un 20% más de lo registrado el año previo.
El incremento en la siembra de transgénicos en el país ha puesto sobre la mesa el controversial debate en torno al uso de plantas y semillas modificadas genéticamente. Para algunos, el uso de transgénicos en Colombia es un impulso directo a la producción nacional y puede incluso convertirse en una herramienta para la conservación de la seguridad alimentaria en el país.
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Quienes se oponen a la siembra de cultivos transgénicos en Colombia, alertan sobre el impacto ambiental de estas prácticas y los riesgos en la agrobiodiversidad, pues el uso de transgénicos podría poner en peligro la conservación de las variedades de plantas y semillas nativas.
Lo cierto es que el alza en la siembra de transgénicos en Colombia durante el 2023 impactó la producción nacional y alcanzó cifras récord. En lo corrido del año pasado, los cultivos de maíz y soya fueron especialmente protagonistas y registraron cifras robustas que hoy por hoy reviven el eterno debate de esta práctica.
Cultivos transgénicos en Colombia
Durante el 2023, la siembra de maíz GM ocupó el 36% del total de las 154.677 hectáreas de cultivos transgénicos de este grano sembrados en el país, según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
Además, este maíz contribuyó con más del 50% de la producción total de grano, alcanzando 1.605.220 toneladas, lo que subraya el potencial de la biotecnología para fortalecer la competitividad y garantizar la seguridad alimentaria.
En cuanto al algodón GM, se sembraron 7.409 hectáreas, una reducción atribuida a factores como los bajos precios internacionales y la competencia con otros cultivos más rentables, como el maíz y el arroz. Por otro lado, la soya transgénica alcanzó 4.557 hectáreas sembradas desde su aprobación en 2010.
En 2023, 24 departamentos de Colombia cultivaron transgénicos, con Meta liderando la producción con 61.338 hectáreas, seguido por Tolima, Córdoba, Valle del Cauca y Cesar.
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El debate continúa
El uso de plantas y semillas modificadas genéticamente ha despertado controvertidas opiniones de expertos y académicos. Del lado positivo de la balanza están varios puntos claves. Para empezar, los cultivos transgénicos en Colombia han demostrado ser más productivos gracias a su resistencia a plagas y tolerancia a herbicidas.
Muestra de ello es precisamente el aumento en la producción de grano, lo que ayuda a satisfacer la creciente demanda interna de alimentos y a reducir la dependencia de las importaciones.
Otro de los puntos a favor de esta práctica está en su facilidad de adaptación al cambio climático. Debido a que los cultivos transgénicos pueden modificarse partiendo de condiciones climáticas adversas, la producción puede mantenerse relativamente controlada, pese a condiciones climáticas adversas.
Del otro lado del debate está el impacto ambiental de los transgénicos en Colombia. Aunque esta práctica puede reducir el uso de plaguicidas, muchos están diseñados para ser tolerantes a herbicidas como el glifosato, cuyo uso excesivo puede generar contaminación en suelos y cuerpos de agua.
Distintas ONGs y fuentes académicas han advertido frente al riesgo que suponen los cultivos transgénicos en Colombia para ciertas especies, pues estos pueden cruzarse con variedades nativas, poniendo en riesgo la diversidad genética local. Este fenómeno podría afectar negativamente las variedades criollas, esenciales para la sostenibilidad de los sistemas agrícolas tradicionales del territorio colombiano.
Otra de las preocupaciones de expertos y académicos frente a la adopción de transgénicos en Colombia tiene que ver con el posible impacto a la salud de los consumidores. Actualmente, no hay consenso científico sobre los efectos negativos de los transgénicos en la salud humana. Sin embargo, algunos expertos sugieren abordar la práctica con precaución.
