Estudio revela que la deforestación en la Amazonía colombiana se redujo en un 38%
La deforestación en la Amazonía colombiana registró la cifra más baja en los últimos 23 años. Según un informe del Ministerio de Ambiente, disminuyeron las chagras de viento en la región y se redujo sustancialmente la pérdida de bosque natural en territorio amazónico.

La deforestación en la Amazonía colombiana disminuyó un 38% en 2023, según anunció la ministra Susana Muhamad el pasado 8 de julio. Las hectáreas de selva deforestada en la región pasaron de 71.185 en 2022 a 44.274 en 2023, marcando las cifras más bajas desde el año 2000, según el Ministerio de Ambiente.
En 2023, según datos del Ministerio, la mayor parte (61%) de la pérdida de bosque natural en Colombia se concentró en cinco departamentos, principalmente en la región amazónica del país: Caquetá (12,647 hectáreas), Guaviare (11,467 hectáreas), Putumayo (10,852 hectáreas), Meta (10,310 hectáreas) y Antioquia (8,139 hectáreas).
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La deforestación en la selva amazónica se ha reducido
Aunque la batalla contra la deforestación continúa, los avances en la selva amazónica son positivos. La ministra resaltó una significativa disminución en la deforestación en los cuatro departamentos que componen el área crítica de la deforestación amazónica.
En el Meta, uno de los departamentos más afectados, la deforestación se redujo notablemente en un 57% respecto al año anterior, lo que equivale a una disminución de 13.800 hectáreas. Putumayo también mostró una reducción considerable del 52%, equivalente a 5,682 hectáreas menos. Guaviare registró una disminución del 27%, es decir, 4.253 hectáreas menos, y Caquetá experimentó una reducción del 34%, representando 6.546 hectáreas menos.
Aunque estos resultados son alentadores, es esencial mantener la vigilancia y continuar trabajando en la misma dirección para la conservación de nuestros recursos naturales.
En el informe también se destaca la necesidad de establecer de manera clara una frontera agrícola estable y evitar su expansión, así como congelar las tierras deforestadas para prevenir su venta o su uso en actividades agropecuarias. Estas acciones son consideradas fundamentales para la protección de las zonas que aún conservan su cobertura forestal.
Además, el Ministerio de Ambiente informó que en 2023 se logró conservar 26.911 hectáreas de selva amazónica, resultado de diversos esfuerzos como el programa ‘Conservar Paga’ y la implementación de políticas gubernamentales dirigidas a promover una agenda ambiental orientada hacia la paz.
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¿Qué son las chagras de viento y cómo pueden afectar las selvas de la Amazonía colombiana?
Las «chagras de viento» se refieren a los claros o espacios abiertos que se generan en la selva amazónica colombiana debido a la caída de árboles, generalmente como consecuencia de tormentas intensas, vendavales o incluso por la acción humana como la tala ilegal. Estos eventos pueden tener varios impactos significativos en el ecosistema:
- Fragmentación del hábitat: Las chagras de viento crean fragmentación en el bosque, dividiéndolo en partes más pequeñas y separadas. Esto puede afectar la movilidad de especies animales y dificultar su capacidad de desplazarse entre diferentes áreas del bosque, lo que puede llevar a problemas de diversidad genética y de población.
- Cambio en la estructura del bosque: La caída de árboles puede alterar la estructura natural del bosque, afectando la dinámica de la regeneración forestal y la composición de especies. Los árboles caídos pueden crear aberturas que permiten la entrada de luz y el crecimiento de especies pioneras o invasoras, modificando la composición vegetal del área.
- Impacto en la biodiversidad: La pérdida de árboles y la alteración del hábitat pueden tener consecuencias negativas para la biodiversidad local. Especies que dependen de la cobertura forestal continua pueden ver reducidas sus poblaciones o enfrentarse a desafíos adicionales para encontrar alimentos y refugio.
- Cambio climático local: La apertura de chagras de viento puede modificar el microclima local, alterando la humedad y la temperatura del área afectada. Esto puede tener repercusiones en la dinámica hidrológica y en la capacidad del bosque para almacenar carbono, lo que a su vez afecta al cambio climático global.
En 2022, las chagras de viento solo representaban el 1,5% de la deforestación, pero aumentaron al 5,3% en 2023, posiblemente debido al cambio climático. A pesar de esto, Esperanza Leal de la Sociedad Zoológica de Frankfurt subraya que la deforestación principal sigue siendo causada por actividades humanas como la tala y la quema para la ganadería.
Leal enfatiza que las chagras de viento, aunque importantes, son fenómenos naturales que pueden revertirse sin intervención humana. Por otro lado, Rodrigo Botero de la FCDS destaca la importancia de distinguir claramente entre las causas naturales de deforestación y las provocadas por actividades humanas tanto en las estadísticas como en las estrategias de conservación.
La deforestación sigue afectando al territorio colombiano: causas y consecuencias
La deforestación en Colombia es un problema multifacético que tiene diversas causas, entre las cuales destacan:
- Actividades agrícolas y ganaderas: La expansión de la agricultura y la ganadería a menudo implica la tala de árboles para dar paso a cultivos y pastos. Esto ocurre tanto legal como ilegalmente, especialmente en regiones como la Amazonía y la Orinoquía.
- Minería: La minería ilegal, en particular la minería de oro, conlleva la deforestación directa debido a la necesidad de abrir caminos y áreas de extracción, así como el uso de mercurio y otros químicos contaminantes que afectan el entorno.
- Incidencia del conflicto armado: Durante décadas, el conflicto armado interno en Colombia ha contribuido a la deforestación a través de prácticas como la siembra de cultivos ilícitos (coca) que llevan a la tala de bosques para abrir espacios de cultivo.
- Expansión urbana e infraestructura: El crecimiento de las ciudades y la necesidad de infraestructura (carreteras, represas, etc.) también han resultado en la pérdida de cobertura forestal.
- Tala ilegal de madera: Aunque las leyes colombianas prohíben la tala ilegal, esta práctica persiste debido a la demanda de madera para la construcción y otros usos.
Estos factores combinados han llevado a una pérdida significativa de la cobertura forestal en Colombia, con impactos devastadores en la biodiversidad, el ciclo del agua y la calidad de vida de las comunidades locales que dependen de los recursos naturales.
Para mitigar estos impactos, es crucial implementar prácticas de manejo forestal sostenible que promuevan la conservación y restauración de los bosques afectados, así como políticas efectivas de protección ambiental que regulen la tala y promuevan la recuperación de áreas degradadas.