Inicio  »  Columnistas  »  Dolores

Dolores

Marta Isabel González, Columnista, Más Colombia

Marta Isabel González

Ingeniera de Diseño de Producto, Magíster en Mercadeo, creadora de La Vendedora de Crêpes.

Es raro: físicamente nunca había estado tan mal y emocionalmente hacía mucho que no estaba tan bien.

Para no hacer las historia muy larga, digamos que en septiembre me empezó una molestia para hacer algunos movimientos con la pierna derecha… seis meses después, a mis recién cumplidos 38 años, camino con bastón. No es una tragedia; pronto empiezo tratamiento después de ir donde muchos médicos y hacerme muchos exámenes. Todo parece indicar quer voy a estar bien.

El año pasado fue el más difícil que he vivido: temas familiares, mi ansiedad, algunos problemas personales y, afortunadamente, montañas de trabajo. Pensé que me iba a enloquecer y entonces el 2 de diciembre me dicen: lo que tienes es irreversible, la única solución es una prótesis de cadera pero no se recomienda ponerla antes de los 50 años.

Para el dolor toma Dolex. Tengo claro que hay cosas mucho peores en la vida, pero en el estado emocional en el que estaba, esto me tiró al fondo. Me estaban diciendo que me quedan 12 años con la movilidad cada vez más limitada y además con dolor.

Le puede interesar: El precio del chocolate sigue bajando: hoy es mucho más barato que en 1900

Estuve muy mal durante aproximadamente 3 semanas. El trabajo era lo que me hacía parar de la cama, no por mí, sino porque no le podía quedar mal a los clientes. Paradójicamente ese mismo diagnóstico (que estaba equivocado) fue el que me ayudó a salir de mi crisis emocional. No de un día para otro, el proceso ha sido largo y entenderlo y aceptarlo no es fácil, pero aprendí a vivir un día a la vez.

Yo, que me cargo con los problemas de todo el mundo, dije: qué pena con ustedes pero aquí la que está más mal soy yo. Miren a ver cómo pueden ayudarse ustedes mismos y yo voy a hacer lo mismo. Solté todo.

No ha sido fácil, pero estoy aprendiendo a ser mi prioridad y siento que las cosas están empezando a mejorar; no solo las físicas, también los temas familiares, personales, etc. Y si al final no mejoran, voy a aplicar la frase que me dijo una amiga: después de todo, nada es tan importante.

Hoy, cuando veo las cosas buenas que me ha traído esto, agradezco que haya pasado y espero que se acabe pronto. Hoy me duele cada paso que doy, pero ya no me duele el alma.

Salir de la versión móvil