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domingo, 28 de abril de 2024
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Los colombianos siguen comiendo maíz importado: qué pasa con la producción del sector

En Colombia dependemos del maíz importado para suplir la demanda interna de este grano milenario clave para el desarrollo de varias industrias. Durante la última década, los productores locales de maíz han enfrentado retos al competir con productores internacionales que venden maíz a precios bajos.

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El maíz, uno de los cereales más antiguos y versátiles del mundo, desempeña un papel crucial en la economía y la alimentación colombiana y mundial. Según datos de la Bolsa Mercantil de Colombia, se producen más de 1.1 mil millones de toneladas de maíz al año a nivel mundial, lo que lo posiciona como el cereal más relevante para la economía global, superando incluso al trigo y al arroz en términos de volumen de producción.

Para los colombianos, el maíz no solo es un alimento básico en la dieta familiar, sino también una materia prima esencial para una variedad de productos y sectores industriales. Sin embargo, a pesar de su importancia, Colombia ha dependido de la producción extranjera para satisfacer la demanda de maíz durante varios años.


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Para los productores de maíz en Colombia, quienes ya enfrentan dificultades al cultivar en la altillanura, la competencia con los bajos precios del maíz importado se ha convertido en todo un desafío. Estas dificultades han resultado en una disminución tanto en el área cultivada como en la producción de maíz.

Entre 2011 y 2021, el área sembrada disminuyó en un 30.6%, mientras que la producción se contrajo en un 18.8%. Este declive productivo afecta a varios sectores industriales en el país. Además de ser un alimento básico en la dieta alimenticia, el maíz se emplea en la producción de biocombustibles, especialmente bioetanol, y es una materia prima crucial en la industria de la carne de pollo y cerdo.

En Colombia prima el maíz importado

Para los colombianos, el maíz es un elemento clave en su dieta diaria. Este cereal, brillante y amarillo como el oro, es el ingrediente principal de numerosas preparaciones y ocupa un lugar fundamental en las cocinas colombianas. Sin embargo, a pesar de su importancia arraigada, el país depende en gran medida del maíz importado para satisfacer la demanda interna.

Según datos proporcionados por Fenalce (Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya), aproximadamente el 79% de la demanda nacional de maíz no se cubre con la producción local, lo que hace que Colombia dependa en gran medida de las importaciones para cubrir sus necesidades.


En 2023, Colombia adquirió del extranjero 5.909.500 toneladas de maíz amarillo, a pesar de tener la capacidad total de producir la misma cantidad dentro del territorio colombiano.

Producir maíz en Colombia es todo un reto

Sin duda, el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con Estados Unidos ha ejercido un impacto significativo en el mercado del maíz en Colombia. El panorama para los productores es cada vez más estrecho y desafiante.

Los bajos precios del maíz importado proveniente de Estados Unidos han llevado a la quiebra de muchos productores locales, lo que ha resultado en una disminución en el área sembrada de maíz en el país.

Desde 1990 hasta la fecha actual, el área destinada al cultivo de maíz en Colombia ha experimentado un declive significativo, disminuyendo de 786,800 hectáreas a solo 462,626 hectáreas en los últimos cinco años. Esta regresión en la producción nacional de maíz ha intensificado aún más la dependencia del país de las importaciones de este cereal fundamental.

A pesar de los esfuerzos realizados para incrementar la producción nacional de maíz, la demanda interna continúa superando significativamente la oferta local. Según el Consejo Nacional del Maíz Colombiano, la demanda interna de maíz ha mostrado un constante crecimiento en los últimos años, impulsada principalmente por el aumento demográfico y la creciente demanda de productos derivados de animales, como carne de cerdo, pollo y huevos.

Aunque Colombia posee el potencial necesario para convertirse en un productor de maíz autosuficiente, actualmente se enfrenta a diversos desafíos que restringen su capacidad para lograrlo. La dependencia del maíz importado y la reducción en el área cultivada son solo algunos de los obstáculos que deben superarse para garantizar la seguridad alimentaria y fomentar el desarrollo sostenible en el sector agrícola colombiano.

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Panorama global

Las estadísticas de la Bolsa Mercantil de Colombia revelan que, para el 2023, Estados Unidos y China se destacan como los principales productores mundiales de maíz, contribuyendo conjuntamente con más del 50% de la producción global.

Sin embargo, Colombia se posiciona en los puestos 50 y 53 en área sembrada y producción de este cereal, respectivamente. A pesar de su posición en esta clasificación mundial, Colombia enfrenta desafíos significativos en la producción y consumo de maíz.

Además de ser un componente esencial en la dieta tanto humana como animal, el maíz desempeña un papel crucial en la producción mundial de biomasa y biocombustibles. Según datos de la OCDE/FAO, entre 2015 y 2022, aproximadamente el 64% de la producción de maíz se destinó a la alimentación humana y animal, mientras que el 33% se utilizó para la producción de biocombustibles como el bioetanol.

La biomasa, compuesta por materia orgánica de origen biológico, se emplea ampliamente en la generación de electricidad y calor, así como en la fabricación de biocombustibles para el sector del transporte.