Periodismo para las nuevas generaciones: Hatem Dasuky ✍️
lunes, 20 de mayo de 2024
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Lecciones de periodismo para las nuevas generaciones, entrevista con Hatem Dasuky

Conozca, de primera mano, las experiencias y perspectivas sobre el periodismo , Hatem Dasuky Quiceno en 2024.
Hatem Dasuky, Periodismo, Más Colombia

“Las nuevas generaciones de periodistas no se deben enfrentar a muchas presiones. ¡Hacer noticias ahora es muy fácil!; no hay que ir hasta el lugar de la noticia, no hay que ponerle la cara a nadie (…)”. Dice Hatem Dasuky Quiceno, en entrevista con este medio. 

¿Qué más dice el veterano periodista antioqueño sobre el periodismo en el país? En esta entrevista abordaremos múltiples escenarios a propósito de sus opiniones; historias personales, perspectivas acerca del periodismo en Colombia, travesías, dificultades con las transmisiones, amenazas y más.

Pero antes de eso, conozcamos un poco sobre quién es Hatem Dasuky.

¿Quién es Hatem Dasuky?

La carrera de Hatem Dasuky está marcada por su participación en momentos cruciales de la historia reciente de Colombia, desde sus primeros días como corresponsal de varios noticieros de televisión  hasta su labor como Director de Comunicaciones  de la Policía Nacional. 

Su experiencia se forjó en los momentos más críticos de la historia del narcotráfico y el terrorismo en Colombia, le correspondió cubrir la violencia en Antioquia, Córdoba y Chocó, fue corresponsal de los noticieros 24 Horas, TV Hoy, CMI y de Hora 13 de Teleantioquia, sufrió un secuestro con fines políticos por parte del ELN para que fuera garante de la entrega de varios secuestrados que tenían en su poder en límites con Venezuela, hasta enfrentar el exilio en los años noventa debido a su labor periodística.

Dasuky no se limita al ámbito nacional; su paso por cargos diplomáticos en Canadá, Chile y El Salvador le otorgaron una perspectiva global. Este viaje internacional consolidó su habilidad para representar a Colombia en escenarios multilaterales y le proporcionó una visión integral de los asuntos internacionales. 

Uno de los hitos de la carrera de Dasuky fue haber sido el único periodista colombiano que entrevistó a Yasser Arafat durante su visita a Colombia en la Cumbre de los Países no Alineados en 1995.

Hatem Dasuky se ha desempeñado como Ministro Consejero y Encargado de Negocios de la Embajada de Colombia en Chile y como consultor para empresas internacionales en expansión en Colombia y América Latina, principalmente chilenas y salvadoreñas. 

Hatem Dasuky, Periodismo, Más Colombia
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A continuación, exploraremos cómo Dasuky planea abordar los desafíos actuales del periodismo, desde la transformación digital hasta la expansión de la cobertura nacional, prometiendo una era de innovación y excelencia periodística; y nos cuenta, en una emocionante entrevista, cuáles son sus perspectivas personales y profesionales sobre el periodismo colombiano e internacional.

¿Cómo era ser reportero en Colombia en los años noventa? 

Hatem Dasuky: “Inimaginable, casi surreal para los periodistas de hoy, treinta años después. Generalmente, las noticias se conocían por los colegas de la radio, casi siempre Caracol y RCN, que eran los que tenían el mayor cubrimiento no solo geográfico sino también de fuentes. 

Como no existía Internet ni los teléfonos inteligentes, a los que más duro nos tocaba era a los que trabajábamos en televisión, porque debíamos convertir esas noticias en imágenes reales para dárselas a conocer al país y al mundo.

Solo cuando llegaban las cámaras de la televisión a grabar se conocía la magnitud de las noticias, trágicas y violentas casi en su totalidad en esos tiempos. Eran las épocas más crudas del narcotráfico, el terrorismo, la guerrilla y los paramilitares.  Los periodistas la pasábamos en las regiones más apartadas registrando masacres y tomas guerrilleras a los pueblos. 

Era muy frecuente encontrarnos en la mitad del fuego cruzado o toparnos a cualquiera de los grupos armados en cualquier camino, prácticamente autorizando quién pasaba y quién no.

Los colegas hoy no viven esa realidad. Quizá ni se la imaginan. Ahora no hace falta que un equipo periodístico se desplace a una región para hacer una noticia. Basta con que desde la zona alguna persona, grabe un video y lo suba a las redes sociales, o simplemente las autoridades dan una declaración (la que quieran dar) frente al celular, y eso se publica…”. 

¿Cómo era viajar a cubrir una noticia en esa época? 

HD: “Era una aventura de la que no sabíamos si podríamos regresar. En muchas ocasiones, debíamos ir hasta el Urabá a cubrir las masacres de trabajadores de las bananeras, y lo más probable era que no encontráramos un vuelo comercial, porque no habían cupos o porque simplemente el horario no se ajustaba a la rapidez con la que debíamos viajar, entonces debíamos alquilar una avioneta lo más urgente posible.

Ya se imaginarán en los aparatos que nos teníamos que montar…, sin saber si eran adecuados, si tenían el mantenimiento, o si el piloto que llegaba trasnochado tenía la experiencia para aterrizar en zonas tropicales en medio de tormentas.

Otras veces salíamos por carretera, sin saber qué íbamos a encontrar ni cuánto tiempo nos iba a tomar, y mucho menos cuándo podríamos regresar”. 

¿Cómo transmitían esas noticias o cómo se conocían esas imágenes? 

HD: “Bueno eso era una incertidumbre total. Primero no sabíamos si íbamos a llegar hasta el lugar; segundo, si llegábamos no sabíamos si íbamos a conseguir las imágenes, los testimonios, etc; y tercero, si teníamos éxito en los dos anteriores había que regresar hasta una ciudad capital. 

En mi caso, Medellín (yo era corresponsal de Antioquia, Chocó y Córdoba, en varios noticieros de televisión nacionales y regionales), a la oficina de Telecom para enviar todo a través de un sistema que se llama microondas”.

¿Podría ampliarnos más sobre el tema de las “microondas? 

HD: “Sí, no tiene nada que ver con el horno ja, ja, já. Era el único sistema posible para que las imágenes y el audio llegara a los noticieros en Bogotá, y la única empresa que lo hacía era Telecom. Ya no existe nada de eso…

Entonces llegábamos, cansados física y mentalmente de dos o tres días de viaje; con la misma ropa, muchas veces sin bañarnos, a Telecom que estaba en Ayacucho con Junín, en el centro de Medellín, y allá teníamos turnos para “rodar” las imágenes mientras con un micrófono contábamos la noticia.

Muchas veces era tal la urgencia de los noticieros capitalinos, que se iban las imágenes solas, sin los textos y allá “montaban”, ¡literalmente!, una noticia que salía al aire, en la mayoría de los casos, fuera de contexto, sin ceñirse a la realidad de lo que vimos y contamos, confundiendo nombres de los entrevistados con muertos. ¡Un caos total! 

Y era lo más triste y decepcionante para los corresponsales que nos jugábamos la profesión, el tiempo y la vida, tratando de hacer una noticia lo más cercana a la realidad para que saliera otra cosa”.

¡Qué triste eso que nos cuenta!

HD: “No solo triste, ¡nos ponían en riesgo todo el tiempo! Primero las fuentes quedaban bravas con nosotros por las inexactitudes, pero lo más delicado es que los actores armados después nos llamaban a amenazar”.

¿Cómo eran esas amenazas?

HD: “Eran muy frecuentes. Los periodistas regionales vivíamos todo el tiempo con eso. ¡Era el pan de cada día! Recuerdo que una vez, después de dar una noticia sobre el atentado que sufrió un reconocido dirigente deportivo de la época –que posteriormente fue asesinado– en mi audio yo decía: “el propietario del equipo, el empresario deportivo, el accionista mayoritario, etc”, y cuando terminó el noticiero recibí una llamada supuestamente del grupo que cometió el atentado, donde me decía que tenía que corregir la noticia porque ese “bandido no era ningún dirigente deportivo sino un narcotraficante”, y que si esa noticia no la cambiaba, y cito: ¡se las va a ver con nosotros!”. 

¡Muy fuerte todo! Esto que nos cuenta es una verdadera lección de periodismo para las nuevas generaciones

HD: “Gracias a Dios las nuevas generaciones de colegas no están enfrentadas a esas presiones, hacer noticias ahora es muy fácil, no hay que ir hasta el lugar de la noticia, no hay que ponerle la cara a nadie, todo se hace desde un estudio con celulares. No digo que eso sea malo ni lo critico porque la tecnología así lo permite hoy, pero sí es muy diferente a como era antes”. 

¿Cuál periodismo era mejor, el de antes o el actual? 

HD: “Son dos tiempos históricos completamente distintos. Los cambios en la humanidad y los avances científicos juegan un rol fundamental. Antes teníamos una preparación profesional, ahora es otra. Los nuevos colegas tienen unas fortalezas muy grandes como los estudios, los idiomas, el manejo de las herramientas tecnológicas, pueden ser diferentes en su actitud hacia la vida y el mundo. 

Nosotros aprendimos a escribir en máquina, destrozando toneladas de papel por minuto y los cables de noticias llegaban vía fax. Las salas de redacción eran ruidosas y la gente corría de un lado para el otro, como si el mundo se estuviera acabando. 

Ahora esas salas de redacción son un disfrute. Ya no están los pitidos estridentes del fax, ni los ruidos de las teclas de las viejas máquinas, ni los de los radios a todo volumen. Ya no hay papel. Todo es ahora más silencioso. ¡Creo que yo me quedaría dormido escribiendo! No existían los directos como ahora, nosotros hacíamos los “mentirectos”.

¿Qué son los “mentirectos”? 

HD: “Así les decíamos. Los noticieros nos enviaban a una zona, por ejemplo Urabá, salíamos en el primer vuelo y regresábamos en el último, pero allá nos cambiábamos de ropa varías veces y hacíamos varias “presentaciones” en cámara, con distintos fondos. El Noticiero en Bogotá titulaba: “cubrimiento especial desde Urabá el fin de semana”, haciéndole creer a la opinión que habíamos estado viernes, sábado y domingo. ¡Todos unos “mentirectos”! 

Antes éramos formados diferente, era común que los periodistas de radio comenzaran en una emisora y se pensionaran allí mismo. Todo eso se ve reflejado en las convocatorias laborales; las empresas e incluso las periodísticas, piden mucho manejo de redes y herramientas tecnológicas, poca ortografía eso sí, raras veces requieren un periodista”.

¿Cómo cree que deben formar las universidades a los nuevos periodistas? 

HD: “Creo que hay que comenzar por un replanteamiento total de las materias, fortaleciendo mucho la ética, la redacción y la ortografía, con experiencias de campo reales, no la típica salida a tomar fotos a los parques.

También considero que los estudiantes que quieran tomar el camino del periodismo puro, la universidad debería hacerles un énfasis especial durante los últimos dos o tres semestres, dedicados exclusivamente a la prensa como tal; a estudiar los géneros periodísticos, el reportaje, la crónica, la entrevista, etc. Y quienes quieran irse hacia la comunicación organizacional o las relaciones públicas y demás…, la universidad debería hacer lo mismo”. 

¿Qué lección o recomendación les daría a los periodistas que están comenzando su carrera profesional?

HD: “Que acaben con los vicios que hay en los medios hoy. Los periodistas ahora condenan desde los micrófonos, ligeramente, por algún interés o ideología del medio al que representan. Los periodistas no somos jueces ni fiscales. No podemos condenar. Debemos ser rigurosos con la información, tratar de escuchar a todas las fuentes, a los actores involucrados en una noticia, pedir pruebas de las supuestas denuncias que nos llegan. 

Eso, más que la objetividad misma, porque no creo en ella. Siempre llevamos alguna carga que nos hace inclinar hacia determinado lado. Sin embargo, debemos tratar de redactar una noticia de la manera más transparente posible, presentando todas las caras de la moneda y permitiendo que el lector se forme una opinión propia”.


De esta manera, Hatem Dasuky nos presenta una visión integral del periodismo, forjada a través de décadas de experiencia con las cuales se podría escribir un libro. 

Su capacidad para navegar por las aguas turbulentas del periodismo en una nación marcada por desafíos constantes se refleja en su enfoque práctico y tangible para hacer una diferencia en la sociedad.

Su figura representativa en el periodismo colombiano emerge como un referente en el ámbito profesional, aportando una perspectiva única que fusiona sus experiencias a lo largo de su vida. 

Su trayectoria, marcada por momentos cruciales en la historia contemporánea de Colombia, proporciona una visión profunda sobre la evolución y los desafíos del periodismo en el país y, por extensión, en Latinoamérica.

El paso de Dasuky por cargos diplomáticos en diferentes países le ha otorgado una perspectiva internacional  privilegiada, enriqueciendo su comprensión de los desafíos y oportunidades que trascienden las fronteras de Colombia. Esta visión internacional no solo ha consolidado su habilidad para representar a su país en escenarios multilaterales, sino que también ha influenciado su enfoque en la comunicación y el periodismo en un contexto globalizado.

Además, su experiencia evidencia su adaptación a las demandas de la era digital, un aspecto crucial para comprender la transformación del periodismo en la actualidad. 

En definitiva, Hatem Dasuky nos brinda una mirada reveladora sobre el ejercicio del periodismo, abriendo nuevas perspectivas sobre cómo esta vocación se ha desarrollado y se desarrolla en la actualidad, no solo en Colombia, sino en toda Latinoamérica.