Colombia en alerta: riesgos por el fenómeno de La Niña para el sector agropecuario
El fenómeno de La Niña vuelve a posicionarse como una amenaza para el sector agropecuario en Colombia. Según el Boletín Agroclimático de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), basado en información del Ideam, se proyecta que cerca de 4.000 hectáreas con aptitud agropecuaria presenten apuros por exceso hídrico en categorías baja y media entre octubre y diciembre de 2024, esto debido a los riesgos por el fenómeno de La Niña.
La Niña, clasificada como un evento débil en este caso, podría extender sus efectos hasta el primer trimestre de 2025, alterando las condiciones habituales de lluvia y generando incertidumbre en diversas regiones productivas del país.
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Aumentó el riesgo por exceso hídrico
El área con peligro por exceso hídrico (medio y alto) ha experimentado un notable incremento, pasando de 522.500 hectáreas en el periodo anterior a 1.435.800 hectáreas. Esto representa una expansión significativa en el área afectada, poniendo de manifiesto los crecientes riesgos por el fenómeno de La Niña en el sector agropecuario.
Alfonso Triana, profesional especializado de la UPRA, explicó que, aunque las lluvias se prolongarán en algunas regiones, esto no excluye la posibilidad de déficit hídrico en otras áreas, especialmente en los primeros meses de 2025. Este desequilibrio climático añade complejidad a la planificación agrícola.
Los impactos regionales y sectores más vulnerables
El informe señala que las regiones Andina, Caribe y Orinoquía enfrentarán un retraso en la transición entre la temporada lluviosa y la época seca. Los riesgos por el fenómeno de La Niña se podrían extender aún más la presencia de lluvias en diciembre y alterar las condiciones habituales de enero y febrero, meses tradicionalmente secos en buena parte del país.
Por su parte, la región Pacífica también podría registrar precipitaciones superiores a lo habitual, complicando la planificación agropecuaria y el manejo de los cultivos sensibles al exceso de agua.
¿Cuáles son las prácticas recomendadas para mitigar los riesgos?
Ante los riesgos por el fenómeno de La Niña, la directora encargada de la UPRA, Dora Inés Rey Martínez, enfatizó la importancia de adoptar estrategias para reducir los impactos adversos.
“Es crucial implementar prácticas agrícolas que favorezcan la gestión del exceso hídrico, como la construcción de sistemas de drenaje eficientes, la diversificación de cultivos y el uso de variedades más resistentes al agua”, destacó Rey.
El uso de herramientas como el Sistema de Información para la Gestión de Riesgos Agropecuarios (SIGRA) también es clave. Este sistema, desarrollado por la UPRA, permite identificar las zonas más vulnerables y planificar las actividades agrícolas con base en datos actualizados.
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¿Cuáles son las predicciones para 2025 sobre los riesgos por el fenómeno de La Niña?
Aunque diciembre es un mes de transición hacia la temporada seca, las lluvias podrían mantenerse por influencia de La Niña. Esto afectaría no solo la producción agrícola, sino también la logística de distribución y las cadenas de abastecimiento en todo el país.
Enero y febrero, meses tradicionalmente secos, podrían experimentar aumentos en las precipitaciones, especialmente en las regiones Andina y Pacífica. Según el informe de la UPRA, marzo, por su parte, podría presentar lluvias más intensas de lo habitual, lo que dificultaría aún más las actividades agrícolas.
No obstante, la incertidumbre climática planteada por los riesgos por el fenómeno de La Niña exige una respuesta coordinada entre agricultores, autoridades y expertos en el sector agropecuario. Consultar los boletines agroclimáticos de la UPRA y del Ideam es fundamental para anticipar cambios y adoptar medidas oportunas.
Este desafío no solo pone en riesgo los cultivos, sino que también impacta la seguridad alimentaria y la estabilidad económica en las zonas rurales del país. Los riesgos por el fenómeno de La Niña demandan una atención prioritaria para garantizar la sostenibilidad del sector agropecuario en Colombia.